Dulce Infierno ©

Capítulo 44

14 de enero 2015.

Elina.

El viento de la madrugada me quemaba hasta los huesos y aunque la chimenea hacia el mayor esfuerzo por calentarme solo era un intento fallido, me acurruque en la silla giratoria de Eric sorbiendo de mi nariz mientras Olivia trataba de darle una explicación de lo que había pasado.

–¡Cuando vas a dejar de mentir!–mi voz tembló.

–¡No lo hago! ¡Tú misma lo dijiste!

Me eche a llorar una vez más cubriendo mi rostro.

–No puedo creer que hagas esto Olivia.–sacudí la cabeza.

–¡Eres una mentirosa! ¡Una maldita zorra!

Mire a Eric que asesinaba con la mirada a Olivia que se terminó encogiendo en su sitio.

–¡Intentaste matarme! ¡Todos lo vieron!–grite entre sollozos.

–¡Por Dios Eric! ¡Tienes que creerme!–le suplicó a Eric.

–¿¡Cómo quieres que te crea!? ¡Lo único que has hecho es mentirme! ¡Carajo Olivia!

Sus gritos la dejaron paralizada sabiendo que su suerte se había agotado. Eric se giro hacia mí caminando en mi dirección con cansancio decidido a terminar con esto de una vez.

–¿Qué quieres que haga?–dijo solo para mí.

Pase mi vista de Olivia a Eric y después a mis manos derramando más lágrimas como si las palabras que estaba por salir de mi boca me costará, Eric me tomo con delicadeza del mentón para que lo mirara.

–Mátala.–pedí– cumple tu palabra.

Sus pupilas se dilataron.

–Si la dejas viva intentará matarme de nuevo, no quiero vivir con ese miedo.–mi voz sonaba entrecortada.

Sus manos hicieron presión en el escritorio con el rostro neutro en tanto sus pensaba con suma rapidez.

–Ella o yo Eric.

Me miró de nuevo, asintiendo decidido.

–Saquenla.–ordeno.

–¿Que? ¡No! ¡No! ¡Eric tienes que creerme!

Marko y otro hombre levantaron a Olivia del asiento sin dificultad, lanzaba patadas al aire tratando de liberarse del que ya sabía era su destino.

–¡Está mintiendo Eric! ¡Te está manipulando!

Cuánta razón había en sus palabras.

–¡Me conoces de años Cohen!–gimoteo.

Seguí a Eric cabizbaja escuchando las súplicas de Olivia.

–¡Por favor!

El aire de afuera estaba helado, me abrace a mi misma mientras seguía caminando por la oscuridad hasta que nos detuvimos a medio jardín, Eric asintió en dirección de Marko que con un golpe en la parte trasera de las rodillas de Olivia la hizo caer al césped.

–Te lo advertí Olivia.–saco su arma– sabes que soy un hombre de palabras.

Sus sollozos llegaron a mis oídos y la satisfacción me abrazo.

–Te va a joder.

Me cubrí la boca como si sus palabras me afectarán callando un sollozó.

–Últimas palabras.–le apunto con el cañón.

Sus ojos brillaron en la oscuridad con resignación.

–Te amo.–susurró resignada esperando el tiro de gracia.