Manhattan
29 de octubre 2014.Elina.
Me había mantenido ocupada para olvidar que ahora estaba comprometida con Cohen y que si llegaba a casarme con él definitivamente nadie podría salvarme de eso ni siquiera el mismísimo diablo, no había respondido los mensajes de Klaus porque sabía que aunque fuera por mensaje sabría que algo pasaba aunque a estas alturas todos deberían estar enterados del compromiso.
Bufé moviendo por milésima vez el cuadro de una pared a otra mirando de reojo a Kara a punto de colapsar de nervios por no poder mantenerme quieta.
–¿Cuando vamos a hablar de esto?–dijo irritada.
–No es necesario.–mire el cuadro indecisa.
–Elina, en algún momento tienes que liberarte de esa presión.–susurró.
Volví a tomar el cuadro llevándolo a la pared donde estaba anteriormente.
–¡Basta Elina!–me detuvo.
Suspiré dejando el cuadro a un lado para sentarme en el sofá pegando mis piernas a mi pecho.
–No quiero hablar de eso Kara, de verdad.–no la mire.
–Pero...
Se callo y ambas nos giramos cuando el sonido de la puerta de las escaleras de emergencia se abrieron, me levanté de inmediato con el corazón acelerado y calle un grito.
–Okay, no voy a preguntar cómo lograste subir.–me recompuse.
Kara miraba con la boca abierta asombrada a el hombre que no se movía, se aclaró la garganta levantándose.
–Iré a ver si Rob está bien.–se excusó.
–¿¡Me vas a dejar sola con él!?–casi colapso.
Me miró apenada.
–¿Ahora te da miedo quedarte sola conmigo?–dijo con amargura.
–Yo me voy.
–¡Kara!
Se metió al ascensor y desapareció dejándome con Klaus que se encontraba tenso de pies a cabeza, sus ojos estaban oscuros y parecía que estaba a punto de explotar; bajo su mirada a mi mano localizando con rapidez el anillo.
–Así que vas a casarte.–comenzó a caminar hacia mí.
Retrocedí a pesar que él estaba al otro lado del sofá pero me detuve al instante cruzandome de brazos tratando de mantenerme firme.
–No.
–¿No? ¿Acaso ese anillo solo fue un obsequio?–dijo burlesco.
–Me propuso matrimonio, le dije que sí porque si le hubiera dicho que no ya estaría muerta.–me tense.
Ahora fui yo quien me comencé a acercar a él pero no sé movió solo me siguió con la mirada hasta que estuve delante de él.
–¿Celoso?–murmuré con una sonrisa en los labios.
Acortó la distancia metiendo sus dedos en mi cabello de forma posesiva, levantó mi cabeza para juntar nuestras frentes.
–No tienes idea.
Cada parte de mi cuerpo respondió cuando lo tome de la nuca para besarlo con fuerza, que supiera cuánto lo había extrañado y cuánto lo deseaba, retrocedí al cabo de unos segundos finalizando el beso mientras llevaba mis manos al borde de el hoodie sacándomelo quedando en sostén y en short mirando como sus ojos se encendían.
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Dulce Infierno ©
ChickLitElina Archer está resignada a pasar el resto de su vida con el hombre culpable de la muerte de sus padres y el infierno en la que está obligada a vivir o eso fue lo que pensó hasta que ocurrió lo que ella llamaba "un milagro". La venganza es un plat...