Samantha despertó llorando. Esta vez no era la pesadilla acerca del ataque, ni la que seguía cayendo. Su subconsciente la devolvió a aquella noche, hace ya un año.
Había salido con Arin. Hacía tiempo que no quedaban, ya que tras casarse, había quedado embarazada inmediatamente, de modo que esa noche era para ellas.
Collin estaba fuera por negocios y Bruce se había ofrecido a quedarse con Audrey. Estaba encantado con la pequeña. Solo había que mirarle para ver cuánto deseaba un hijo propio.
Tras cerrar un par de bares se despidieron. Arin volvió a casa y Sam, a la suya.
Entró sin hacer ruido. Terry dormía y ella no quería despertarle, aunque no descartaba la idea.
Se desnudó intentando ser sigilosa y luego se acostó a su lado para abrazarle. Era como un enorme osito de peluche. Siempre le hacía cosquillas cuando la besaba.
-Ey, nena, ¿Cómo fue? ¿Te has divertido?- preguntó aun medio dormido.
-Sí. Ha sido genial.
-Me alegro.
-¿Qué tal tú?
-Aburrido. Te extrañé.
-También yo. ¿Te apetece jugar?
Se volvió para mirarla. Aun en la oscuridad podía ver su sonrisa.
-Puedes apostar a que si.- tras eso la atrajo aun más contra su enorme cuerpo para satisfacerla de mil modos distintos.A la mañana siguiente él la despertó recién duchado llevándole el desayuno a la cama.
-Mmmm... podría acostumbrarme a esto.
-Entonces di que sí.
-¿Si a qué?- preguntó mientras mordía la tostada.
Terry sacó algo de su bolsillo y lo puso en la bandeja, frente a ella.
-Ábrelo.
Ella lo hizo. Le temblaban las manos.
Dios mío, no.
Dentro había el anillo más precioso que Sam había visto nunca. Era perfecto.
-Samantha Lewis, ¿quieres casarte conmigo?
No, no, no, no.-No- respondió antes de poder evitarlo.
Y a partir de ahí todo fue cuesta abajo.
Empezaron a discutir. En sus seis meses de relación nunca se habían peleado. Era demasiado pronto. ¿Él no podía entender que no estaba preparada?
Tras marcharse dando un portazo, Samantha quedó destrozada. Él tenía razón en algo. Ella solo se entregaba de verdad en la cama. La acusó de ser incapaz de amar, quizá también tenía razón en eso. También dijo que era egoísta y fría. Que no le importaba nadie que no fuese ella misma. Bien, eso no era cierto, pero no se atrevió a interrumpirle.Ella sabía que Terry le gustaba de verdad. Sus relaciones nunca habían durado tanto.
Estaba claro que ella jamás se comprometería. Había salido con todo tipo de hombres. Algunos realmente eran gilipollas, pero Terry era amable, y sincero y por alguna extraña razón se había enamorado de ella. Entonces, ¿por qué no pudo decirle que si?
¿Encontraría alguna vez a alguien que pudiese esperarla hasta que ella se sintiera lista?
A este paso nunca tendría lo que tenía Arin. Algo que realmente deseaba.Salió de casa y andó calle abajo. Necesitaba hablar con alguien y Arin era quien mejor la conocía. Chocó con Bruce cuando este salía de casa de su hermana.
-Mira por dónde vas nena. Terminarás por hacerte daño.
Ella se encogió de hombros y se disculpó. No quería mirarle. No quería que viese lo dolida que estaba, pero Bruce también la conocía demasiado bien.
-¿Samantha? Pequeña, mírame.- la cogió de la barbilla hasta que sus ojos se encontraron. No podía decir qué, pero algo en los de Bruce se volvió frío.- ¿Qué ha pasado?
No pudo responder. Empezó a llorar y no era capaz de detenerse. Él la arrastró hacia su cuerpo y la abrazó.
¿Siempre había sido tan cálido? No lo sabía. Nunca le dejaba tocarla mucho.
Antes de que se diese cuenta, él la llevó hasta su coche, la dejó en el asiento del pasajero, se sentó en el del conductor y puso el coche en marcha.
-¿A dónde vamos?
-Voy a llevarte a casa.
-¡No! Por favor, no me lleves allí.
-¿Por qué?
-Es demasiado reciente. Por favor, doctor.
Él apretó el volante tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos.
-Entonces te llevaré a mi casa.
-¿A tu casa?
-No te tocaré. Lo prometo.
Y ella sabía que cumpliría su promesa pero también era consciente de su erección. La había sentido contra su sexo cuando él la abrazó unos minutos antes. No es que fuese algo que podía ignorar.
Bruce la deseaba, desde que se habían conocido unos años atrás. Era evidente cada vez que la miraba, y ella intentaba una y otra vez que él dejase de comérsela con la mirada, por eso lo organizaba para que conociese a sus ligues. Incluso pensó que con Terry lo lograría. Era su relación más seria, pero nada había cambiado. Y eso que aun no sabía que Terry y ella habían roto.
Bruce Shepard la deseaba con muchas ganas y no dudaba que si se presentaba la ocasión, la aprovecharía.
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Segundas oportunidades (Serie Love 03)
RomanceArin y Richard Ella escapó una vez, tras mentirle. Tras la mejor noche de su vida. Nunca pudo olvidarle. Nunca dejó de amarle. Él busca vengarse . No hay día sin que su mente viaje hasta aquella noche. Lástima que el destino tiene otros planes...