Capítulo 57

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03 de marzo 2015.

Niklaus.

Detuve mi coche en la entrada a la mansión de Ivar Cohen llamando la atención de uno de sus guardias de seguridad que de inmediato se acercó a mí.

–Quiero ver a Ivar Cohen.–demande.

–No se encuentra.

Di un paso hacia él que era un par de centímetros más bajo que yo.

–Dile a tu jefe que quiero verlo.–escupí cada palabra con rabia.

–Ya le dije que no está.–se puso a la defensiva.

Mire la puerta de la mansión, podía entrar a la fuerza, sopese la idea un par de segundos antes de desecharla.

–Ve por tu jefe.–lo sujete con fuerza de las solapas de su saco.

Me miró endurecido desfundando su arma listo para dispararme y yo no me quede atrás, repetí su acción apuntando a su cráneo mirándolo con rabia.

Después de haber visto el estado en el que se encontraba Elina quería que el mundo ardiera.

–Tranquilo Carter.

Mire a Ivar sin bajar el arma, lucía sereno sin embargo su cuerpo tenso me decía que no esperaba mi visita.

–¿A qué se debe tu presencia Niklaus?–se acercó a nosotros.

Cuando su guardia bajo el arma yo hice lo mismo, el cuerpo me hervía y sentía la necesidad de descargar mi furia en él.

–No me digas, estás aquí por la boda de mi sobrino ¿no?

El descaro en su voz solo hacia que la furia fuera en aumento, pude haberlo matado sino fuera que ellos eran más que yo y mis hombres aún no estaban en posición.

–Creo que sabes porque estoy aquí.–di un paso hacia él.

Sonrío de lado.

–¿Es acaso por esa mujerzuela?

Mi puño golpeó su mandíbula y diez cañones de armas me apuntaron con rapidez sin embargo no tiraron del gatillo.

–Veo que si es por ella.–se burló limpiando la sangre de su boca.

–No voy a permitir que vuelvan a joderle la vida.–gruñí.

–¿Y que harás? Puedo matarte aquí mismo Niklaus.–amenazó– somos más que tú.

En posición señor.

–No estés tan seguro.–sonreí socarron cuando mis hombres me confirmaron que estaban listos.

Cada uno de las personas delante de mí fueron apuntadas con un láser rojo proveniente de los fusiles francotiradores, Ivar se tensó aún más mirándome fijamente con ojos asesinos.

–Te falta estrategia Ivar, ¿creías que no me enteraría?–me burle– tendrás poder pero no sabes manejarlo como yo.

–Si me haces algo, sufrirás las consecuencias...

–Una amenaza digna de una señorita.-me reí.

Listos para disparar señor

Escuché la voz de Greta por el auricular.

–Te has metido con mi mujer Ivar y mereces pagar por ello.–dije con frialdad.

Las personas detrás de él me miraban listos para disparar pero al mínimo movimiento una bala les atravesó la cabeza dejando solo de pie a Ivar Cohen, me acerque clavando mi mano en su clavícula para someterlo.

Dulce Infierno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora