Leave out all the rest. |Mikey Way|

42. Memory - Epica

Episodio final. (parte uno)

Era el atardecer, y yo estaba sentada en un banco de una plaza, pensando en este año que estaba culminando.

Era el día del tan anhelado baile de fin de año, y si todo salía de acuerdo al plan, nuestros próximos días serían tranquilos, y con suerte, el año siguiente también.

Yo no era una invitada en esa fiesta, pero para mí también era un día especial. No por ese hecho en particular, sino porque sentía que era el comienzo de algo mejor. Jackson tendría su primera cita con Madeleine, y todo indicaba que la chica dejaría de lado su irracional actitud frente a nosotros.

Elizabeth no había logrado conseguir  la invitación de su ex novio, pero aún seguía sin perder la esperanza de conquistarlo, de que cuando la vea tan bella en ese baile, se arrepintiera y quisiera regresar con ella.

No tengo nada para reprocharle, ya que en ese punto ambas somos iguales. Si no hubiera sido porque yo no perdí la esperanza, no estaría como estoy ahora.

Estaba sumergida en mis pensamientos, entremezclados con algunos recuerdos y sonrisas perdidas; cuando el sonido de una notificación se dio a lugar en mi teléfono. Era un mensaje de Michael.

Intuitivamente le sonreí a la pantalla, y lo abrí. En él se leía: "¿Estás ocupada?". "No" me apresuré a tipear. Él se mantuvo en línea, por lo que no tardó en escribir un nuevo mensaje. "Encontrémonos". Me pasó una dirección que coloqué en la aplicación de mapas del teléfono, y tranquilamente comencé a caminar hacia allí. No sabía por qué no me citó en su casa o en la mía, pero aún así me dirigí hacia su encuentro. Quizás quería que vayamos a tomar algo a algún lado.

En el camino, el cielo se fue oscureciendo, mientras las luces de los caminos se iban encendiendo. Mi mirada recorría todo el lugar que transitaba con tranquilidad, mientras mis pensamientos volaban tranquilamente. En realidad estaba satisfecha con mi vida. Todo estaba encaminado hacia algo mejor. Definitivamente el año entrante sería mejor que el que estaba acabando. Me preguntaba qué planes tendría Mikey al respecto del futuro conmigo. Si bien aún nos quedaba un año de escuela, el tiempo pasa rápido. Continué teniendo pensamientos como este, mientras mis pies me llevaban hacia el lugar.

Una vez allí, me frené. Era la intersección entre dos calles cualquiera. Miré el reloj de mi teléfono, y vi que sólo me tomó diez minutos llegar hasta aquí. Quizás había sido muy rápido, porque no había rastro de mi novio.

Un farol que se encontraba a pocos metros, tenía su luz encendida a pesar de que parpadeaba, como si la lámpara estuviera a punto de fundirse. No había nadie en la calle. Así que esperé cinco minutos más, sentada en el borde de la vereda. Dejaría pasar cinco más, y si no habían señales de él, lo llamaría.

Ya me estaba poniendo impaciente, cuando de súbito sentí un fuerte dolor en la parte trasera de mi cintura. Mi mano voló hacia a zona, y la sentí humedecida y pegajosa. El dolor era insoportable, hasta que me encontré con la causa de este: el tacto del frío metal. Abrí mis ojos con miedo, y me giré rápidamente. En ese momento, el miedo era más fuerte que el dolor. Pensé que estaba siendo asaltada, que sería víctima de violación, o de asesinato.

Mis ojos se encontraron con aquellos celestes que me miraban con ira contenida, y mi boca dejo escapar una exhalación.

—¿Por qué no desapareces de mi vida? —preguntó haciendo una mueca Madeleine.

El cuchillo se encontraba en su mano ahora, manchado con mi sangre. Yo sentía tanto dolor, que ni siquiera supe en que momento lo sacó de mi cuerpo. Tenía una sonrisa que la hacía ver trastornada.