36 - Victorius - Panic! at the disco

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-¿De ve-verdad no m-me vas a d-dejar ir?

El resto de la habitación estaba en completo silencio, y los ojos de Michael pegados a los míos.

-¿Qué tanto escuchaste? -en el tono de mi voz se notaba la preocupacion, a pesar de mis vanos intentos por hacerla desaparecer.

Él se quedó en silencio por unos momentos. Me sentía tensa.

-P-poco. S-solo el fi-final.

-Sí -dije con una sonrisa de alivio. -Escuchaste bien, no te voy a dejar ir.

Él sonrió y trajo una hoja. Apresuradamente escribió sobre ella: "Eso era lo que quería escuchar"

-Y yo quiero escucharte a vos. ¿Vamos a volver a discutir para que dejes de escribir lo que querés decir? -Ambos estábamos con el ceño fruncido. -Sé que debe ser difícil para vos, pero yo se que podes. No dejes que este problema te condicione.

Él asintió con la cabeza.

-De a poco...

-D-de a p-poco...

Ese día decidí volver temprano a mi casa. Claro que no me fui sin antes asegurarme de haber contribuido en algo para ayudar a mi novio. Lo convencí de que llamara al médico y pidiera un turno. No fue fácil convencerlo, pero le expuse todas las razones por las cuales debería ir, y comprendió que era por su bien. Finalmente acepto acudir a ayuda profesional, con la condición de que yo lo acompañara.

Acepté sin ningún problema.

Ese día, me sentía un tanto estresada, así que decidí recuperarme con varias horas de sueño. Y ese era mi plan, hasta que mi teléfono comenzó a sonar cuando ya me había acomodado en la cama. Cruzó por mi cabeza la idea de no responder, pero ante la posibilidad de que sea algo importante, tomé el celular y respondí de una vez por todas.

-Tanya, hay algo que debemos hacer. En favor de la venganza. -la voz de Elizabeth nunca me había molestado tanto como ahora justo antes de dormir.

-¿Sí?

-Si, debes ayudarme. Tenemos que entrar a la casa de Madeleine para ver...

-¿Entrar a la casa de quién? -no me molesté en no interrumpirla -¿Cómo pretendes entrar, y para qué?

-Si me escucharas en lugar de interrumpir, ya lo sabrías -se quejó, pero enseguida se le pasó el enojo. -...debemos hacer una investigación sobre ella. Debemos conocer por completo sus gustos y su forma de pensar. De otra forma, no va a funcionar nuestro plan.

-Espera... ¿De verdad conseguiste un chico que quiera hacerlo?

-Si -respondió completamente segura -pero necesitamos saber lo más que podamos de ella, para que el la pueda conquistar. Debe ser el chico perfecto a sus ojos. Digo... Debe superar a Gerard y a Michael juntos. Le tiene que gustar de verdad.

-Buen punto -lo pensé por unos momentos. -Pero... ¿Cómo vamos a entrar a su casa? ¿No es un delito eso?

-No te preocupes. Entramos cuando no haya nadie. Por lo que se, su padre trabaja todo el día, y vive solo con él. Asi que tenemos que vigilar hasta que ella se vaya.

-Me siento ladrona.

-Es eso, o que se robe a tu novio de vuelta.

Esa frase fue la que quedo rondando en mi cabeza hasta luego de horas de haber terminado la comunicación. Luego de un poco de insistencia, accedí a investigar junto a mi reciente aliada, aunque ella estuviera mucho más entusiasmada que yo con el plan. Elizabeth se encargaría de controlar y avisarme cuando la casa estuviera vacía; mientras que yo, tenía que estar siempre disponible para ir a su encuentro.

Leave out all the rest. |Mikey Way|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora