23. Conspirancy - Paramore

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Suspiré pesadamente y me deslicé dentro de aquel vestido negro que tenía preparado desde la noche anterior. Debajo de mis ojos se marcaban unas grandes ojeras debido a la falta de sueño. Pero ¿cómo podría dormir sabiendo que aquella mujer que fue tan amable conmigo, ya no estaba más acá? Traté de acomodar un poco mi cabello, y salí a cara lavada, teniendo por seguro que con lágrimas correría todo el maquillaje. Al oír a mi madre golpeando la puerta de mi habitación, supe que era el momento de salir. 
La puerta de la casa Way abierta de par en par, jamás me dio tanto temor como aquel día. Dentro se veían varias personas vestidas de negro, todos compartiendo la misma cara amargada. Y yo, sólo tenía ganas de salir corriendo y fingir que esto no sucedió jamás. Mi madre me empujó suavemente a entrar, y allí estábamos, entre esa pequeña multitud, lamentándonos todos de la muerte de esta mujer. 
En tanto mis ojos se encontraron con los de Michael, comencé a despedir lágrimas incontrolablemente. Al mismo tiempo, sus ojos se llenaban de estas, pero no las dejaba avanzar. Corrí a rodearlo con mis brazos, aunque sabía que eso no cambiaría en nada, y lo apreté en el agarre. Por detrás, pude observar unos labios rosados fuertes. Madeleine estaba allí, yendo a darle su pésame el resto de la familia. No me molestaba su presencia, sólo me inquietaba. ¿Qué hacía con maquillaje color rosa chicle en un funeral?  Sus grandes anteojos de sol tapaban toda expresión, pero desde luego que no se veía demasiado afectada. Sus brazos rodearon suavemente a Gerard, mientras palabras que no pude descifrar salían de su boca. 
Una vez que me separé de Michael, lo dejé ir con su hermano, a su pedido, ya que el mayor se encontraba nuevamente sólo al lado del ataúd. Era una imagen verdaderamente dolorosa, pero esta era la realidad y había que enfrentarla. 
A mi lado ya no se encontraba mi madre, por lo cual decidí ir a buscarla. Vagaba lentamente por la casa, como si no tuviera ningún lado al que ir, mientras mi mirada recorría cada rincón en busca de mi madre. A cada segundo que pasaba, me ponía más ansiosa, así que luego de un rato, para calmarme, me senté en un sillón a tomar aire. 
El asiento se hundió a mi lado, indicando que alguien se sentó junto a mi. Giré la cabeza, y vi su cabellera rubia. Era Madeleine, y me estaba mirando ella también. 
-soy Maddie, amiga de la infancia de Gerard y Michael. ¿Cómo te llamas y qué sos de ellos? -preguntó enseguida con una ceja levantada y una falsa sonrisa dibujada en sus labios. 
-eh... -dudé en responderle, pero no ganaría nada sin hacerlo. -Soy Tanya, un gusto.- estiré mi mano hacia ella, pero no la tomó
-¿Qué sos de ellos?  -insistió 
-¿En qué te cambia saber eso? 
-da igual, si no me lo decís vos, se los pregunto a ellos. Sólo que creí que no sería un momento adecuado el entrometerme cuando su madre acaba de morir. 
-... -suspiré con cansancio. Había ganado. No quería que los vaya a molestar justo ahora. Pero... ¿Aun así se hacía llamar su amiga?  -Soy la novia de Michael. 
-oh... interesante. -dijo con una sonrisa, para luego levantarse e irse caminando hacia algún otro lado de la casa. 
Esa chica si era rara. Me traía mala espina, pero no podía hacer nada.

El resto del funeral, fue… horrible. Pero no podía ser de otra manera. Por lo cual, me sentí aliviada al llegar a casa. Me había quedado un rato después de que se fuera la gente, ayudando a ordenar y esas cosas, hasta que Madeleine decidió echarme. Yo no hubiera cedido ante ella, si no fuera porque Donald me pidió que me retire. Según él, necesitaban un tiempo a solas entre familia, y me sentí una intrusa, pero… aquella chica rubia también lo era. De todas formas, no era momento para discutir, y menos con mi ¿suegro? Así que simplemente me fui, sin mediar palabra.

 Luego de eso, pasaron dos días en los que no vi a Michael para nada. Cuando le mandaba un mensaje, simplemente me respondía que no se encontraba de humor para nada, y en las llamadas se lo notaba algo deprimido. El día de navidad hablamos un poco a través de mensajes, donde me contó que pasaría las fiestas en la casa de campo de Patrick, el amigo de su padre, y en consecuencia junto a Madeleine. Eso me molestó un poco, ya que a ella la veía más seguido que a mí, pero confiaba en Michael. Después de todo, al conocerla desde pequeña, debe sentir como si fuera una prima suya, ¿no?

El último día del año, fui a pasar la tarde a la casa de Olivia. También había invitado a Ally y Dea. Estuvimos un buen rato viendo películas, comiendo golosinas, y hablando de cosas sin mucha importancia, cuando Ally decidió sacar su celular y entrar a twitter.

-¡chicas miren esto! –nos llamó, a lo cual todas respondimos corriendo a ver lo que había en su celular.

Una cuenta anónima, de alguien de nuestro colegio. Supuestamente, según lo que decía en la biografía, era una cuenta que se encargaba de “esparcir verdades de nuestros estudiantes” o como yo diría, rumores.

Comenzamos a leerlos en voz alta, riéndonos de algunos. Había otros de personas que no conocíamos, ya que hablaban de gente de todos los años. Pero aun así los leíamos todos. Uno cada una, y nos íbamos pasando el teléfono.

Cuando estuvo en manos de Olivia, esta se quedó callada con el celular en sus manos.

-¡vamos Liv! ¿Por qué no lees? –preguntó Dea con la sonrisa aun en su cara desde el anterior tweet.

-es que… es sobre una de nosotras…

-¡con más razón! Sabremos si es verdad o no –chilló Ally

-bien. Dice… “Tanya Evans está profundamente enamorada de Gerard Way, y como no pudo con él, se conformó con el tartamudo de su hermano.”

Todas nos quedamos en silencio, y las sonrisas se borraron de nuestros rostros. Especialmente del mío.

-y tiene diez retweets… -susurró mi amiga.

Le saqué el celular rápidamente,  y revisé esos retweets.

Katherine. No me sorprende.

Annice. ¿Annice? Era obvio que ella proporcionó la información para ese tweet. Claro que sí, si es ella la única que sabía que antes me gustaba Gerard. Nunca confié en otra persona para contarle aquello. No lo podía creer. ¿Por qué hacía esto? ¿Qué hice para que me odiara? Esto dolía más que nada. Acepto el hecho de que no quiera ser más mi amiga, pero… ¿llegar a este punto?

Madeleine.

¿Qué? ¿Cómo llegó ella a ese tweet y por qué lo retwitteó? Esa chica definitivamente está en mi contra y no sé por qué, si apenas la conozco.

Miré el resto de los retweets, pero eran personas del curso de Gerard y demás gente sin importancia.

Dejé caer el celular en la cama, y salí corriendo de allí. No necesitaba tres pares de ojos sobre mí, pidiendo explicaciones. Sentía como si todo el mundo cayera sobre mis hombros. ¿Cómo arreglaría esto? ¿Cómo haría para volver a clases? Porque no creo que en una semana se vayan a olvidar de ese rumor, que en parte tenía verdad. Es decir, si, a mí me gustaba Gerard, pero físicamente, como a casi todas las de mi colegio. Yo no tenía ninguna intención con él, quizás me atraía porque era mayor y popular. Pero cuando conocí a Mikey, me enamoró, y comencé a ver a Gerard de otra manera. Nunca estuve con Michael por conformarme, él simplemente me conquistó mostrándome la persona que es. Y no podía creer como había gente tan malintencionada para pensar eso. No podía creer al punto que llegó aquella a la cual llamaba mejor amiga.

Y peor aún, era que Madeleine vio eso, y no caben dudas que lo va a usar en mi contra. Porque ya me dejó bastante claro que le caigo mal. Y eso era lo que me daba más miedo. Que de esta manera, pudiera alejarme de Michael, que en estos días, era lo más importante que tenía.

¿En qué momento el mundo se puso en mi contra?

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No subí el capitulo antes, porque mi hermana no me hizo una torta. Agradezcanle c:

+Aviso: Estoy comenzando un nuevo fanfic, de Frank. Tiene solo seis capitulos, y... acabo de comenzarla, pero ya la tengo toda escrita. Es algo trágica, pero estoy segura que les va a gustar. Denle la oportunidad. Se llama Agonia Eterna. Y sin más que decir, nos leemos en el próximo capitulo. 

Leave out all the rest. |Mikey Way|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora