Capítulo 49

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South Bronx
02 de febrero 2015.

Elina.

El Loft que había conseguido por mil dólares era muy pequeño, contaba solo con un baño, una habitación, una cocineta que estaba conectada a la sala de estar pero todo se encontraba casi vacío; golpeé la mesa con mis uñas perfectamente pintadas de rojo mientras que con los dedos de mi otra mano golpeaba suavemente mis labios mirando el celular sobre la mesa que se iluminó cuando una llamada entro.

–Que no haga ruido.–le ordene a Ethan.

Cuando se aseguró de que no hiciera ruido respondí a la llamada de Eric.

–Diga.

–Elina, nena.–su respiración estaba acelerada.

Me levanté de la silla poniendo mi espalda recta.

–¿Pasa algo?–fingí preocupación.

–No encuentro a Elle, carajo.

Sonreí por su frustración mientras miraba fijamente los oscuros ojos de Danielle que se encontraban rojos por llorar.

–¿La has llamado?

–¡He hecho todo! ¡No puedo rastrearla! ¡Su celular está apagado!–su voz temblaba por la furia.

–Tranquilizate.–le pedí– ¿Qué fue lo último que supiste de ella?

–¡Mierda! Me dijo que iba a salir con un chico.–la exasperación en su voz hizo que mi sonrisa se volviera más grande– ¡Danielle nunca entiende!

Puse el altavoz para que Elle escuchará.

–¿A qué te refieres Eric?–susurre confundida.

–¡Le puse seguridad por los árabes! ¡Le importo un carajo! ¡Que le den! ¡Estoy harto de su actitud tan infantil! ¡Desde que murió Xavier solo me lleva la puta contraria!

Elle se removió en la silla queriendo gritar sin embargo solo logro que las lágrimas se desbordaron por sus mejillas.

–Eric, tranquilo cariño, seguro que va a aparecer.–la suavidad en mi voz fue sorprendente.

–Estoy cansado de ella.–suspiro frustrado– tengo que irme, avísame si sabes algo.–colgó.

Apague mi celular y se lo entregue a Theo que se encargaba de hacer que mi ubicación apareciera como si estuviera en el penthouse con Kara.

–Que lastima.–me plantee delante de ella.

Mire a Ethan que retiró la cinta de la boca de Elle sin medir su fuerza.

–¿Por qué haces esto?–su voz tembló.

Camine hasta la silla donde estaba anteriormente sentada para llevarla hasta Elle tomando asiento frente a ella.

–Creo que sabes perfectamente la razón.

Un sollozó salió de su garganta.

–Fuiste tú ¿cierto?–me acusó.

Alce los hombros sabiendo que se refería a Xavier, la silla se movió cuando ella lo hizo intentando safarse de las ataduras.

–¡Eres una maldita! ¡Hija de la gran puta!

Me levanté alterada dándole un puñetazo en la cara que logro que la sangre saliera de su nariz.

–Me obligaron a hacer algo que yo no quería.–dije entre dientes.

–Agradece que estás viva.

–Lo hago y espero que tú también lo hayas hecho porque tú tiempo llego a su fin.–manifeste.

Dulce Infierno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora