El vigésimo sexto día del último mes del año estaba casi a la mitad y yo, aún estaba en la cama con las sábanas blancas hasta la garganta. Según el reloj de mesa blanco con un gran botón rojo, eran las 12 menos diez.La casa de Kyros estaba a más de una hora de distancia y le había prometido que iría a por mis regalos de Navidad y a entregarle su ropa. El chico tenía páginas en común conmigo, y era muy probable que fuera gay. Algo no tan común en el estereotipo de uno porque era toda una eminencia en el handball. O bueno, eso decía su Facebook y yo lo sabía como buen stalker que era.
—Noel, mueve tu trasero y ve con el Dios griego —escuché decir a Josh mientras entraba en mi habitación.
—¡Hey! ¡Que ya te he dicho que no entres así a mi recámara! En una de esas y...estoy desnudo —dije lo último con cierta vergüenza.
El chico amante de los cómics soltó una risa sonora. Me quitó las cobijas y me intentó arrastrar fuera de la cama.
—Eres Noel. No estarías desnudo ni en tu propia casa. Ve a conocer al chico. Vamos...
—¡No quiero! —corrí, resistiéndome a su agarre y me encerré en el baño.
Ayer, mientras en Londres era Navidad, Josh y yo habíamos ido de compras. La mayor parte de la mercancía ya estaba en rebajas pero no estaba mucho de humor. Mi brazo dolía un poco y eso no debía ser normal según los médicos.
—Ya perdí mi cita en el hospital, ¿Qué más da si jamás voy por esos libros viejos de la historia de los vikingos? —respondí de nuevo, pero resignado.
—Colega, que no toda la vida estaré contigo. La chica de tetas grandes quiere salir conmigo hoy y no usaré como pretexto que mi amigo estaba deprimido por un chico que siquiera conoce y estuve ahí con él.
—Josh, no tienes que hacer eso por mí. Puedes marcharte...
No escuché nada por quizás dos minutos. Di por hecho que ya se había marchado. Pero mi amigo castaño lo tenía todo más fácil. Era normal en este mundo heterosexual. Vamos, que si las cosas no funcionaban con la chica de grandes...proporciones, conocería a otras fácilmente. Pero los que éramos la minoría...
Después de algunos momentos más de reflexión y evitar a toda costa mis lágrimas, salí del sanitario y encontré a mi amigo sentado en la cama con mi teléfono celular.
—¿Qué rayos haces con mi móvil? —le reclamé un tanto preocupado.
—Me he hecho pasar por ti y le he escrito al griego que irás a su casa esta tarde. Así que ponte ropa decente —expresó, saliendo de la habitación.
—Josh...no me hagas esto. Sabes que yo...
—Hermano...debes conocer gente nueva. Deja atrás todos tus miedos. Que si el tal Fisher fue una decepción en tu vida, ¿y qué? Lo siento mate, pero habrán más y no seas nena y ve a conocer al chico. Quien sabe y hasta termina en boda todo esto —rió leve al final.
En el fondo sabía que tenía razón. Pero estaba muy seguro que mi corazón no resistiría otro golpe. Me concentraría en sólo ser amigo de Kyros.
Le di la razón —en parte— a mi amigo fan de los súper héroes y salí de casa como eso de la 1 de la tarde. Él, acababa de salir rumbo al sur para llevar a su amiga al parque de diversiones.
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Perdido en sus ojos [Gay] (TERMINADA)
Romance¿Imaginas tu vida viviendo en un país que no es el tuyo, a miles de kilómetros de distancia y que además estés tu sola/o? Esa es la historia de Noel. Un chico de un país de América Latina que gana una beca en una universidad de la inmensa Lon...