Dulce Infierno ©

Capítulo 27

25 de noviembre 2014.
Día de Acción de Gracias.

Elina.

Un hombre alto con los ojos negros y el cabello oscuro con un poco de canas abrió la puerta de la mansión más grande que la de Eric pero no me sorprendió en absoluto, Xavier y Danielle no esperaron en darle un gran abrazo a aquel hombre que parecía realmente feliz de tenerlos aquí.

–Eric.–le estrecho la mano.

–Ivar.–lo saludo seco.

Me cuestione por un momento porque actuaba diferente a como lo habían hecho sus hermanos pero pronto eso paso a segundo plano dejándome de importar.

–Ivar ella es Elina, mi mujer.–me presento.

La mirada de Ivar Cohen logro ponerme los pelos de punta por la forma en que lo hacía, me sentí diminuta a su lado.

–Señor Cohen un gusto conocerlo, Eric me ha hablado de usted.–mentí.

Sonrío de lado sin ganas.

–Mentira, mi sobrino jamás hablaría de mí ni aunque eso le salvará la vida.

Formé una o con mi boca mirando hacia otro lado apenada con aquel hombre que había sonado herido al decir aquellas palabras, Eric me sujeto de la cintura con firmeza para adentrarnos a la mansión yendo a la sala de estar donde se encontraban Xavier, Danielle y Olivia que parecía demasiado familiarizada con el sitio.

Una chica castaña salió de un pasillo con una bandeja de plata con seis copas con vino tinto que fueron repartidas entre los presentes, deje pasar desapercibida la mirada coqueta que le regaló a Eric pero Olivia no lo hizo, pude ver cómo mataba a la chica con la mirada.

–Me alegra mucho que este año si hayan venido.–habló Ivar.

–Siempre es un gusto verte tío.

Eric se tenso a mi lado y la curiosidad volvió a salir a flote.

–Pasemos al comedor.–nos invitó.

Ivar Cohen encabezó la mesa dejando que sus sobrinos se sentarán a cada lado de él, Danielle se sentó al lado de Xavier y a su otro lado Olivia mientras que yo me senté al lado de Eric que ahora parecía más ansioso por irse.

Ivar carraspeo listo para hablar con los de servicio llegaron a rellenar las copas y servir el pavo en nuestros platos dejando una buena porción en cada plato, tome los cubiertos cortando un pedazo de pavo llevándolo a mi boca sintiendo el exquisito sabor.

–Y dime querida, ¿Por qué no han venido tus padres?–se dirigió a mí.

Deje los cubiertos al lado del plato sintiendo como el estómago se me revolvía, me aclare la garganta buscando las palabras para decir pero la carcajada de Xavier hizo que todo el cuerpo me ardiera.

–Porque están muertos, nosotros los matamos.

Apreté mis manos debajo de la mesa mirando el cuchillo sopesando la idea de enterrarselo en el cuello y acabar de una vez por todas con él.

–Mi más sentido pésame.–dijo Ivar con cinismo.

Olivia me miraba burlesca mientras Danielle miraba su plato tratando de ignorar lo que pasaba y Eric se mantenía tenso a mi lado.

–¿Por qué tío?–al hablar me miró fijamente Xavier– al fin y al cabo eran mierda, nadie los extraña.

El pecho se me comprimió y sentía como el aire me faltaba, estaba hablando como si mi familia fueran poca cosa y tal vez para él lo era pero para mí era la razón de mi vida, éramos una gran familia a pesar de todo.