Capítulo 7 | Exámenes I.

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 Me despedí de Josh cuando bajé del transporte colectivo y me dirigí corriendo a mi Facultad pues como es costumbre, iba tarde al examen final de Estadística Avanzada. 

  Como eran épocas de pruebas, teníamos que ir a los inmensos salones donde cabían hasta 200 alumnos. La gran puerta de madera se abrió al tocarla, dejando ver en el lugar, que la mayoría de mis compañeros estaban ya realizando su examen. La profesora me miró desde debajo, pues había escaleras y aproximadamente eran unos cuatro pisos. Bajé lo más rápido, pero cuidadoso los escalones y tomé el papel sin decir nada y apenado. 

 Sabía que era el tonto que siempre llegaba impuntual, pero bueno, ¡esta ocasión no fue del todo mi culpa! ¡Lo juro!


 Después de que Josh me dijera que la novia de Marcus, la pelirroja, me odia por una razón desconocida y llorar un poco, fui a lavarme la cara y como si mi estado de ánimo no estuviera suficientemente mal, salgo del baño y encuentro a Josh tratando de partir mi último baguette con una cuchara.

—¡Oye! ¡Es mi último pan! —le reclamé, sorprendiéndolo.

—Oh, vamos, saliendo de clases compro más. Muero de hambre —murmuró lo último aún intentando partir el dicho baguette.

 Por un momento pensé en pelear la última pieza del panecillo pero después de pensármelo bien por unos segundos, decidí rendirme. Me sentía tan mal físicamente y emocionalmente y no quería pelear con Josh sobre algo tan banal.

—Deberías abrirla con un cuchillo, pareces princesa tratando con un cubierto —reí por lo bajo— me ducharé que quiero llegar temprano a la Universidad.

 Después de ir a mi recámara por la ropa que me pondría, y por fin abrir el grifo de la ducha, escuché un grito de mi amigo proveniente de la cocina. O eso intuí al menos.

—¡Oh Dios! ¡Oh Dios! —escuché que gritó.

—¡Josh! ¡Deja ducharme en paz! 

 En eso, escuché que se cayeron algunas cosas y escuché pasos acelerados que se acercaban cada vez más; tocó la puerta cual loco en manicomio.

—¡Por Dios, moriré! ¡Abre la maldita puerta!

—¿Bromeas? ¡No me verás desnudo! Somos amigos, ¿recuerdas? —me mofé un poco.

—¡Me he cortado con el maldito cuchillo y me desangro! ¡Joder, abre la maldita puerta! —chilló enojado y golpeando la puerta aún más fuerte.

Tomé la toalla y con aún shampoo en el cabello salí y efectivamente, el fan de los cómics tenía una herida del tamaño de una mosca pero que le provocaba un gran desperdicio de sangre.

—¡¿Qué has hecho?! —reprendí molesto y preocupado yendo por el botiquín de primeros auxilios.

—¡No quiero morir! —empezó a alterarse aún más.

—Vale, iremos al hospital... —corrí hacia mi habitación y me puse la ropa que encontré más rápido, tomé mi mochila y traté de quitarme el jabón de la cabeza. 

 Le di a mi amigo una toalla para contener la sangre, presionando un poco la herida y tomamos el Uber que por fortuna, no tardó demasiado. El chofer nos veía con cara de desconfianza, viendo por el retrovisor a mi amigo y su dedo pulgar cubierto por una toalla verde que ya parecía color carmesí. 

 Ya en el Queen Elizabeth Hospital ,la enfermera nos miró con desdén y nos indicó que pasáramos a tomar asiento. Tardamos a lo mucho 5 minutos, cuando otra enfermera llamó a Josh por su apellido y entraron a una especie de habitación con demasiadas previsiones de primeros auxilios y en menos de lo que cantaba un gallo, mi amigo estaba con su dedo pulgar vendado. Salió del lugar con la joven practicante y se le veía medio sonrojado. 

Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora