Capitulo 05

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Arin

Llegó al colegio por los pelos. Saludó a Jason y ambos fueron a por sus hijas.
Había conocido a Jason y a su mujer al empezar sus hijas el parvulario. Las de ellos eran casi dos años menores que su hija.
La esposa de Jason la había ayudado mucho con todo lo ocurrido con Collin y Arin les quería muchísimo. Y ahora necesitaba la opinión de un hombre.
Jason siempre había sido muy sincero y confiaba en él tanto como en Bruce.
-¿Me lo vas a contar Arin?
-Sí, claro- tras recoger a las tres niñas, dos de él, se acercaron al parque más cercano y se sentaron en un banco mientras las pequeñas jugaban.
-Venga, suéltalo.
-Es por un hombre.
-Eso ya me lo imagino. Y debe ser importante si te deja en este estado- la cogió de las manos para que ella le mirase.- Arin, estás helada.
-Así me siento. Llevo mucho tiempo ocultándole esto a mi hermano, casi cuatro años, y ahora no sé cómo decírselo.
-¿Decirle que?
Cogió aire y habló.
-Unos días antes de casarme, fui a verle. Me habían surgido algunas dudas y hacia casi un mes que no le veía así que le extrañaba. Necesitaba verle y que me tranquilizase, pero como no le avisé de mi visita él ya había hecho sus planes así que cuando llegué, no estaba.
>>Su compañero de piso y mejor amigo me hizo compañía. Me encontré tan cómoda con él que omití que iba a casarme. Por lo visto, Bruce tampoco se lo había dicho.
Cuando quise darme cuenta nos estábamos besando y fue como si por primera vez todo encajase. A la mañana siguiente me asustó comprender que no deseaba casarme. Que era un error y que mi lugar era allí con él. Sin embargo le eché la culpa a los nervios y me marché. Ojalá hubiese hecho caso de mi corazón entonces.
-¿Y ese hombre ha vuelto?
-Si. Trabaja en el hospital con Bruce.
-Es una situación complicada Arin. Hannah es mejor en esto que yo. Ya lo sabes.
-Sí y aunque adoro a tu mujer necesito conocer tu opinión.
-No puedes aplazar más esto. Debes contarle a tu hermano lo que ocurrió antes de que te estalle en la cara.
-Lo sé. Pensaba decírselo esta noche por eso te llamé por si Audrey podía quedarse con vosotros.
-Y yo te dije que no había problema.
Se apoyó de él y cerró los ojos por un momento.
-Arin, si ese hombre aun te gusta y parece que es así, da el paso que no diste entonces. Ahora no hay un marido ni nada parecido a eso en tu vida. Es hora de que sigas a tu corazón.
-Supongo que tienes razón. Gracias.
-Cuando quieras.
Arin sonrió. Le encantaba Jason.

Richard

Seguía confundido. No había olvidado la mirada de Arin cuando su hermano le había preguntado si estaba bien.
Maldita fuese. Tendría que haberse quedado con él en lugar de correr a casarse con ese cabrón. El muy hijo de puta la había golpeado.
Mejor sería que no se lo encontrase porque si lo hacía...
No. Aquello no iba bien. No tenía que seguir deseándola. Solo debía hacerla comprender la impotencia a la que ella le había sometido.
Había tardado casi dos meses en poder estar con otra mujer sin pensar en ella, pero sabía que no era tan simple. Las había elegido con rasgos específicos. Rubias con ojos claros. Y podía ver porque. Arin había sido única para él. Tras ella no había salido con ninguna mujer más de una vez, salvo Melissa. Una de las razones por las que se había casado con ella era porque jamás le pediría explicaciones del mismo modo que no las daría. Sinceramente, había sido un alivio que ella le pidiese el divorcio. Finalmente había encontrado a quien amar. Y él lo encontraría, pero antes tenía que someter a Arin.

Bruce

No había tenido más remedio que marcharse.
Tenía la polla tan dura que temía reventar los pantalones.
Gracias a Dios por la bata.
Estaba frustrado porque Samantha había reaccionado a sus palabras. Hasta había visto tensarse sus pezones y eso solo hacía que la desease más.
Examinarla había sido una putada. Aun podía sentir su piel en los dedos.
Mierda. Se moría por follarla. A la que saliese del hospital, la metería en su cama y no la dejaría salir.
Un pitido le obligó a mirar su teléfono.
¿Quedamos en mi casa luego?
No. Ya tenía planes con Arin. Además, pensar en pasar la noche con Angie se le hacía insoportable. ¿Cómo podría acostarse con ella cuando tenía grabado el cuerpo de Samantha en la mente?
Imposible. Ya he quedado.
¿Para qué marear más la perdiz?

Arin

Lo cierto es que no quería aplazarlo más. Jason tenía razón y ella ya había tenido mucho tiempo para pensar.
Ahora era mayor, tenía una hija preciosa y un divorcio a sus espaldas pero ahora o algo más de dos años atrás, Richard Jones era lo que más deseaba.
Y aquí estaba, en la cocina, marcando el número del hospital y colgando antes de que sonase.
¿Qué le diría?
Mierda. Qué difícil es esto.
Cogió aire y lo intentó de nuevo.
-Ha llamado al Hospital Central. Habla con Grace, ¿en qué puedo ayudarle?
-Hola Grace, soy Arin.
-¡Hola! Tu hermano ha salido a comer.
-En realidad llamaba por otra cosa. ¿Podrías pasarme con el doctor Richard Jones?
-Sí, creo que está en su despacho. Espera un momento.
La dejó en espera. Alguien llamó a la puerta.
Se dirigió hacia allí mientras seguía esperando a que la musiquita terminase.
Abrió la puerta de golpe quedándose helada.
Al otro lado del teléfono finalmente se escuchó la voz de Richard.
-¿Arin?
Pero ella no podía hablar. Seguía mirando fijamente a la persona que tenía delante.
-Collin.

Segundas oportunidades (Serie Love 03) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora