Después de que Richard y Arin recogiesen a Audrey de su casa ante su enorme sorpresa, se dirigió al hospital a ver a su pequeña.
Cuando entró en la habitación, se preocupó inmediatamente al no verla en la cama, pero no mucho después, escuchó un sonido procedente del cuarto de baño.
Temiendo que ella estuviese en la ducha y pudiese resbalar si la llamaba, entreabrió la puerta y se quedó helado.Ya no podía soportarlo más.
Habia pasado la noche entera soñando con Bruce en un sinfin de situaciones subidas de tono por culpa de esos malditos libros que Arin le trajo tan amablemente. Eso solo podia considerarlo una estratagema por parte de su amiga.
¿Su motivo?
Quien demonios sabia conociendo a Arin. Lo mas probable era que creyese que eso la lanzaría directa a los brazos de Bruce.
Y ella lo haria. Pero Bruce no estaba alli y ella estaba a punto de arder como un pedazo de madera empapado en gasolina si no lograba liberarse de algún modo.
Y eso iba a hacer.
Tras una ducha algo dolorosa pero necesaria y pedir amablemente a la enfermera que la ayudó que desapareciese y la dejase sola, Samantha se hallaba frente al espejo, completamente desnuda, con una mano sobre uno de sus hinchados pechos, y la otra deslizandose lentamente hacia el vértice entre sus piernas.
Por lo que sentía, aquello iba a durar segundos.
Acarició lentamente su sexo, empapando sus dedos, arrancando suspiro tras suspiro.
Presionó el talón de la palma de la mano en su pequeño e hinchado clitoris e introdujo un par de dedos en su interior.
Antes de empezar siquiera a gemir, sus dedos fueron sacados y ella levantada en brazos mirando a los ojos de Bruce.
Este la sentó en el mueble de baño, llevó los dedos de ella a su boca y los chupó disfrutando de su sabor.
Se arrodilló frente a ella sin dejar de mirarla, le abrió las piernas y deslizó la lengua de arriba abajo.
-¡Doctor!
-Mi nombre, Samantha.
Repitió el proceso.
-¡Bruce!
Sonrió confiado e introdujo un par de dedos en su interior al mismo tiempo que capturó ese botón entre sus labios y lo succionó con fuerza, llevandola cada vez mas alto.
-Me voy a venir...
Los dedos desaparecieron, él se puso en pie y antes de poder pensar siquiera en detener aquella locura, Bruce soltó los botones de su pantalón de un solo tirón y se introdujo en ella.
-Tengo que moverme. Necesito hacerte correr.
No esperó que ella respondiese.
No pensó que eso fuese una mala idea.
Alguien podría encontrarles.
Ella no dejaba de ser su paciente.
Pero nada de aquello importaba lo más mínimo.
-Correte para mi. Necesito sentirlo. Joder, nena. Esto es delicioso.
-¡Bruceeeee!
-¡SAMANTHAAAAAA!-¿Señorita Lewis, se encuentra usted bien?
Mierda.
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Segundas oportunidades (Serie Love 03)
RomanceArin y Richard Ella escapó una vez, tras mentirle. Tras la mejor noche de su vida. Nunca pudo olvidarle. Nunca dejó de amarle. Él busca vengarse . No hay día sin que su mente viaje hasta aquella noche. Lástima que el destino tiene otros planes...