-¡Gerard! -Grité por mi novio y por mí. A juzgar por la presión que ejercía sobre mi mano, estaba muy nervioso. Estoy segura que no podría hablar.- ¿Qué pasó?
-yo... no lo sé- apenas pude escuchar a través de su llanto.
-Calma... -coloqué mi mano sobre su espalda brindándole mi apoyo. -¿vos estás bien?
-si... yo estoy bien. Pero Donna está adentro. -volvió a taparse el rostro continuando con la lluvia de lágrimas.
Mikey, al oír eso, quiso entrar corriendo a la casa, pero yo lo frené. Estaba igual de alterada que ellos, sabiendo que Donna aún seguía dentro, pero debía mostrarme calmada para que ellos conserven la compostura. No quería que nadie enloqueciera. Y mucho menos permitiría que Michael en ese estado entrara a una casa que se estaba incendiando.
-cálmense. Los bomberos van a sacarla. Va a estar todo bien. -les aseguré aunque en mi mente se estén recreando las imágenes más siniestras de lo que podría llegar a pasar. Sin embargo, no me permitiría transmitirles esa inseguridad.
-p-pero e-es mi mamá –reprochó el menor.
-ya la están sacando. –murmuró tranquilamente una chica al lado de Gerard, con su mirada clavada en la puerta de la casa.
No sabía quién era, pero al parecer estaba allí hace rato. Era difícil no notar su presencia, pero así me pasó a mí. Su cabello rubio era lo que más destacaba, aunque su vestimenta no se quedaba atrás. Rosa y blanco, esos eran los colores. Camisa y pollera. Tacones altos. El maquillaje y su bolso, combinaban con su esmalte de uñas. Era la mujer más femenina que había visto en toda mi vida. O quizás debería decir chica, no parecía ser mayor de mi edad. Y a juzgar por sus accesorios y la calidad de su ropa, se notaba a millas que el dinero le sobraba. No parecía ser una vecina de ese barrio, así que, ¿Quién era y qué hacía allí? ¿Conocía a los chicos o algo así?
Casi no pensé en ello realmente, ya que mis ojos volaron rápidamente hacía la vivienda de donde los bomberos estaban sacando a la madre de mi novio, al igual que los dos muchachos a mi lado. La diferencia, es que Michael corrió hacia ella antes de que pudiera frenarlo, y Gerard rompió en un llanto aún más audible.
Nunca lo había visto llorar, y menos de esta forma, por lo cual provocó algo en mí. Pena quizá, tristeza, miedo, lástima. No lo sé, pero para cuando quise darme cuenta, mis brazos estaban rodeándolo en señal de apoyo. No sabía cómo se encontraba su madre, ya que los pocos segundos en que la vi, parecía estar inconsciente, pero sabía que era un momento difícil para los hermanos Way. Y lo único que podía hacer yo, era estar allí para ambos. Él escondió su rostro en mi hombro a pesar de la gran diferencia de altura, y enseguida sentí como sus lágrimas mojaban toda mi remera. Aunque ese no era el punto importante ahora.
La chica rubia nos miró durante un par de segundos, sin expresión alguna en su rostro, para luego caminar con toda la lentitud y paciencia que se podría tener en un momento así, hacia Mikey. Aun en mi abrazo con el pelirrojo, podía ver la escena de manera clara. Mikey estaba siguiendo a los paramédicos que trasladaban a su madre en una camilla, cuando la desconocida llegaba a su lado. Llamó su atención apoyando su mano en el hombro del chico, y cuando él se dio vuelta, ella le dijo algo. Una frase. Algo que no pude descifrar leyendo sus labios, ya que no sé leer labios. Pero al finalizar, la muchacha le dedicó una media sonrisa. La cara de Michael siguió siendo de preocupación, pero aun así, asintió con su cabeza, para después subir rápidamente a la ambulancia junto a su madre, camino al hospital.
Gerard se estaba calmando lentamente entre mis brazos, y eso me alegraba un poco. Los bomberos ya estaban terminando de hacer su trabajo, mientras uno de ellos se acercaba a nosotros dos.
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Leave out all the rest. |Mikey Way|
ФанфикTanya Evans. Mikey Way. Dos personas distintas en su rareza. Ella, una anti-popular, que tiene bien en claro lo que quiere, y cómo lo quiere. Él, un apartado social que no habla con ninguna persona del colegio, salvo con su hermano Gerard, que a su...