¡Kiss Me! [+18] [FANFIC LANA DEL REY]

Quizás.

A media hora de camino, la carretera estaba solitaria. El "paisaje" oscuro. Y sí, entre comilleo paisaje porque básicamente era todo hierbajo y oscuridad. Qué bonito. (Nótese la ironía)

-Pablo, ¿dónde vamos?-Pregunté mirando el "paisaje".

-Ya lo verás. -Dijo serio.

-Pues lo único que veo es hierbajo y oscuridad, así que el sitio donde me llevas no tendrá que ser muy bonito. -Dije enfadada.

-Vamos... vaaaamoss.... aaaa... ¿follar? Quizás. Pero no. Mas quisieras tú follarte a este pivón de hombre llamado Pablo. -Dijo sonriente.

-Vete a tomar por culo, Pablo. -Dije enfadada, mientras le echaba unas miradas no muy buenas.

-No te enfades tonta. -Dijo acariciando mi muslo izquierdo.

Quitó su mano de mi muslo y las puso en el volante.

Tres cuartos de hora más tarde, Pablo aparcó el coche en una zona oscura. Muy oscura.

-Ya hemos llegado. -Dijo.

Nos quitamos los cinturones, cogí mi bolso y nos bajamos del coche. Pablo cerró el coche con la llave manual.

-¿Dónde estamos?-Pregunté.

Pablo se puso a mi lado.

-A un sitio que te va a encantar. Te encantaba en el instituto. -Dijo sonriendo tiernamente.

Yo, seguía a Pablo. Estaba todo oscuro.

-¡Aiiiiiiiish! Puto. -Grité dolorida.

-¿Qué te pasa?-Preguntó.

-¿Qué me va a pasar? Que me he tropezado con algo. Y no lo sé por que como está todo oscuro, pues como para ver algo. Y encima, estoy sentada en algo blandito. Y no, no es mierda. -Dije enfadada.

-Guarda las uñitas gatita. -Dijo Pablo acariciando mis labios.

Le quité sus dedos de mi labio inferior.

-Por si no lo sabías, me estabas acariciando el labio inferior. -Dije molesta.

Pablo cogió su móvil y puso la linterna.

-Jooder, apunta a otro lado con la puta linterna. -Dije tapando mi rostro con mi mano izquierda.

Pablo empezó a examinarme.

-¿Eres médico?-Pregunté sonriente, pero dolorida.

-Sí. El año pasado terminé la carrera. Estoy trabajando en el hospital de Móstoles, Madrid. -Dijo esbozando una espléndida sonrisa.

-Me alegro muchísimo. -Dije clavando mi mirada en él.

-Vale, está bien. No tienes nada. Levanta, campeona. -Dijo tendiendo su mano.

Tendí la mía y me levantó. Seguimos caminando y llegamos a una gran pradera.