32. Yoü & I - Lady Gaga.

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Había pasado bastante tiempo desde que me hallaba en New York, pero aún no lograba acostumbrarme al ritmo de la ciudad. Hace bastante tiempo me hallaba lejos de casa, y a pesar de que creí poder acostumbrarme a vivir aquí, no lo hice. Cuando llegué, tuve la pequeña esperanza de que si las cosas no se arreglaban por si mismas, quizás podría quedarme por tiempo indefinido con mi padre. En la gran ciudad se vivía muy distinto que en la pequeña donde crecí. Acá la gente andaba apresurada al punto de parecer que corrían todo el día, se desconfiaba de todo y todos, acá de día se trabajaba y por las noches se salía a celebrar. A celebrar qué cosa, no sé, pero puedo asegurarles que los boliches estaban llenísimos cada noche.

Cierta vez intenté ir a uno, incentivada por mi padre. Seguramente creía que si salía de fiesta, le tomaría el gusto a la vida en una ciudad importante, pero no fue así. Salí de el lugar, y me planteé la idea de caminar un rato. Pero parecía ser demasiado inseguro caminar sola por la noche.

Catorce días exactamente habían pasado desde mi cumpleaños, y desde entonces no volví a tener contacto con Michael. Cuando creí que todo volvería a la normalidad, la realidad me pegaba una bofetada, demostrándome que no sería así.
No tenía fecha exacta de retorno, pero ya no aguantaba estar más tiempo en New York al respecto. Me había cansado de esa incomoda situación con Mikey, aparte que ya lo extrañaba muchísimo. Había comenzado incluso a soñar con él, así que decidí volver a casa. Cuanto antes. Mi padre me insistió un poco para que me quedara, pero como ya estaba decidida, tuvo que conformarse con que vuelva en vacaciones.

Antes de tomar el avión de regreso, le comenté a Gerard el horario en que llegaría, con la esperanza de que Mikey se enterara y viniera a buscarme al aeropuerto. Para eso, previamente le había pedido a mi madre que no pasara por mi en cuanto llegara. Luego, estuve un rato conversando con mis amigos por WhatsApp hasta que las azafatas me pidieron que apague el teléfono. Todo el viaje, aunque haya sido realmente corto, estuve ansiosa por llegar. ¿Creen que Michael vendría a buscarme?

Pues no lo hizo.

Cuando baje del avión, comencé a inspeccionar toda la sala donde familiares y amigos esperan a la gente que viene de un viaje. No había rastros de Michael por ningún lado, y eso que miré bien cada rincón del aeropuerto que abarcaba mi campo de visión. No había rastros del muchacho. Pero cuando tomé mi maleta, noté que una mano ya se encontraba en ella. Me asusté al pensar que estaban robándome, pero al levantar la vista, me encontré con el conocido muchacho de ojos avellanas.

-¡Frank! -exclamé con un tono entre reproche y sorpresa -¿Qué haces acá?

-Vine a buscarte, ¿No es obvio? -me dedicó una sonrisa burlona y comenzó a caminar con mi maleta en la mano. Yo me quedé allí parada, aún tratando de entender por qué había venido. De todas maneras, me alegraba que alguien se haya acordado de mí, porque sino no sabría como volver a mi casa. Probablemente en taxi. -¿Te vas a quedar ahí parada todo el dia? ¡Vamos!

Yo asentí con la cabeza y comencé a seguirlo.

-Sabes, cuando me dijiste que ibas a tomar el avión, yo estaba aburrido sin nada más interesante que hacer, así que dije ¿Por qué no? Y vine a buscarte. Después de todo, somos amigos ¿Cierto?

Las palabras brotaban de su boca sin cesar mientras caminábamos hacia el auto, mientras guardaba la valija en el baúl e incluso mientras entrábamos. Ahora estábamos sentados dentro del automóvil, él conduciendo, y yo escuchando lo que decía.

-Claro que somos amigos, Frank

-Bien, te voy a contar algo que quizás te interese -soltó una risita que lo hizo verse tan adorable, justo como él trata de evitar verse. A veces siento que parece como si Frank fuera más chico que yo, pero en realidad es al revés.

Me concentré en sus manos tatuadas, que estaban apoyadas en el volante mientras él seguía conversando alegremente. Esos tatuajes le daban todo el aspecto de "chico malo", pero una vez que lo conocías, te dabas cuenta que en realidad, él era esa clase de chico que es tan bueno que hasta pasa a buscarte al aeropuerto sin que siquiera se lo pidas. En la escuela no parece ser así. Entre todos los alumnos, él parece alguien a quien no le importan los demás, quien solo se interesa por sacar provecho de los demás, aunque eso implique alguna que otra maldad. El aspecto que muestra vistiéndose todo de negro, con algunas tachas, o pantalones rotos en las rodillas, da esa pinta que te invita a pensar "no te acerques a mí", pero cuando lo conoces y es tu amigo, es el ser más tierno que pisó este mundo.

Por dentro era tan distinto a lo que se ve a primera vista. Lo que son las apariencias...

-...entonces, Elizabeth te estuvo buscando durante toda la semana. Le preguntó a varias personas, pero no sabían nada de vos, solo que estabas faltando. Yo le hubiera dicho, porque viste, es mi compañera de clase, pero luego decidí no decirle nada. Ella no me habla nunca y ni siquiera me saluda, así que ¿Por qué debería yo, decirle que vos estabas faltando a clases porque estabas en New York? Entonces dejé que se enterara sola. Creo que le dijo Olivia o algo así... -se rascó un poco la cabeza al terminar la frase, al tiempo que frenaba en un semáforo.

-¿Para que me buscaba? -pregunté confundida

-No lo se, nadie sabe

-¿Y por qué no le pregunto a su novio sobre mí? Él sabía.

-¿A Gerard Way? No, ellos terminaron un poco después de que vos te vayas. Ya te dije, fue un chimento que duró bastante en la escuela, y creo que aún se sigue hablando de eso.

-Oh Dios. ¿Sabés por qué terminaron? -pregunté sorprendida. Ellos estaban hace muchísimo tiempo juntos. Era imposible que se hubieran separado porque si. Y ahora la intriga iba en aumento.

-¿Crees que me interesa? -se rió con ganas -No me importan las vidas de los populares, solo te comentaba que la chica te estuvo buscando como loca.

El resto del camino, nos la pasamos hablando de cosas sin importancia, pero eso de Elizabeth no salía de mi mente. ¿Esto será obra de Madeleine también? Sé que estoy siendo un tanto perseguida, pero ella es quien intenta separarme de Mikey.

En tanto Frank me dejó en mi casa, me arreglé un poco y volví a salir. Esta vez en dirección a la casa de los Way. Yo había dicho que lucharía por él, y eso era justamente lo que haría. No dejaría que las cosas siguieran así. Esta vez, no volvería a irme sin él.

Porque ahora, tenía la seguridad de que a pesar de las peleas y del distanciamiento, él aún me amaba. Me lo había dicho por teléfono el día de mi cumpleaños.

Y yo lucharía por ese amor.

Así significara sacar a Madeleine de mi camino a la fuerza, o a cualquier otra persona.

Michael era el chico que yo había elegido para mi, era el chico que yo amaba, y yo era la chica a la cual él amaba.

Y nadie podrá cambiar eso.

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Si pueden, pásense por mi nieva historia que se llama “reseñas de fics para killjoys”, ahí voy a estar recomendando fanfics para que lean ♥ los quiero.

Leave out all the rest. |Mikey Way|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora