Emily y yo nos dirigimos a los baños, tengo que cambiarme ahora e ir al puesto dónde está mi madre o me matará.
-Ponte la gorra para que ninguna chica te golpe cuando entres- me dice y yo lo hago.
-No hay nadie que conozca cerca ¿Verdad?- le pregunto.
-No, entra-. Entramos, voy a el último baño y me cambio, me coloco unos jeans ajustados color negro y una blusa sencilla color vino, me quito la peluca y me despeino un poco el cabello. Después de 5 minutos salgo del baño.
-¿Sabes algo de Marx?- me pregunta
-Solo sé que está en Frankfurt de visita con su abuela-.
-¿Ya hablaron?- pregunta.
-Si, arreglamos todo-.
Salimos de los baños y nos dirigimos al puesto dónde está mi madre. Ella me mira enojada, es más si sus ojos fueran pistola ya estaría muerta en este momento.
-Creo que tu madre no se ve nada contenta-.
-¿Quieres ayudarme?- le preguntó y a la vez le suplico.
-No puedo, perdón- dice.
-¿Qué?-.
-Es que quede de verme con ese chico llamado Kellen, lo conocí el día que estuviste en el hospital, es que no tuvimos la oportunidad de hablar bien y pues ahora sí- me sonríe, la verdad me alegro por ella y es una suertuda por tener la oportunidad de conocer bien a un chico tam guapo como Kellen.
-Esta bien, diviértete- le digo.
-Si, gracias- me sonríe y se va.
Volteo de nuevo a ver a mi madre y solo me mira, se queda estática y cuando me acerco me sigue con su mirada, una mirada que me da miedo.
-Llegaste tarde- dice enojada.
-Llegue, eso era lo que querías ¿No?- contesto con el mismo tono que ella.
-Ayúdame a ir por las cajas que están en la camioneta-. Ella me entrega las llaves y yo asiento. Por suerte el estacionamiento queda cerca del puesto así que no tendré que caminar mucho. Camino hasta la camioneta y saco las cajas, están algo pesadas y son demasiadas así que tendré que hacer varios viajes. Llevo dos cajas y me impiden ver, camino despacio para no chocar con nada y con nadie. Llegó al puesto y dejos las cajas y el mismo procedimiento se repite hasta que terminó con las últimas, están vez llevo 3 y no puedo ver nada.
-¡Ah!- grita alguien, solo siento como las cajas se derrumban y caigo encima de un chico que no logró verle la cara.
-Perdón- digo de inmediato, las cajas le están cubriendo la cara y lo que hago es quitarlas de encima, cuando lo hago veo la cara del estúpido de Dustin, qué suerte la mía de encontrármelo de esta manera.
-¡Otra vez tu!- me grita.
-¿Por qué siempre que nos vemos tiene que ser así?- preguntó enojada.
-Dímelo tú, tú eres la que me golpea cuando me ve- dice enojado y algo irritado.
-Creo que deberías ser más atento en lo que haces- le digo.
-Quítate de encima, me estás aplastando y tendré partido en estos días-. Me empuja y yo me quito.
-Eres demasiado delicado- digo. Me agacho para recoger las cajas que para mí suerte tenían tartaletas y ahora están destrozadas, tendré que pagarle a mi madre todas estas.
-¡Mira lo que haz hecho!-. El observa su playera, está manchada del relleno que tenían las tartaletas.
-Pues límpiate- le digo.
-Límpiame tu, tú fuiste quien me tiro encima esas cosas- dice irritado.
-No tengo tiempo-. Me retiro y él se queda asiento rabietas, en serio es como pelear con un niño de 6 años.
-Floy te necesito- me detiene alguien, cuando volteo veo la cara que no quería ver.
-Que quieres Nixie- digo de mala manera.
-Cuidado por cómo me contestas, sabes que corres peligro- me amenaza.
-¿Qué pasa Nixie?- finjo mi tono de voz.
-Necesito a Caleb ahora, mis amigos están aquí y mi novio tiene que estar conmigo, ahora ve a cambiarte- se retira. Maldita, cree que puede mandarme por todo.
Dejo las cajas detrás del puesto y me voy corriendo a los baños de nuevo para cambiarme, después de unos cuantos minutos salgo del baño siendo Caleb, corro hasta donde se supone que vi a Nixie, pero no está.
-¿Caleb?- pregunta una voz femenina detrás mío, volteo para ver quién es.
-¡Danielle!- digo sorprendida.
-Ya estás mejor, el día que estuviste en el hospital fui a verte pero no me dejaron pasar- me braza.
-Oh, si ya estoy mejor- digo nerviosa.
-Hace mucho que ya no te veía- me sonríe.
-Si, hace ya mucho-.
-¿Cómo has estado?- me pregunta.
-Bien, gracias- respondo.
-Me alegro-.
-Y por lo que me entere tu y Dustin ¿Si están juntos?- le pregunto.
-Oh- se ríe nerviosa. -Creo que solo tenemos una relación de buenos amigos, nos besamos y todo, pero hasta ahí-.
-¡Oh!- digo sorprendida.
-¡Caleb!- me grita Nixie.
-Nixie- digo.
-Se suponía que te vería en el juego de los dardos- dice molesta.
-Nunca me dijiste dónde encontrarte- digo molesta.
-¿Quién es esta?- pregunta de mala manera y la barre.
-Ella es Danielle, una amiga- digo.
-Mucho gusto- dice ella y estira la mano.
-Vámonos- me toma de la mano y me jala dejando plantada a Danielle.
-¡Ya ti qué te pasa!, no soy el verdadero Caleb para que me trates así- le grito.
-No sé si te acuerdas pero tenemos un trato- dice molesta.
-Ese trato es con mi hermano, saldrás con mi hermano no conmigo-.
-En cuanto tu hermano no esté aquí tú serás mi Caleb, ahora tráeme unas palomitas y un refresco, te veré en el juego de los dardos- me ordena y se va. Esta desde cuando tiene el derecho de tratarme como su perro, se supone que el trato es que saldría con mi hermano y no conmigo, pero claro olvidaba que estamos hablando de la loca de Nixie.
Compro las cosas que me pide Nixie y me dirijo al puesto de los dardos donde se supone que estará ella.
-¡Caleb!- grita alguien yo volteo. Perfecto, más problemas. -Te estaba buscando por todas partes, podríamos ir a la cabina de fotografías-.
-No gracias Kay-. Me dirijo rápido a donde veré a Nixie.
-¿Por qué no quieres darme una oportunidad?- me pregunta.
-Porque tengo novia, ya te lo he dicho varias veces- digo irritada.
-Por favor, solo una oportunidad- me suplica.
-No-.
-Vamos a salir, solo una vez- suplica nuevamente.
-Te dije que no, ahora sí me permites estoy muy ocupado-. Me escapo rápidamente.
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El es ¿Una chica? |Erik Durm & Bárbara Palvin|
Fiksi RemajaFloy y Caleb Müller Rosenzweig son mellizos, a los 2 les gusta jugar fútbol, solo que ella lo usa como hobbie y el como "carrera". Su hermano consiguió entrenar en la academia "Red Fury" en Múnich, solo que hay un problema... Ella tendrá que disfraz...