“andate”
Me quedé perpleja mirando aquel papel. Simplemente no podía o quería aceptarlo ¿Qué hice para merecer ese desprecio oh si, me olvidé de él. Me dejé influenciar por las ideas y la vida que llevaba con Annice, que me alejé de lo que realmente me interesaba. Incluso podría decir que me enceguecí, creyendo que podría ser alguien “mas importante” por no quedarme en las sombras del anonimato. Creí que por conseguir más amigos, sería popular. Pero ahora que lo veo desde una posición un poco mas alejada, ¿acaso me sirvió de algo? ¿Acaso esas amistades traerían algo bueno? Al menos sé, que mi amistad con Mikey, si funciona bien, me va a traer satisfacción personal por completar un logro, y además, lo ayudaría a él. Todos saldríamos ganando, y siendo mejores personas. En cambio, con Annice, Trevor, y Joseph, solo íbamos a fiestas. ¿Qué hacia yo yendo a fiestas? Es decir, nunca fue lo mío. No puedo creer que me sienta cómoda en una. Ésta no era yo. Pero esta vez no lo dejaría tan fácil. Yo tengo una meta, y no voy a desistir por una negativa de Michael. No me iba a dejar vencer por eso. Además, sabia que él era así de cerrado, por lo que ésta era una de las posibles reacciones. Tan solo era un desafío más. Y me lo tomaría de esa forma.
No me desviaría ésta vez, resistiría todas las tentaciones, y continuaría con mi propósito. Además, eso me mantenía siendo mi misma.
-no. –le dediqué una sonrisa. Él bufó, y yo simplemente sostuve la mirada. -¿Qué estabas haciendo? –lo ignoré, y entré a su cuarto. Él se quedó sorprendido viéndome, mientras su mirada se iba suavizando de a poco.
Se notaba que no se esperaba esa reacción, ni estaba acostumbrado a que la gente sea tan persistente respecto a él. Yo creo que los profesores no llegaban al fondo del “caso Way” porque no se comprometían realmente como yo lo hacía. Mi mama me dijo cierta vez, que “no querían meterse en su vida privada”, pero es que si no lo hacés, nunca vas a saber lo que pasa dentro de su mente. Es por eso que yo me tomo ciertos atrevimientos, teniendo en cuenta, el fin con el que me acerqué en un principio (dejando de lado, obviamente, el trabajo practico de Arte). Puede que sea tímido, o tarde en asimilarlo, pero yo estaba más que dispuesta a meterme bajo su piel, y hacer todo lo necesario para ayudarlo. Es más que eso. Quiero sacar lo mejor de él. Quiero ser alguien en su vida. Y para lograr eso, necesito obtener su confianza. Pero eso es algo que solo podré conseguir pasando tiempo con él.
No me respondió, por lo cual me giré para verlo. Estaba parado en el mismo lado. Le dediqué media sonrisa, y le dije:
-no me voy a ir. –su rostro seguía igual, aunque en su mirada algo había cambiado. -¿Qué hacías? –repetí la pregunta.
Él, enseguida fue hacia el escritorio donde tenía como escribir, pero yo lo tomé suavemente del brazo para frenarlo.
-no Mikey, no quiero que escribas más conmigo. Abrite. Intentá hablar conmigo. Yo te voy a escuchar. No necesitas esas hojas. No conmigo. De ahora en más solo quiero que me hables, por favor. Yo te voy a esperar. –le sonreí. –estoy acá.
-n-n-o… m-me-e lla-m-mes-s M-mike-ey...
Eso fue como un balde de agua fría. En parte fue bueno, porque logré que me hablara nuevamente, y probablemente no vuelva a usar el método escrito; pero por otro lado, m hizo dar cuenta que quizá yo ya tenía cierta clase de afecto, pero él no.
No éramos amigos.
-bueno Michael, pero no me voy a ir. Vine a pasar tiempo con vos, y no me voy a ir hasta hacerlo.
-¿p-por… que-e l-lo ha-a-aces? –preguntó con los ojos cerrados y el ceño fruncido. Le molestaba demasiado tartamudear.
-ya te dije. Me caes bien. –nos quedamos en silencio un buen rato, y entonces me di cuenta que no sabía qué decirle. Era difícil hablar con alguien así. Hasta que se me ocurrió una idea. Si no podía hablar de corrido con él, entonces, pasaríamos un buen tiempo juntos sin necesidad de hablar. -¿Querés que veamos una película?
Su rostro se iluminó. Genial. Había acertado. Le gustaban las películas. Michael asintió con la cabeza, para luego mostrarme una estantería donde tenia varios –bastantes- dvd’s de películas. ¿Cuál seria adecuado? Tenía de casi todos los géneros, por lo que deduje que era un gran aficionado, así que observé cuidadosamente, hasta escoger una película de comedia. Agarré una que jamás había visto, pero había oído hablar de ella, y se la dí a Michael.
-¿ésta, está bien?
-e-es m-i-i f-favorita-a… -noté nuevamente su molestia ante la tartamudez, pero le dediqué una sutil sonrisa para demostrarle que todo estaba bien, y tranquilizarlo
Él asintió, y fuimos hacia el living de su casa, ya que allí había una televisión grande y un cómodo sillón para tres personas enfrente. Yo me senté, mientras él ponía la película. Al cabo de unos segundos, ya estaba a mi lado. La película comenzó, y ambos nos concentramos en ésta. Al rato ya nos estábamos muriendo de la risa. Al fin y al cabo, fue una buena idea ver una película. Ambos la pasamos bien, y estuvimos un buen rato juntos.
-e-estab-b-a di-ibujando-o. –dijo repentinamente, pero no entendí a qué se refería
-¿Qué?
-c-cuando lle-e-gaste-e…
-oh. –una sonrisa irrumpió sin permiso en mi cara. Y me di cuenta, que cuando estaba con él, sonreía el doble de lo que lo hacia normalmente. –¿dibujas mucho? –él asintió. -¿me dejas ver tus dibujos? –dudó, pero volvió a asentir.
Subimos ambos por las escaleras, y volvimos a entrar a su habitación. Sobre el mismo escritorio de donde sacaba hoja y lapicera para comunicarse, había varias hojas con dibujos. Él me las señaló, y esperó a que las tomase.
Observé con cuidado cada una de las hojas. Todas eran hechas solo con lápiz negro, pero aun así eran impresionantes. Se podría decir que éste chico nació para el arte. Había desde paisajes, hasta retratos, lugares cerrados, e incluso animales. Me quedé unos minutos callada, simplemente analizándolos. Su mirada estuvo fija en mí todo el tiempo, hasta que yo hablé
-son geniales Michael, creo que tenés un don, realmente. –él sonrió y bajó la mirada.
-g-gra-acias…
-no agradezcas, yo simplemente digo lo que veo.
El sonido de mi celular me interrumpió. Era un mensaje de Annice. “¿estás en tu casa? Es urgente” ¿Qué le habrá pasado? Yo no quería irme de la casa Way, pero Annie seguía siendo mi mejor amiga, y si me necesitaba, yo tenía que estar con ella.
-lo siento, pero… ya me tengo que ir. De todas formas, pasé un rato divertido junto a vos. ¿Ves que podríamos ser amigos? –él no contestó, pero tampoco mostró cara de fastidio. –como sea, ya me voy. Adiós. –me acerqué a darle un beso en la mejilla, el cual me correspondió, y luego se despidió. Bajé las escaleras, mientras le respondía en un mensaje a Annie “ahora no estoy. Pero en un rato llego. Está mi mama, así que esperame en mi cuarto.” Terminé de escribir justo al llegar al pie de la escalera, y entonces me guardé el teléfono. Pero no estaba allí sola.
-¿ya te vas? –preguntó Donna. Yo asentí con la cabeza. -¿no tendrás unos minutitos, que te quiero decir algo? –en su rostro noté una mezcla de preocupación, nerviosismo… ¿y que mas?
-uhm… claro que si. –respondi intrigada
-es sobre Michael.... –en ese momento comencé a preocuparme. No entendía por qué su madre me hablaba a mí sobre él. –veni, vamos a sentarnos un momento. Prometo no quitarte mucho tiempo.
-no te preocupes por el tiempo, tomate el necesario. –le dije mientras ocupábamos unas sillas que habían en la cocina, donde estábamos solas. Annie podría esperar unos minutos mas, Michael era importante, o al menos para mi lo era.
-él me comentó algo sobre que son compañeros de grupo de arte, y bueno, ya es la segunda vez que te veo por acá. Y eso es bastante a decir verdad, porque no suele traer gente a la casa. –suspiró. -¿ya sabes de su problema?
-si… tartamudez. -sonó casi como un susurro.
-si… no se como explicar lo que voy a decir. Es raro que él se abra con alguien, y pueda intentar hablarle. Sos un caso especial, y realmente no creí que esto pudiera pasar.
-en el colegio no habla directamente, a decir verdad. Me costó un poco hacer que pronunciara algunas palabras, pero valió la pena. No somos amigos todavía, pero la confianza va creciendo de a poco.
Su mirada estaba clavada en el suelo, como apenada por lo sucedido. Me recordó en cierto punto a mi madre cuando no sabe como reaccionar ante diversas situaciones.
-¿se cura? –pregunté para romper el incomodo silencio que se formó. Era un tema demasiado delicado, y lo sabíamos ambas.
-no completamente, pero puede mejorarse, hasta el punto de casi no padecerlo. Eso depende de la persona con la cual está. Pero la tartamudez va a estar siempre presente, como el fantasma de un trastorno del cual jamás se va a recuperar. –dejó pasar uno o dos minutos antes de continuar. –hay que ayudarlo. Si está en un ambiente en el cual se sienta cómodo, y sin prejuicios, puede llegar a comunicarse con mayor facilidad.
-¿eso quiere decir que si entra en confianza, puede hablar mejor?
Ella asintió con la cabeza.
-quisiera hacerte una ultima pregunta. ¿Realmente estás interesada en Mikey?
La miré fijamente. ¿A que se refería? Bueno, ¿eso realmente importa? El caso es que si estoy interesada en él. Recordé mis fervientes deseos de ayudarlo. Si, estaba interesada en él. Pero… ¿Cómo amigo?
Claro que si.
-si.
De sus ojos comenzaron a brotar lágrimas silenciosas. Me dio pena, al pensar todo con lo que habrá tenido que luchar ésta mujer, con respecto a Michael. Así que casi sin pensarlo, me levanté de la silla, y la abracé. Como si fuera mi mama, mi vecina, mi tía, mi amiga, como si fuera una mujer que sufre a causa de las complicaciones de su hijo.
-no te preocupes. Yo lo quiero ayudar.
-me alegra demasiado, que la juventud no esté perdida. Todo el mundo aparta a la gente así… ojala hubieran mas personas como vos.
Simplemente sonreí. Ya no había más palabras que decir.
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Leave out all the rest. |Mikey Way|
FanfictionTanya Evans. Mikey Way. Dos personas distintas en su rareza. Ella, una anti-popular, que tiene bien en claro lo que quiere, y cómo lo quiere. Él, un apartado social que no habla con ninguna persona del colegio, salvo con su hermano Gerard, que a su...
