Arin puso el coche en marcha. Después de casi dos horas de llorar sin parar había logrado calmarse lo suficiente para llamar a su hermano.
Sabía que Bruce se enfadaría con ella, solo esperaba que la perdonase algún día.
Y en cuanto a Richard... ya no importaba. Cuando había abierto la puerta y le encontró allí, cuando la abrazó porque se había preocupado, creyó que quizá tendría la oportunidad de enmendar su error. Ella no había querido dejarle.
Cuando despertó a la mañana siguiente y le vio durmiendo tan tranquilamente, saciado tras su noche juntos. Era tan sexy...
Nunca se había sentido así.
El sexo con Collin era genial, pero no la encendía de ese modo.
Richard había logrado despertar una parte de ella que la aterraba, por eso se había marchado aun sabiendo que estaba mal.
Audrey era lo único bueno de aquel matrimonio.
Sencillamente, ella no había podido olvidarle.
Y había otra cosa...
Negó con la cabeza. Ahora solo debía centrarse en aquella noche.
Llegó al supermercado poco después.
Collin parecía realmente sincero, pero ella no podía ni quería volver con él. No solo por si volvía a pegarle, cosa que dudaba sinceramente.
Él había estado aterrado cuando la golpeó, como si no pudiese creer que hubiera sido capaz de algo así.
Había tenido problemas en el trabajo y ella solo pretendía que se relajase un poco y pasase tiempo con ellas.
Últimamente se habían distanciado un poco.
-Salgamos a cenar Collin. Te irá bien distraerte.
-Mierda Arin. Podrían echarme en una semana. Apenas puedo pagar la hipoteca. Tú dejaste tu trabajo.
-Puedo volver cuando quiera Collin. Tú lo sabes.
-Ni de coña. ¿Crees que quiero verte ahí de nuevo? Nunca lo hubieses dejado de no haberte quedado embarazada.
Bueno, en eso tenía razón. A ella le encantaba su trabajo. Había conocido a Collin allí.
-Sí, pero necesitamos dinero.
-¡He dicho que no!- y la golpeó con el reverso de la mano, con tanta mala suerte que ella cayó y se golpeó contra la mesa de centro.De vuelta a su vida, fue llenando el cesto con las cosas que necesitaba.
Tenía que organizar su vida otra vez. Richard Jones la había vuelto del revés una vez más.
Tenía que olvidarse de él. No podía permitir que la humillase. Bastante lo había logrado en lo que iba de día.
Sabía que se enfadaría, pero jamás creyó que quisiera vengarse tantos años después.
Terminó sus compras y regresó a casa.-¿Puede recordar algo de su atacante, señorita Lewis?
-Me atacó por la espalda. No había nadie por la calle. Había dejado el coche en una callejuela. Sentí algo punzante en mi espalda. No me atreví a volverme.
-¿Por qué la apuñaló entonces?
Samantha miró a Richard que estaba sentado a su lado.
Aún seguía pareciendo ausente, pero prestaba atención a la conversación. Se volvió hacia ella y esbozó una sonrisa. Una sonrisa triste. ¿Sería por Arin?
¿Qué había pasado cuando él había salido unas horas antes de aquella misma habitación tras pedirle la dirección de su amiga?
-No lo sé. Estaba asustada. Quizá creyó que intentaría escapar. Tal vez lo habría hecho de no haberme temblado tanto las piernas. Solo sentí la primera puñalada. Es lo último que recuerdo antes de despertar aquí. Bueno, eso y que solo quería cerrar los ojos y dormir.
-Creo que es suficiente agente.
Todos se volvieron hacia Bruce que permanecía junto a la puerta.
-La señorita Lewis aún está débil y necesita descansar para que cicatricen las heridas.
-Está bien. Si recordase cualquier otra cosa, avísenos por favor.
-Lo haré, agente.
-Que tengan un buen día.
En cuanto salió, Richard se puso en pie dispuesto a marcharse también.-Nena, Arin ha llamado para decir que no vendrá.
-¿Ha pasado algo?
-Me dijo que Collin había ido a pedirle otra oportunidad.
-No me jodas. ¡Será soplapollas!
Bruce sonrió.
-Eso mismo pienso yo. De todas formas le dijo que no. No voy a tardar en irme. He avisado a las enfermeras de que se pongan en contacto conmigo si necesitas algo. Voy a quedarme con Arin esta noche.
-De acuerdo.
-¿Tu sabes si le pasa algo?
Ella miró a Richard quien a su vez la miró a ella.
-Es algo que debe solucionar por sí misma.
-¿Hay otra persona?
-Siempre la hay doctor. Arin debe enfrentar ahora lo que no pudo hace tiempo.
-¿Y eso sería?
-No me corresponde a mí decírtelo. Ella es quien debe hacerlo si quiere.
-Menuda mierda. Me voy ya. Te veo mañana.
-Claro.
-¿Tu no vienes?- preguntó mirando a su amigo.
-Claro. Hasta el lunes Samantha.
-Hasta el lunes Jones.
Richard hizo una mueca al escuchar cómo le llamaba. Fue todo lo que Samantha necesitó para comprender. Quizá Richard Jones no quería verlo, pero estaba enamorado de Arin. Quisiera él o no.
Por supuesto, ya tenía sus sospechas cuando había irrumpido como un loco en su habitación para que le dijese donde vivía Arin.
-¿Estás bien tío?
-Sí. Nos vemos.
-Claro. Buen fin de semana.
Y se marchó.
-Menudo día.
-Ten paciencia doctor, ¿de acuerdo?
-¿A qué te refieres?
-Si como parece Arin va a sincerarse contigo esta noche, solo escúchala.
-No soy un ogro nena.
-Lo sé.
Se pasó las manos por el pelo y se acercó a la cama. Antes de que ella pudiese impedírselo, la besó y lo que pretendía ser algo simple, les encendió a ambos.
Sus lenguas pelearon la una con la otra, devorándose, consumiéndolos.
Finalmente Bruce se obligó a apartarse y lo miró a los ojos.
-Dame una oportunidad cuando salgas de aquí.
-¿Una oportunidad para qué?
-Para que te demuestre como te deseo. Quiero dártelo todo.
-De acuerdo.
Bruce abrió mucho los ojos. Estaba sorprendido.
-¿De verdad?
-Si.-como si pudiese negarle nada tras ese beso.
-No puedo esperar.
-No es como si tuvieras opción.
-Lo sé. Descansa.
Ella asintió.
Cuando se marchó, Samantha cerró los ojos con fuerza. No podía volver a tocarla. Tenía que alejarse de él. En cuanto le diesen el alta, escaparía.
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Segundas oportunidades (Serie Love 03)
RomansaArin y Richard Ella escapó una vez, tras mentirle. Tras la mejor noche de su vida. Nunca pudo olvidarle. Nunca dejó de amarle. Él busca vengarse . No hay día sin que su mente viaje hasta aquella noche. Lástima que el destino tiene otros planes...