Capitulo 03

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Bruce

La enfermera Angie les había interrumpido antes de que Bruce pudiese preguntar algo acerca de lo que ella había dicho.
Le habían limpiado las heridas antes de cubrírselas de nuevo.
Después de eso, llegó Arin.
Prácticamente se lanzó para abrazar a Samantha de modo que tampoco pudieron hablar.
Al final, pensó que lo mejor era marcharse. Ya encontraría el momento y que alguien les preparase si volvía a tocarla...

Sam

-Estaba tan preocupada Sam. Suerte que estas bien.
-Siento haberte asustado.
-Bruce dijo que te cambiarían de habitación hoy.
-Sí, lo sé. Estoy deseando marcharme de aquí Arin.
-Sé que aborreces los hospitales.
-Si- pero no era solo por eso. Bruce Shepard estaba empezando a despertar cosas en ella y no quería averiguar que.- ¿Sabes? Ayer vino a visitarme el psicólogo del hospital. Menudo bombón.
-¿Es guapo?- preguntó contenta de poder centrarse en otra cosa.
-La verdad es que irradia sexualidad por todos lados y cuando sonríe...
Exactamente igual que Bruce.
-Suena interesante. ¿Y cómo se llama?
Unos golpecitos en la puerta llamaron la atención de ambas. Richard Jones entró en la habitación.
-Buenos días Samantha. ¿Cómo estás hoy?
-Bien. Un poco mejor.
-¿Y las pesadillas?
-Eso sigue igual. Aunque hay algo distinto en ellas.
-Trataremos con ello- entonces pareció que reparaba en la presencia de Arin y su expresión endureció.- Discúlpeme, no me he presentado. Me llamo Richard Jones, psicólogo de este hospital.
-A...Arin Shepard. Un placer doctor Jones.

Arin

En cuanto sus manos se tocaron la sangre de Arin pareció espesarse. Apenas podía respirar. Estaba temblando. ¿Acaso él se daría cuenta?
Richard estrechó la mano con un poco más de fuerza tirando ligeramente de ella hacia él.
-Bonitos ojos- murmuró en un susurro. Ella le miró fijamente. ¿Lo había dicho a propósito?
-M...muchas gracias.
No tartamudees Arin.

Una sonrisa se curvó en los labios de Richard. Él sabía que ella no era inmune y menos después del beso del ascensor.
-Volveré después Samantha.
-Muy bien- pero ella estaba demasiado pendiente de Arin.
-Hasta pronto.

Arin seguía mirando hacia la puerta aun cuando Richard Jones ya no estaba.
-¿Me he perdido algo Arin?
-¿Recuerdas que te conté que hubo alguien días antes de casarme con Collin?
-Si. Dijiste que había sido solo un desliz. Que no volvería a pasar.
-Pues era él.
-¿Él? ¿Te refieres a Richard Jones?
-Si.
-Me mentiste Arin. Dijiste que no había significado nada para ti y todavía estas temblando y no hizo nada más que estrecharte la mano.
-Subí con él en el ascensor cuando llegué. Fue entonces cuando descubrí que trabaja aquí. Hace algo más de dos años que no le veo.
-¿Qué pasó en el ascensor?
-Hablamos y me besó. Está realmente cabreado conmigo.
-¿Y tu hermano?
- No lo sabe. No puede saberlo Sam.
-¿Y qué pasa si coincidís todos?
-No lo sé. Imagino que en algún momento tendré que hablar con Bruce. Me matará Sam.
-No lo creo. Se enfadará. Muchísimo. Tu hermano no te haría daño.
-Lo sé.
-Pero no puedo decir que no vaya a por él.
Eso es lo que más temía. Richard Jones había sido un error de su pasado. No merecía pagar por ello.
El problema es que estaba claro que no lo había superado. Nunca le había olvidado y tras el beso de aquella mañana estaba claro que él todavía conseguía descolocarla.

Richard

Entró en su despacho completamente desconcertado. Había ido a visitar a Samantha porque sabía perfectamente que Arin estaría allí con ella.
Se miró las manos incrédulo. Ella no debería seguir afectándole de este modo pero sus ojos...
Nunca los había olvidado. Tenían un color verde increíble. Era imposible compararlos con otra cosa. No existía un color parecido. Y su olor a lavanda. Exactamente como lo recordaba.
Su mente volvió aquella odiosa mañana.

Se despertó, aun sintiendo su calor, su olor. Se había dado la vuelta para abrazarla, pero no estaba.
-¿Arin? Nena, vuelve a la cama.
Nadie contestó.
-¿Arin?- se levantó. Seguía desnudo, tal y como había terminado durmiéndose. Se había ido.
Lo ocurrido entre ellos la noche anterior había sido algo increíble. Habían conectado enseguida y cuando se besaron, algo había detonado dentro de él. Como si Arin fuese suya.
Entonces encontró aquel maldito trozo de papel con su despedida.
Estaba tan furioso que arrancó las sábanas de la cama. No podía dormir de nuevo allí cuando su olor seguía en cada pedazo de tela.
Salió de su dormitorio y entró en el de Bruce. En la pared había un corcho con fotografías. Cogió una en la que aparecía ella con Bruce.
-Esto no ha terminado. Te encontraré.

De vuelta al presente, ahora sentado en su silla, cogió su cartera y sacó de ella aquella fotografía.
Seguía doblada de modo que Bruce no aparecía.
Observó por millonésima vez como ella sonreía a la cámara. Luego fijó la mirada en sus manos de nuevo, se arrancó el anillo de boda del dedo y lo lanzó contra la puerta.
-Te tengo.

Segundas oportunidades (Serie Love 03) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora