Después que Josh me presentara oficialmente con Marcus Fisher, mis días se hicieron un poco más tediosos de lo normal. Ya faltaba menos para las épocas de fiesta pues diciembre estaba a la mitad y algunos que estudiaban en la universidad habían salido de vacaciones e irían de visita con sus familias y se dispondrían a descansar unas semanas de la vanguardista Londres. Claro, esa no era una opción para mí porque mañana y pasado tenía mis exámenes finales, mis padres no me tolerarían si fuera a casa y siendo sinceros, con mi humor no ayudaría en nada, además que mi país en vuelo queda como a 12 horas o más.
En el café de Scott todo transcurría como cualquier día con la novedad que diciembre se vuelve más difícil pues la gente ingiere más bebidas calientes por el bendito invierno británico. Luego que mi amigo me explicara que me olvidara del chico ojos color verde no he podido lograrlo, ¡A diario se aparece por el café!
Oh...me estoy olvidando de algo...
Días después de que Marcus y yo nos "conocimos" —porque realmente soy un maldito acosador que sabía perfectamente su nombre— nos invitó a Josh y a mí a una fiesta que daría uno de sus amigos en su departamento. Tenía lugar en nada más y nada menos que en el exclusivo barrio de Chelsea. Ni en mis sueños guajiros podría pagar uno de esos departamentos lujosos y estoy seguro que a menos que el padre del sujeto sea el dueño de un banco o algo parecido, no habría razón que explicara eso. En ese barrio tenían casa los artistas más reconocidos a nivel mundial. Josh por su parte se negó pero al decirle que allí vivía la australiana Kylie Minogue accedió.
—¡No quería ir, pero ahora tú pagas la cena el domingo! —expresó, mientras subíamos a un taxi.
—¿Recuerdas quién me presentó al chico que intento esfumar de mi mente? —le contesté un tanto enojado, pero resignado.
El departamento era más pequeño de lo que me imaginé, pero sin duda me impresionó demasiado cuando descubrí la terraza, donde además, había bebidas. La fiesta de André —el nombre del generoso anfitrión— fue épica. Lo confieso. Derroche de alcohol, hubo algunas infidelidades...¡De todo!
Graham estuvo con algunas chicas bailando, entre ellas la rubia que lo traía como demente y, bebiendo algo en esos típicos vasos desechables, mientras yo estaba totalmente aislado en un pequeño mueble en el rincón. Y así estaba bien. La música sonaba como si no hubiera mañana.
El sol se había puesto unas dos horas antes y yo cada vez más decepcionado que no apareciera el ojo verde en el lugar decidí ponerme los audífonos. También fue extraño no ver a su novia la pelirroja, pero al menos estaría en relativa paz el ambiente. Al ritmo de «Diamonds» de Rihanna me quedé dormido por lo que parecieron ser unos minutos. Sentí que alguien me tocó bruscamente.
—Oye amigo, ya debe ser hora de marcharnos —se acercó a mí el castaño algo tambaleante y con el aliento a cerveza.
—¡Pero mírate! —reí con sarcasmo— Estás que no puedes siquiera mantener el equilibrio.
Resignado, nos marchamos del lugar. En la travesía de cuidar que Josh no cayera, para descender del edificio decidí por obvias razones que usáramos el elevador. Uno que otro chico de la Universidad nos veía como fuéramos de otro planeta o simplemente éramos los «inadaptados» llamando la atención. Casi había jurado que el castaño no había bebido demasiado pero estuve tan embobado con el celular que me "transporté" a otra dimensión.
Pedimos un Uber, y en menos de diez minutos ya íbamos hacia mi departamento. En el asiento trasero del auto, Josh venía murmurando algunas cosas. Cosa de ebrios, imagino.
—Son las 9 de la noche con veintitantos minutos y tú estás tan ebrio que dejarte ir solo a casa sería un peligro —me burlé, mientras jugaba Angry Birds en el celular.
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Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)
Romance¿Imaginas tu vida viviendo en un país que no es el tuyo, a miles de kilómetros de distancia y que además estés tu sola/o? Esa es la historia de Noel. Un chico de un país de América Latina que gana una beca en una universidad de la inmensa Lon...