Berlín, Alemania
18 de octubre 2014.Niklaus.
Bebí un trago de whisky del vaso de cristal en el que ejercía presión mientras miraba como Zel tecleaba con velocidad en el portátil y Zakharov me miraba desde la esquina de la habitación manteniendo el ambiente tenso y silencio, deje el vaso en el escritorio mirando su nombre en la pantalla de mi celular causando que quisiera estrellarlo contra el piso al no recibir respuesta de ella desde hace días.
–Por Friedrichstrasse.–ordeno Zel por el micrófono.
Uno de los últimos cargamentos había sido robado causandome dolor de cabeza pero Zel como buena conocedora había logrado interceptar a las personas que lo habían hecho, una persecución de mis hombres contra unos desconocidos.
–Equipo uno a la derecha.
Podía sentir su adrenalina, tome el vaso del escritorio y me encamine hasta ella parandome detrás de ella mirando la pantalla del portátil que marcaba un mapa del centro de Berlín con tres puntos que se movían con rapidez.
–Disparen.–ordene.
–Aún no.–me contradijo.
Me tense.
–He dado una orden.–gruñí.
–No es momento, estamos en una zona muy transcurrida.–me miró molesta.
–¡Me importa una mierda! ¡Disparen!
Las detonaciones fueron inmediatas, Zel se levantó enfadada mirándome con los ojos ardiendo en fuego.
–¿Qué te pasa Niklaus?–me empujó del hombro sin moverme.
–Es un cargamento importante, de eso dependen muchas cosas Zel y no lo voy a perder por los estúpidos civiles.
Levantó las manos dándose por vencida sabiendo que discutir no haría ninguna diferencia.
–Ahora regresa a hacer tu trabajo.–le señale el portátil.
–Eres un idiota.–dijo más relajada.
–Me amas Zel.–le sonreí aún tenso.
Negó con la cabeza divertida.
–¿Les han dicho que son algo bipolares?–dijo Bogdan.
–Callate Zakharov.–lo señalé.
Se rio bebiendo de su vaso pasando su mirada de mí a Zel, fruncí el ceño carraspeando ganandome su atención de nuevo.
–¿Qué?–dijo haciéndose el loco.
–Tú sabes que.–lo mire con los ojos entrecerrados.
Me gire poniéndome al lado de Zel para que Bogdan no pudiera verla más, ella parecía divertida con la situación pero seguía mirando la pantalla del portátil.
–La persecución llegó a su fin, los tienen.–informo Zel.
Mire los tres puntos en un solo sitio sin moverse.
–¿Qué hacemos con ellos señor?–pregunto Luka.
–Matenlos pero antes saquenles toda la información.–ordene– buen trabajo Luka.
Zel cerro el portátil y se levantó yendo al mini bar al otro lado de mi despacho.
–¡Hay que celebrar!–se sirvió un trago.
Eleve mi vaso y le di el último trago terminando con la bebida, tome mi celular cuando vibró notificando un mensaje.
Número desconocido.
«Archivo adjunto»
Felicidades al señor Cohen y a su mujer.Apreté el celular con fuerza escuchando como Zakharov se levantaba acercándose a mí.
–Va a casarse.–se escuchaba asombrado.
Me gire mirándolo, también tenía su celular en la mano.
–No lo hará.–dije convencido.
–¿Por qué estás seguro?–se unió Zel.
–Porque no lo voy a permitir.
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Dulce Infierno ©
ChickLitElina Archer está resignada a pasar el resto de su vida con el hombre culpable de la muerte de sus padres y el infierno en la que está obligada a vivir o eso fue lo que pensó hasta que ocurrió lo que ella llamaba "un milagro". La venganza es un plat...