Amargo Paraíso

4.5K 248 12
                                    

Lisboa, Portugal.
16 de junio 2015.

Elina.

El sol brillaba con gran intensidad haciendo que el agua de la piscina reluciera ante mis ojos que observaban como mis pies se movían dentro del agua solo para refrescarme un momento; sonreí sin poder evitarlo al sentir su mirada sobre mí desde el umbral de la puerta, lo mire recargando su peso en la pared con los brazos cruzados.

–Señor Schwarz.–lo saludé.

–Señorita Archer.–respondió divertido.

–¿Por qué no viene aquí conmigo?–señale mi lado vacío.

Se deshizo de sus sandalias y camino descalzo hasta mi lado para hacer lo mismo que yo y meter los pies en el agua, mire su mano descansando entre el espacio que nos separaba y no dude en poner mi mano encima de la de él haciendo que el diamante rojo brillará.

–Me gusta aquí.–susurré– es un lugar muy lindo y tranquilo.

Tener tanta tranquilidad era extraño, demasiado extraño.

–Podemos estar aquí el tiempo que quieras amor.–entrelazó nuestros dedos y dejo un beso en el dorso de mi mano.

Recargue mi cabeza en su hombro y nuestras manos unidas descansaron en su pierna.

–No puedes decirme eso, querré quedarme aquí siempre.

–Podemos quedarnos aquí siempre.–respondió meloso.

Lo mire con una enorme sonrisa.

–Mis hermanos y tu hermana están en Alemania.

–Podemos visitarlos.–dijo despreocupado.

–Tienes un negocio que manejar.

–Sobre eso...–se rasco la nuca.

Me acomode para mirarlo mejor.

–¿Qué?–susurré con interés.

–He pensado en dejar ese 'negocio' y solo manejar la cadena de hoteles, digo puedo seguir en eso pero no sería mi prioridad.

La seriedad en su voz me hizo saber que no estaba bromeando.

–¿Por qué?–fue lo único que salió de mis labios.

–Porque tu eres mi prioridad ahora y creo que merecemos un descanso de toda la mierda que es vivir en la mafia.

Desaparecer de la mafia no era tan fácil o ¿si?

–Pero...

–No tienes que preocuparte por eso Ellie, yo me encargo de ello.–sonrió.

Asentí en silencio.

Después de un rato sacamos nuestros pies de la piscina para entrar a la casa y comer algo, no había demasiada comida en la alacena, nuestra única opción era comer un sandwich de jamón, era eso o debíamos ir a comprar comida rápida.

–Creo que es hora de cambiar ese anillo.–murmuró a mi espalda.

–¿Por qué?–dije con la cabeza dentro de la nevera– a mí me gusta.

–No me estás entendiendo Elina.

Fruncí las cejas y me incorpore para mirarlo.

–Oh...

El pecho se me comprimió cuando lo mire recargando su peso en una de sus rodillas en tanto sostenía una cajita con un anillo de compromiso dentro.

¿Iba a llorar? No, ya estaba llorando.

–No puedes imaginar lo feliz que me haces nena así que por favor ¿Te casarías conmigo?

Holaaaa :) si has llegado hasta aquí te mereces el cielo entero, solo quiero agradecer que hayan leído la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Holaaaa :) si has llegado hasta aquí te mereces el cielo entero, solo quiero agradecer que hayan leído la historia.

Este es el inicio del segundo libro que encontrarán con el mismo título del capítulo.

Gracias <3

Dulce Infierno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora