Leave out all the rest. |Mikey Way|

43. {Segunda parte} Memory - Epica

Episodio final. (Parte dos)

Mis ojos pesaban más que nunca, y sentía un dolor persistente delante y detrás de mi torso.

Escuchaba un suave pero constante pitido una y otra vez. Dos personas conversaban en voz baja a mi lado.

—¿Cómo terminaste la escuela? ¿Aprobaste todo? —era mi madre.

—Si, por suerte. —respondió con un suspiro la voz de Olivia.

Entonces me percaté de que una mano estaba sosteniendo la mía. Me costaba demasiado abrir los ojos, pero pude apretar aquella mano rápidamente.

—Oh... —soltó mi madre, entonces pude abrir mis ojos —¡Tanya! —sus ojos se llenaron de lágrimas en ese momento. No estaba muerta.

Pestañeé un par de veces para así poder mantener abiertos mis ojos, tratando de acostumbrarme a la iluminación de ese cuarto. Era un cuarto de hospital.

A un costado, estaba Olivia, tapándose la boca con ambas manos y expulsando lágrimas de sus ojos. En seguida ambas se abalanzaron a mí en un abrazo. Pronto sentí las lágrimas en mis mejillas.

—Teníamos mucho miedo... —comenzó mi mamá.

—No sabía que hacer cuando me llamaste Tanya, no me vuelvas a asustar así —lloriqueó mi amiga.

—Me...salvaste...

Nos abrazamos las tres y lloramos un poco más juntas, hasta que ambas se separaron de mi.

—¿Qué es lo que pasó, hija?

Acto seguido, las memorias vinieron a mí como un rayo, llenando mis ojos de lágrimas. ¿En verdad había ocurrido todo eso? Ambas me miraron curiosas, y mi madre me sostuvo la mano. Debían creer que me asaltaron, pero la verdad era mucho peor.

—Nos asustas, Tanya —expresó mi amiga.

—Fue Madeleine… quiso matarme.

—¿Quién es Madeleine? —preguntó mi madre con los ojos casi salidos de órbita. Me imagino que lo que menos esperaba, era que alguien quisiera matar a su hija, además que nunca le hablé sobre esa muchacha a ella.

—¿Cómo es que te quiso matar? —preguntó Olivia luego de darle una breve explicación a mi madre sobre quién era la chica.

—Consiguió de alguna manera el celular de Mikey, y haciéndose pasar lo él me citó, y ahí lo hizo. Me tomó desprevenida, y sólo dijo que me iba a matar porque no me alejé de ellos cuando ella me lo dijo.

—Ya mismo estoy llamando a la policía — murmuró mi madre, mientras marcaba en el teléfono.

—De verdad que estaba loca. No me esperaba algo asi… ¿Crees que irá a la cárcel?

—No lo sé. —ambas suspiramos.

Mi madre estaba hablando con la policía, mientras Olivia sacaba su teléfono, y leía un mensaje. 

—Voy a llamar a Mikey, está esperando afuera.

Mi madre y yo asentimos, entonces ambas se retiraron, dejándome sola. Apenas se cerró la puerta, me levanté un poco la ropa para mirar mi estómago. Estaba todo vendado, por lo que no se veía nada. Ni quise tocar porque temía que así me doliera más.

Sobreviví. Eso era increíble.

La puerta se abrió de golpe, dejando ver por un segundo a Mikey allí. Corrió hacia mí y se arrodilló al lado de mi casa, sosteniendo mi mano con las suyas.

Sus ojos se veían rojos detrás de sus gafas. Parecía querer contenerse, pero en tanto intento hablar, las lágrimas se aflojaron de sus ojos y cayeron como si fuera una camilla abierta.