Capítulo 36 | Detrás de aquellos ojos avellana.

2K 188 15
                                    


 ¡Hola a todxs! Después de un largo tiempo regreso con la historia. Sin más, les dejo con el capítulo. Me gustaría demasiado que leyeran hasta el final. Hay un aviso

*********************************************************************************

 Nací un día de mayo, el 9 para ser más precisos. Tauro. Fui el responsable para que mamá tuviera un parto demorado y por muy poco soy historia según el médico explicó.

 Para la señora González no era la primera vez que se tenía que hacer cargo de un bebé. Aunque era primeriza, su anterior hijo había tenido algunas complicaciones y murió. Ese hijo, técnicamente era mi hermano que nunca conocí.

 Durante mi niñez, fui un niño mimado. En los cumpleaños y Navidades me atascaba de obsequios hermosos y asombrosos. Recuerdo que, cuando cumplí 9 años mis padres compraron la piñata más grande que haya visto en mi vida. Fueron momentos inolvidables que más tarde ya nunca pasarían.

 Y así, la infancia de Noel González había terminado. Mi infancia, quiero decir. Después de terminar la educación elemental, era turno de la secundaria. Fue cuando verdaderamente supe que me iban los chicos. Antes, no me había detenido a pensar en ello. Creo que siempre lo había sabido pero la etapa de la adolescencia para mí fue un martirio.

 Aún recuerdo como si hubiera sido ayer la ocasión que mamá me encontró besándome con Jordi. Era mi compañero de proyectos y noté que algo pasaba entre nosotros. Entre sus ojos café oscuro —como los míos—, notaba que sus pupilas se hacían más grandes cuando me miraba de cerca. Investigué en Internet, pues pensaba que tal vez se trataba de una enfermedad extraña o también habría la posibilidad que fuera un extraterrestre.

 Hice lo más que pude para que Jordi se lanzara a mis labios una tarde de marzo. Mamá estaba de compras y mi padre trabajaba hasta tarde. Mi compañero de clase, apuesto, por cierto, lo tomó demasiado bien. Más de lo que incluso esperé.

 La ronda de besos continúo, tiramos de la mesa del comedor nuestro proyecto de ciencias, pero seguimos con lo nuestro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 La ronda de besos continúo, tiramos de la mesa del comedor nuestro proyecto de ciencias, pero seguimos con lo nuestro. Después, recuerdo a Martha, mamá, horrorizada, echando de casa lo más cortés que se podía permitir a aquel castaño de alta estatura.

—Dime que esto no es verdad. Dime que no eres maricón.

 Fue la frase que más me dolió durante mucho tiempo. Tal vez, incluso hasta hoy. Mi madre, aquel ser maravilloso que se suponía tenía que estar a tu lado todo el tiempo me había abandonado en mi proceso interno por definir qué quería para mi vida y futuro.

 Papá se mostró distante desde entonces. Mamá lo superó o al menos intento demostrarlo. Desde entonces, la relación con mis padres no era la mejor. En la High School jamás se me pasó por mis pensamientos llevar a casa a algún chico que me gustara o alguno siquiera. Sólo amigas.

Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora