Leave out all the rest. |Mikey Way|

9. Isn't that something? - Ray Toro.

Llegué agitada a casa por venir corriendo. No podía dejar de sobre pensar todo. ¿Por qué había escapado? Trevor no se merecía que yo me haya ido de esa forma, repentinamente, pero… él no debería haberme besado sin saber si yo quería o no. Yo nunca me había imaginado mi primer beso de esta forma, y mucho menos, pensé que iba a estar imaginándome a otro chico mientras besaba. Pero ¿Por qué?

Mikey es solo mi amigo. No lo quiero como otra cosa. No puedo enamorarme tan rápido, es imposible. Además, él no me atrae, no hizo nada para conquistarme. Es imposible, y eso lo puedo repetir miles de veces, porque para mi no es algo que pueda pasar.

Cerré la puerta detrás de mí, mientras calmaba intentarme, cuando noté que la televisión estaba encendida, y en un volumen demasiado alto. Aunque no había nadie en el living. Sentí que el corazón me dio un vuelco, ya que eso ocurría únicamente cuando mis padres peleaban, y no querían que los vecinos se enteraran. Él había vuelto. En realidad, Robert no era mi padre biológico. Era mi padrastro, pero estaba en pareja junto a mi mama desde que yo era pequeña, por lo cual lo sentía como un padre… hasta que llegó la etapa oscura de nuestras vidas. Robert volvía ebrio a casa, y cada vez era mas frecuente. Se volvía violento con mama y conmigo. Nosotras no encontrábamos la forma de hacer que él nos dejara en paz, ya que todo el cariño que habíamos tenido por él, se fue disipando a medida que aumentaban las agresiones. Mama tenía miedo, ya que estaba embarazada de él, y yo era una niña apenas. Recuerdo que vivía diciéndome que no confíe en los hombres, que nunca tenga novio, no al menos hasta que tenga una edad de madurez. Yo nunca me lo tomé muy en serio, pero creo que mi inconsciente si lo hizo. Vivíamos con miedo, no sabíamos que hacer. Estuvimos atrapadas en ese infierno por casi un año, hasta que Robert encontró una nueva mujer, y decidió engañar a mama. Ella lo descubrió, y él la atacó con más fuerza que nunca. Esa noche perdió el embarazo. Pero luego, Robert se fue con esta nueva mujer, y nunca más lo volvimos a ver, para nuestra suerte.

Apagué la televisión, y efectivamente, se oían voces provenientes de la cocina.

-¿Qué te crees que soy?

-¿acaso no puedo equivocarme? ¿No me puedo arrepentir? –era esa horrible voz que no había escuchado hace tiempo, y de momento a otro, reapareció. En el tono que empleaba, no logré encontrar ni una pizca de arrepentimiento, ya que todo parecía dicho con enfado. ¿De verdad él creería que de la nada podría volver a nuestras vidas? Por favor mama, no lo dejes. 

Tenia ganas de ir allí, y enfrentarlo. De decirle lo tanto que arruino nuestras vidas. De golpearlo. Pero no me animaba. Era tal el terror que había sembrado en mí, que no podía siquiera acercarme a la cocina. En cambio, me alejé, y salí nuevamente por la puerta. Una vez afuera, tomé mi celular, y marqué el número de mi tío, es decir, el hermano de mama. Era lo único que podía permitirme hacer, debido al miedo que tenía.

-veni a casa, volvió Robert. –dije al escuchar su saludo, y sin pretender oír una respuesta, finalicé la llamada, y me fui caminando sin rumbo.

Las lágrimas caían por mi rostro, y algunas personas me miraban raro, pero ninguna se atrevía a hablarme. No me interesaba lo que pensaran de mí los demás, mi vida simplemente se estaba desmoronando. Tenía miedo que Robert volviera para siempre, que decidiera quedarse, que volviera a golpearnos, que de nuevo no pudiera evitarlo…

Caminé sin rumbo alguno, pero aun así, me encontré en la calle de mi escuela. Era sábado al atardecer, así que no había nadie conocido por allí. Así que me senté en las escaleras que había afuera de la puerta principal. Me quedé pensando en el pasado, en lo que presencié cuando llegué a casa, e incluso en lo que podría pasar tanto si Robert se queda, como si no. Espero que mi tío haya llegado a casa antes de que pase algo malo. A mi me hubiera gustado ayudar a mi mama, pero me sentía incapaz totalmente de cualquier cosa.