En el momento que Josh Graham gritó y blasfemó como esa señora loca de los gatos de Los Simpsons, supe que algo definitivamente no estaba bien. Y es que, suponía que si le decía qué chico se estaba robando mis suspiros estas últimas semanas, me diría que por fin mi corazón oscuro como la noche por fin se vería iluminado por la "luna".
—¡Por un demonio! ¡Tantos chicos que hay en Londres y te enamoras de... —hizo una breve pausa— él!
Traté de no mirarle con demasía e incluso, me puse de pie de esa banca y empecé a hacer movimientos de calentamiento. Sólo para que todo quedara olvidado, pues no quería discutir con Josh.
—¡Continuaré con el ejercicio!
Y, eso fue lo único que pudo salir de mi boca al caminar a la dirección opuesta. De reojo pude ver que no me siguió el paso e incluso, sacó su móvil seguramente a platicar con la rubia esa. Quizá y sólo quizá, lo mejor sería no hablar de él con nadie y guardarme mis sentimientos, cosa que no sería tan difícil, pues ya era común.
—¡Noel! —escuché mi nombre en el grito de alguien.
Volteé y era el estudiante de Arquitectura que venía con una sonrisa en su rostro.
—Viejo...disculpa por lo de hace un rato. Es sólo que...fue algo extraño enterarme que a mi amigo le gusta mi compañero de clase, ¿entiendes? —sonrió, nervioso.
—No hay resentimientos.
—Venga...que seguro Fisher es un perdedor.
—¿Así te expresas de los demás, Graham? ¿Qué dirás de mi a mis espaldas, entonces?
Me enfadó tanto que hiciera tal comentario, que lo mejor que pude haber hecho era, marcharme hacia el flat, donde seguro me esperaban esas gráficas de la Oferta y Demanda de la asignatura de Economía Financiera. Relativamente, mi tarde fue algo aburrida y entre tanto porcentaje y números, terminé el tan temido problema razonado económico y me dispuse a ir a la ducha, pues seguro y Josh llegaría en menos de una hora.
Sería el primer domingo desde que estoy aquí que, no iría con él a las McBurgers, pero se había disculpado —Sí, de nuevo— por mensajería:
"Amigo, realmente lo siento...para que veas que es cierto mi arrepentimiento, ¡Hoy pago la cena!"
Y claro, jamás desaprovecharía tal oportunidad, pues por fin podría pedir esa hamburguesa con doble tocino, doble carne y doble queso. Pero, todo tenía una consecuencia, pues hoy, sabría más sobre Marcus Fisher sí o sí.
Después del baño, y de vestirme con un look un poco anticuado para mi edad, la época y la estación del año: mi típica bufanda gris, con una chamarra del mismo color y los jeans rojos que tanto odiaba pero que mamá los compró para que nada me faltara —¡Qué incoherencias!—, escuché el timbre. Abrí la puerta y ahí estaba el castaño, con su chaqueta del Capitán América.
—¡Wow! Con esa cazadora tan de adultos haces que me enamore de ti —le expuse, intentando no burlarme.
—No eres g-r-a-c-i-o-s-o, chico listo. Vamos que quiero ir a ver las estrellas al parque después de la cena.
—¿Acaso te ha picado algún bicho extraño? ¡Andas un tanto raro!
—Hoy se verá más Saturno...
Y la noche del domingo probablemente era la mejor de la semana que iniciaba. A varias manzanas del departamento, quedaba ese McDonald's tan concurrido por compañeros de la University of Greenwich, tanto así era el mundo de pequeño que, a menudo me encontraba a mis archienemigos de mi clase de Estadística Avanzada. Una historia larga que después contaré.
Al llegar al restaurante, devoré mi hamburguesa y tenía tanta prisa e impaciencia de platicar seriamente con mi amigo que, decidí no comprar otra para el almuerzo mañana. Lo pagaría muy caro, porque si algo detestaba era comprar comida en la escuela.
—¡Hey, vaquero! Tranquilízate, que el que debería tener impaciencia soy yo —percibí su voz, algo tímida.
—¿Impaciencia? ¡Para nada! Sólo que moría de hambre —mentí—.
—¡Mentiroso!
Cruzamos la calle y empezamos a caminar por el parque Tottenham, donde era común la visita de familias enteras durante el fin de semana. Josh no hablaba y, me ponía nervioso la sola razón de que, sabía que me quería decir algo.
—¿Podríamos sentarnos a hablar de una buena vez? —le expresé, un tanto desesperado.
—Amigo...no es fácil para mí.
—¿El qué? —pregunté de inmediato.
—El decirte la verdad sobre él.
La noche caía completamente sobre la ciudad británica más poblada y en el parque, la gente poco a poco iba yéndose a casa después de una tarde familiar. Además del frío que mientras pasaban los segundos, me empezaba a resultar un tanto insoportable, pero algo me decía que valía la pena esa charla, por más duro que fuese lo que Joshi me diría.
—Por un momento creí que, nos sentaríamos a ver Saturno y que me contarías historias de científicos y cometas.
—No sé por donde empezar.
—Aquí estamos. Ante árboles con esencia de vida. Con esa neblina que en menos de diez minutos caerá sobre nosotros.
Ya no había marcha atrás. Sólo esperaba que, no me afectara tanto...
—Resulta que, Marcus Fisher es mi compañero en casi todas las horas de clase...y, lo conozco.
Mi respiración se detenía y sentía que mi garganta dolía al pasar la saliva. Mi corazón se aceleraba y mis manos sudaban. Mis ojos estaban a nada de gritar por desamor por enésima vez.
—¿Recuerdas que estoy a nada de salir con la sexy rubia? —hice un movimiento afirmativo con la cabeza—, ella lo conoce.
—¿Y? No creo que eso sea algo malo...
—No lo es, de hecho. Aunque, su mejor amiga es el problema aquí.
Ya no estaba entendiendo nada de lo que me estaba tratando de explicar. A veces tardaba un poco en captar las cosas que me querían decir, pero ahora me daba por vencido.
—¿Cómo sería problema una chica que ni siquiera conozco? —le dije irónico.
Se quedó todo en silencio. Aunque habían personas cerca todo parecía que alguien había puesto el efecto mute. Incluso los autos que pasaban por la Avenida que quedaba a no más de 400 metros parecían desaparecer y que sólo estábamos él y yo. Por un momento me asustó.
—Fisher tiene novia y esa chica es amiga de la rubia sexy.
—Oh.
—Sé que quizá seré un idiota, pero realmente te mereces a alguien mejor, amigo.
Sacó su móvil y pensé que todo había terminado. Que la farsa que creé en mi mente se estaba desmoronando y sólo me quedaba esa soledad tan normal en mi interior. Lo más probable es que, lo veía venir, pero, no lo quería asimilar. Me quedé absuelto en mis pensamientos, hasta que me nombró varias veces y tenía la pantalla de teléfono celular delante de mis narices.
—Ella es la chica.
Sentí un gran terremoto en el alma. Quizá era el karma. Tal vez pagaba las pugnas de una vida pasada o era preso de algún hechizo fuerte. Cuando los refranes o dichos están dichos, no hay vuelta atrás. No hay salvación. Mi amigo tenía razón. Demasiada, diría yo. Marcus Fisher tenía una relación con la pelirroja. Esa que cuando frecuentaba la cafetería de Scott hacía mi vida imposible y miserable...
*****
Heeeey a todxs :P
Espero que les esté gustando esta novelilla. No quiero que sea de diez capítulos y que al segundo los protagonistas ya se digan "Te amo" y esas cosas xD
¡COMENTEN Y VOTEN! ¡Gracias por leerla...y también a ustedes, fantasmillas! (-:
StrayaLover❤️🇦🇺
ESTÁS LEYENDO
Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)
Romance¿Imaginas tu vida viviendo en un país que no es el tuyo, a miles de kilómetros de distancia y que además estés tu sola/o? Esa es la historia de Noel. Un chico de un país de América Latina que gana una beca en una universidad de la inmensa Lon...