Lo primero que hice al llegar a casa fue destapar el vino barato que había comprado hacía minutos atrás. La Embajada había renovado mi beca y estaría en el país al menos un año más. O eso parecía. Mis padres lo tomaron mal al principio, pues deseaban que su hijo, el homosexual, regresara con ellos a ser 'normal'.—No empieces, mamá. Aquí hay la misma cantidad de gays que allá.
—No es verdad. Londres es una ciudad muy liberal, ¡de esas donde los chicos de tu edad andan semidesnudos! —se expresó, mediante la videollamada.
Por enésima vez, me desconecté sin siquiera despedirme. Ya era costumbre. Pero, retomando un poco todo...mañana por fin era Navidad, o sea, hoy era Nochebuena. Mi ánimo estaba por los suelos porque el clima era el esperado —lluvia— no podría ir siquiera a comer comida rápida por miedo a enfermar.
Había renunciado al empleo en el café de Scott y aunque Robin fue quién renunció al día siguiente de aquella primera cita desastrosa, decidí que sería mejor marcharme a buscar nuevos horizontes. Por el momento estaba tomándome unas merecidas vacaciones con el dinero de papá y mamá pero empezando enero iría a la oficina de empleo a tomar lo mejor que pudiera.
Josh en cambio, se encontraba con su abuela en Mánchester y aunque yo había jurado que iría a Escocia, mis planes se habían cancelado pues, estaba nevando más al norte del país y tenía un resfriado que no cesaba. No quería morir lejos.
—Me hace falta siquiera un maldito gato —hablé solo, con mi voz característica de cuando tenía catarro, mientras veía televisión y tomaba té.
Mi brazo mejoraba muy poco día tras día y en Boxing Day tendría que pasarme por el Hospital para ver el proceso de mejora del mismo. Genial mi vida. En eso, sonó el móvil, indicando una notificación de WhatsApp.
Josh:
"Rayos, odio esta ciudad. Observa la nevada que estoy presenciando en este momento".
—Por lo menos estás de vacaciones y no en casa enfermo y con un brazo inútil —le envié un mensaje de voz mientras me sentía peor.
Tomé dos pastillas de quién sabe qué cosa que según haría que mejorase y fui a la cama. Era 24 de diciembre por el mediodía y no debía estar en casa. Quizás debería ir por lo menos con Scott a por una bebida caliente no hecha en casa.
La gabardina color gris, una bufanda roja y unos jeans fueron lo primero que encontré para salir. Tomé el autobús y de un momento a otro, me di cuenta que el café de mi antiguo jefe había quedado muy atrás del trayecto y ahora estaba llegando a los barrios del noreste de la ciudad, a los típicos mercadillos navideños. No sabía exactamente que hacía al otro lado de la ciudad pero disfrutaría de las festividades.
Compré algunos libros usados de Historia y un cascanueces. Este año pareciera que no recibiría regalos navideños así que, yo mismo los compré. Estaba dispuesto a entrar a comer patatas con mayonesa a un restaurante belga pero en eso choqué con alguien.
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Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)
Romance¿Imaginas tu vida viviendo en un país que no es el tuyo, a miles de kilómetros de distancia y que además estés tu sola/o? Esa es la historia de Noel. Un chico de un país de América Latina que gana una beca en una universidad de la inmensa Lon...