Durante la comida había tenido tiempo para pensar. Y cada parte de él era consciente de que intentaba centrarse en cualquier cosa que no fuese Samantha, como por ejemplo su hermana. ¿Qué le pasaba?
Realmente esperaba que Collin no le hubiese puesto la mano encima porque esta vez iría a por él.
Todavía le hervía la sangre cuando apenas un año antes, Samantha le había llamado para contarle que Arin había ido a su casa para dejar allí a Audrey y que se dirigía a comisaría a poner una denuncia.
Se había apresurado en ir a buscarla y luego juntos habían ido a buscar un abogado.
Aquel hijo de puta se había llevado sus cosas a finales de aquella misma semana. Mientras tanto, su hermana y su sobrina se habían quedado con él.
Collin tenía suerte de no aparecer a menudo. Además, era un padre espantoso. Siempre que prometía aparecer, terminaba cancelándolo. Justamente como ese día.
Se suponía que debía recoger a la niña en el colegio pero por lo visto tenía otras cosas que hacer.
Menudo soplapollas. Y pensar que él fue quien le entregó a Arin en la boda...Joder. ¿Y Richard? ¿Qué coño le había picado? No sabía nada de él desde que se había ido a comprobar que la puerta de su despacho estuviese cerrada.
Richard era un tipo alegre. Se hicieron amigos muy deprisa y siempre conseguía hacerle reír, pero ese día estaba distinto. Exactamente como hace tres años.
Tras volver de acampada con la chica con la que salía entonces, bueno, al menos aquel fin de semana. Ni siquiera recordaba su nombre aunque si recordaba que era sumamente complaciente.
Cuando entró en su habitación para avisarle de su regreso, encontró a su amigo poniendo sábanas nuevas. A los pies de la cama, se encontraban las anteriores, completamente destrozadas.
-¿Qué demonios les has hecho a las sábanas?
-Ya no me servían.
Bueno, no quiso preguntar. Richard era algo excéntrico a veces, aunque nunca le había visto destrozar nada y el estado de aquellas sábanas era lamentable.
Al día siguiente mientras cogía los libros de la mesa de Richard que le había prestado antes de irse, tropezó cayendo sobre la cama de su amigo.
Cuando se levantó para poner bien la almohada, encontró una bolsita de lavanda bajo ella.
Aquella misma noche, Richard había cogido esa bolsita y se la había acercado a la nariz creyendo que Bruce dormía, cuando en realidad estaba despierto junto a su puerta, ya que se había levantado para beber algo.
Luego le escuchó murmurar algo así como "¿Por qué te fuiste?".
Días más tarde, cuando preparaba el equipaje, Richard le preguntó a donde iba.
-Mi hermana se casa mañana- por un momento creyó que él se puso pálido.
-¿Tu hermana?
-Si, Arin, No es como si tuviese otra.
-No lo sabía.
-Ya, bueno. Lo cierto es que fue bastante de improvisto. Se me debió pasar contártelo.
-¿Y el tío con el que se casa, es bueno con ella?
Se encogió de hombros.
-Es imposible que haya nadie lo suficientemente bueno para mi hermana según mi punto de vista, pero la hace reír y la quiere, así que algo bueno debe tener si ella aceptó.
-Ya. Claro.- cogió la bolsita de lavanda, que ahora llevaba en su bolsillo, abrió la ventana y la tiró. Luego salió de la habitación.
No volvió a verle hasta después de la boda.
Recordaba haberle comentado aquello a su hermana y como ella le había preguntado apenas en un susurro si Richard estaba muy enfadado.
-Quien sabe. Él es extraño a veces.
-¿Crees que es por una mujer?
-Sí. Y está claro que lo ha dejado hecho una mierda. Jamás lo vi en ese estado.
-¿Y el sobre de lavanda?
-Tal y como lo tiró dudo que no acabase destrozado- ella terminó de ponerse el vestido y se volvió hacia él.- Joder Arin, estas increíble. Ojala pudiesen verte papá y mamá.
-A mí también me gustaría.
Abrazó a su hermana. Eso siempre le tranquilizaba.
Arin olía genial. Aquel perfume tan suave mezclado con su jabón.
¿De qué era? No podía recordarlo, pero era una mezcla que solía relajarle, pero que en aquel momento le inquietó sin saber porque. Lo dejó pasar.
Samantha había entrado en la habitación por si Arin necesitaba algo y su cerebro dejó de funcionar. Estaba espectacular.Su teléfono sonó devolviéndolo al presente.
-Hola, ¿Cómo se lo ha tomado la peque?
-Lamentablemente está acostumbrada.
-Menudo gilipollas. ¿Vais a venir?
-No. Por eso te llamaba. Audrey va a quedarse en casa de Hannah y Jason. ¿Puedes venir cuando acabe tu turno y quedarte conmigo?
-Claro. ¿Pasa algo?
-Collin vino antes. No se ha quedado mucho. Solo dijo que tenía que irse unos días por trabajo y que lamentaba no haber podido ir a buscar a Audrey.
-¿Y no podía decirte eso por teléfono?
-Sí, pero...
-¿Qué?
-Me ha pedido otra oportunidad.
-¡Y una mierda!
-Ya le dije que no, Bruce. Escucha, voy a salir a comprar cuatro cosas. Dile a Sam que me pasaré mañana.
-Claro. Sin problema.
-Gracias. Nos vemos luego.Sin duda, algo más pasaba. Caminó hasta el despacho de Richard. Llamó a la puerta y abrió. Le encontró sentado en su silla dándole vueltas al anillo de boda.
Se lo ha quitado. ¿Por qué?
-Tío, aun te estoy esperando. ¿Dónde te habías metido?
-Me entretuve. Tuve que salir un rato.
-Bien.
-¿Qué tal tú? Te ves preocupado.
-Un poco. Arin dice que su ex le ha pedido que vuelvan juntos.
Eso hizo que su amigo se levantase de golpe.
-Imagino que se negó.
-Sí, pero creo que hay algo más. Voy a quedarme con ella esta noche.
-¿Está bien?
-Apostaría mis huevos a que no.
-Joder...
-¿Vas a contarme qué coño te pasa hoy?
-No.
-Muy bien- se dio la vuelta para irse pero antes de salir por la puerta, Richard le detuvo.
-¿Recuerdas aquel año cuando volviste de acampada?
-Sí.
-Ese fin de semana conocí a una chica. Pasamos una noche increíble. Me enamoré. Como un imbécil. Solo necesité unas horas con ella para saberlo.
-¿Qué pasó?
-A la mañana siguiente se había ido dejando un puto post-it con las palabras ADIÓS Y GRACIAS.
-¿Y qué tiene eso que ver ahora?
-Me la encontré.
-Mierda...¿Por eso te quitaste el anillo?
-Sí. El caso es, que entonces no soportaba tumbarme en la cama. Su olor estaba impregnado en cada trozo de tela. Por eso rompí las sábanas.
-¿Y el sobre de lavanda?
-Lo viste.- No era una pregunta.
-Te vi olerlo.
-Me di cuenta de que aunque estuviese cabreado, necesitaba algo más que mis recuerdos. Quería recuperar su olor.
-¿Así que destrozaste unas sábanas para nada?
-Soy así de gilipollas.
-¿Y qué sigue ahora?
-No lo sé. Llevo mucho tiempo pensando en que pasaría si volviese a verla. Nada me preparó para lo que ocurrió en realidad.
-¿Todavía sientes algo por ella?
-Eso es una historia para otro día. Me voy a ver a Samantha. La policía debe estar al llegar y voy a quedarme con ella.
-Gracias.
-Sin problema.
-¿Me contarás alguna vez toda la historia?
-Sí.
-Bien.
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Segundas oportunidades (Serie Love 03)
RomansArin y Richard Ella escapó una vez, tras mentirle. Tras la mejor noche de su vida. Nunca pudo olvidarle. Nunca dejó de amarle. Él busca vengarse . No hay día sin que su mente viaje hasta aquella noche. Lástima que el destino tiene otros planes...