Leave out all the rest. |Mikey Way|

15. Angel- Jasmine Villegas.

-¿Cómo que defendiéndolo? ¿Qué paso?

Su mirada se endureció, y noté como apretó su mandíbula. Recordar lo sucedido se ve que lo enojaba, pero aun así, yo necesitaba saber qué había pasado. 

-él intentó sociabilizar, hablar con un chico. Según logré que me cuente Mikey, nada importante. Fue en la biblioteca, le pregunto a un chico algo sobre un libro. Él solo se burlo de su problema… ya sabes, su…

-si, tartamudez –completé al ver como le costaba decirlo, pero solo quería que continúe contando.

-b-bueno, entonces este chico se burló, y luego juntó a otros amigos suyos, que esperaron a Michael a la salida de la biblioteca. Estuvieron casi todo el día hostigándolo con sus comentarios, y en un momento yo pasé cerca y los oí… -se quedó en silencio, mirando un punto fijo, como si estuviera viviendo esos recuerdos.

-¿y entonces?

-los enfrenté, pero se me fue de las manos, y terminamos a los golpes. Sé que estuvo mal, pero no podía quedarme de brazos cruzados viendo como maltrataban así a mi hermano.

-entiendo, yo hubiera hecho lo mismo. –traté de animarlo.

-de todas formas, terminé todo golpeado, porque eran tres contra dos, ya que Mike se me unió. Estaban más empeñados en golpearme a mí que a él. Son chicos problemáticos ellos, que solo buscan pelea. 

-¿Cuándo pasó esto? 

-el jueves a la mañana, y la pelea a la salida.

-¿le avisaste a alguien?

-si, al profesor Stewart, pero él solo dijo que hablaría con el director para que los suspendan. Seguramente el lunes y el martes no vengan al colegio. 

-pero… ¿Quiénes son los chicos esos? –pregunté intrigada

-Luke Pitts, Jason Morell, y Josh Jarell. –me quedé pensativa. Al primero lo conocía. Iba a nuestro curso, y a decir verdad, era de los que buscaban pelea todo el tiempo, y con cualquiera. Y si no me equivoco, los otros dos son un año más grandes. 

-oh… ¿y por todo eso Mikey no quiere hablar?

-yo supongo. De verdad que le estaban diciendo cosas horribles cuando los escuché. No me quiero imaginar todo el tiempo anterior.

-¿cosas como que?

-le decían que no era nadie, que no podían entenderle si no hablaba bien, que nadie lo quería. Le gritaban “¡habla bien, tartamudo!”, y se ponían enfrente de él para no dejarlo escapar, además de reírse a carcajadas entre ellos con chistes sobre su habla. De verdad que fue horrible, y eso que no fui yo quien lo estaba sufriendo.

-pobre Mike. –me levanté del suelo, decidida a volver a entrar a la casa. –Gracias Gee por contarme. –le di un rápido abrazo y volví corriendo a la habitación de mi amigo.

Abrí la puerta sin tocar, y lo encontré sentado en el escritorio leyendo un libro. En tanto me vio, lo dejó, y se paró, preparado para echarme de su habitación. 

-te quiero Mike, y no me importa lo que hayan dicho esos bravucones, yo voy a estar siempre para apoyarte. –solté casi sin pensarlo, y corrí a abrazarlo. 

Enseguida sentí su incertidumbre, pero al cabo de unos instantes, sus brazos rodearon mi espalda, casi indecisos, pero aun así lo hicieron. Sus espasmos eran leves, pero aun así los sentía. Estaba sollozando. De verdad le dolía. Y entonces me di cuenta que odiaba a ese Luke Pitts y su grupo de amigos. ¿Cómo podían hacerle daño a alguien tan inofensivo? Michael no les había hecho nada, a ellos ni a nadie, no se merecía estar sufriendo así por bullying.