Richard
La llamada se cortó. Richard no podía respirar.
Ella le había llamado y su ex estaba con ella.
Se puso en pie, cogió sus cosas y salió del despacho.
Tenía que comprobar que estuviese bien. Si ese tío le había vuelto a poner una mano encima, lo mataría. Ni siquiera pensaría en las consecuencias. Nadie tocaba a Arin. ¡Era suya!
Se apresuró hasta la habitación a la que habían trasladado a Samantha.
Abrió la puerta de golpe haciendo que ella prácticamente saltase de la cama.
-¿Dónde vive Arin?
-¿Por qué...
-No tengo tiempo para detalles. Dímelo.
-Vive a dos calles. En el 1502 al este.
Y tal y como apareció se fue.
Corrió escaleras abajo por segunda vez el mismo día y corrió aún más calle abajo.
Estoy llegando.
Casi sin quererlo sintió algo demasiado parecido al miedo.
Ya estaba en la calle. Solo un poco más.
1500,1501...¡1502!
Llamó a la puerta con fuerza. Una vez y otra hasta que escuchó pasos al otro lado.
La visión de ella frente a él le conmovió. Parecía tan vulnerable.
¡Maldición! Tenía que recordar como lo había utilizado y abandonado después, pero cuando ella le miró con los ojos aun brillando por las lágrimas, simplemente la estrechó entre sus brazos.
-Estoy aquí nena. Me preocupaste. ¿Dónde está?
-Se marchó. Solo vino para hablar. Lamento que vinieses por nada.
-Te aseguro que no fue por nada. No me marcharé sin llevarme algo de ti.
-¿Q...que quieres decir?- ya había logrado ponerla nerviosa.
-Entra en casa. Voy a enseñarte un par de cosas.
Entró con ella y cerró la puerta a su espalda.
-Jones, ¿Qué haces?
Lentamente se quitó la chaqueta y aflojó la corbata.
-Jones...
-¿Dónde está tu hija?
-No está. Yo...
-Desnúdate Arin.
-No. Jones, espera, tenemos que hablar.
-Hablaremos después, si no estás demasiado afónica.
Se lanzó a su boca. Apresó sus labios, doblegándola, logrando que poco a poco se fuese relajando.
No quería presionarla pero el beso se estaba volviendo más exigente y solo podía pensar en todas aquellas maneras en que deseaba devorarla.
Colocó las manos en su cintura, levantando la camiseta poco a poco hasta revelar la tela de encaje del sujetador.
Joder, era semitransparente.
Tras quitársela se apresuró a desabrocharle el pantalón y bajárselo. En cuanto vio que las bragas eran del mismo tejido que el sujetador, cayó de rodillas frente a ella.
¿Para quién coño se había puesto aquello?
-Abre las piernas.- ella no vaciló.- Estoy deseando que me sientas justo aquí- presionó el pulgar justo en el centro de su cuerpo. Ella gimió y cualquier atisbo de cordura que pudiese quedarle a él, se evaporó al oírla.
Deslizó las bragas por sus largas piernas, deseando sentirlas rodeándole la cintura.
La acarició, tentativamente entre los muslos, subiendo tan lentamente que podía sentir su frustración.Él también lo estaba. Si su polla seguía poniéndose más dura, acabaría con una marca permanente de la cremallera en ella.
Por primera vez en mucho tiempo realmente temía perder el control.
Aquello no era solo sexo, por mucho que él lo deseara. Tenía que dejarla anhelando más, exactamente como ella le había hecho casi tres putos años atrás.
Si existía otro para ella, dejaría de existir en ese mismo momento porque Richard Jones no compartía. Jamás.
Otro había estado con ella durante un tiempo. Bueno, él tampoco se había mantenido célibe, pero se aseguraría de echarla a perder para cualquier otro. Hoy aprendería a quien pertenecía.
Acercó la boca hasta su sexo mientras usaba los dedos para abrirla para él. Para prepararla.
Levantó la mirada para encontrarse con los ojos de ella. Tan verdes y nublados por el deseo. Sacó la lengua y lamió.Arin
La devoró tan lentamente que ella creyó que no lo soportaría.
No había olvidado que él le había hecho exactamente lo mismo antes ni lo que había sentido entonces. Sin embargo, el Richard Jones que estaba arrodillado frente a ella no era el mismo. Este, la destrozaría y aun así fue incapaz de alejarse. Aun sabiendo que arriesgaría su cordura, solo era capaz de abrir la boca para gemir y suplicar que no se detuviera.Richard
Joder. Su sabor era tal y como lo recordaba. Nunca había probado otro igual y tenía toda la intención de hacer que se corriese.
Aceleró un poco más con la lengua e introdujo un par de dedos.
¡Dios! La humedad empezó a deslizarse por sus piernas. Le estaba estrujando completamente los dedos.
Estaba a punto de correrse e iba a ser algo bestial por como temblaba.
Su erección no estaba mucho mejor. Estaba tan duro que podría partir una piedra con ella.
Llevó su otra mano a sus pantalones y desabrochó el botón. La cremallera cedió sola dejando libre su erección contra los bóxers.
Si ella seguía respondiendo así no tenía ninguna duda de que él tampoco aguantaría mucho.
Aprisionó su polla con la mano libre notando como palpitaba de necesidad.
-Jones...no aguanto más.
Aquello era todo lo que deseaba. Apartó la boca, sacó lentamente los dedos y le dio una fuerte palmada en el clítoris rompiéndola en mil pedazos.Arin
Ella apenas se sujetaba en pie tras el último espasmo.
Su mirada seguía borrosa. Le costaba respirar y él seguía allí de rodillas con su erección en la mano.
Se puso lentamente en pie sin apartar los ojos de ella.
-Apóyate en la pared.
-Pero...
-Obedece.
-No. Jones...
-Cállate Arin y deja que te folle.
Ella movió la cabeza negándose.
-¿No quieres que te folle?
-Yo... no quiero esto entre nosotros.
-Pues no hay más.
-Jones, por favor.
-No, Arin. Compartimos algo hace años pero tú preferiste desaparecer y mentirme. No soy el mismo desde entonces, así que este es el único modo en que me tendrás.Richard
Arin había retrocedido hasta quedar apoyada en la pared.
Richard aprovechó entonces para levantarle las piernas e introducirse en ella.
Por fin.
Apenas se había movido cuando la escuchó llorar.
No, no, no. ¡Joder!
Salió de ella, bajó sus piernas y la sostuvo por los hombros.
-Nena...
-Déjame.
-No, Arin. Mira, hablemos. Yo...- se pasó las manos por la cara completamente incómodo.
-Te di la oportunidad de hablar y solo me has utilizado. ¿Y todo para qué? ¿Venganza? Bueno- dijo mirándole por fin- buen trabajo. Ahora vete. No quiero volver a verte.
Se apartó de él, recogió su ropa del suelo y desapareció escaleras arriba.
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Segundas oportunidades (Serie Love 03)
RomanceArin y Richard Ella escapó una vez, tras mentirle. Tras la mejor noche de su vida. Nunca pudo olvidarle. Nunca dejó de amarle. Él busca vengarse . No hay día sin que su mente viaje hasta aquella noche. Lástima que el destino tiene otros planes...