Chicas y chicos, gracias por continuar acá. Te invito a que si no has votado en el anterior cap. lo hagas. Me animas a actualizar más seguido. Ahhh y, por cierto, me ayudaría que también lo hicieras en este♥. Sin más, disfrútenlo ♣
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*Narra Charles Fisher*
Ser el hijo mayor tiene sus ventajas. Y claro, sus desventajas también. Ser el protector de Marcus en la escuela elemental de los bravucones fue lo que debía ser porque era mi hermano y también porque odio las injusticias.
Después de terminar la llamada con Michael, el único abogado de la ciudad que era reconocido y además tenía un poco de ética, me quedaron más dudas que respuestas.
—Saldré y regreso hasta mañana, Lissa. La reunión con los diplomáticos holandeses se cambia para mañana a primera hora. Diles que tuve un resfriado.
—S-sí, señor. Como ordene.
—Gracias. Pasa buena noche —le sonreí.
Presioné el botón del ascensor. Desde el piso 20 al estacionamiento subterráneo eran aproximadamente 30 segundos. Eran en muchas ocasiones, el tiempo que estaba a solas y podía pensar sobre yo mismo.
—Señor —me miró el guardaespaldas y chófer al mismo tiempo— ¿a la mansión?
—No, Kaspar. Esta vez iremos a la cueva.
—Entendido —expresó con mirada rígida, como costumbre. Con ese acento polaco característico.
Mi padre había insistido en contratar a alguien que me cuidara las espaldas. No lo veía tan necesario. Aunque en Londres, era usual.
—Padre, no necesito ninguna niñera. Eso déjaselo a alguien más.
—Charles, eres el mayor accionista de la principal aerolínea de Europa y del mundo. Además, las revistas siempre están publicando cosas sobre nuestro estilo de vida...
—Bien, tú ganas, padre. Tendré niñera...
En la trayectoria del centro financiero de la ciudad hacia el hotel, o cueva, como le llamábamos Michael, mi padre y yo, hacíamos reuniones de urgencia y de secrecía. Tenía la ligera sospecha que todo era sobre la trama del juicio del amigo de mi hermano.
El auto se estacionó justo en la entrada y un empleado del lugar abrió la puerta. Suspiré y miré el reloj. Eran las ocho menos cinco. Sólo esperaba que no fuera una noche larga.
—En qué problema te has metido esta vez, hermano —hablé en voz alta.
*
Toqué en la puerta de la habitación 123. Después de insistirle a Kaspar de que aguardara en el lobby, finalmente accedió. Mi abogado no era ningún peligro. O eso esperaba.
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Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)
Romance¿Imaginas tu vida viviendo en un país que no es el tuyo, a miles de kilómetros de distancia y que además estés tu sola/o? Esa es la historia de Noel. Un chico de un país de América Latina que gana una beca en una universidad de la inmensa Lon...