El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)

Capítulo 11

La oscuridad de la noche empieza a abrumarme poco a poco mientras avanzo por la carretera, la luz de los faros de mi auto se reflejan en el pavimento y hay un poco de niebla, pero a pesar de eso no puedo bajar la velocidad en la que voy conduciendo sólo porque hay cientos de emociones que surcan mi sistema al mismo tiempo.

La desesperación de creer que maté a un hombre, la impotencia de no saber que hacer, la adrenalina que esto conlleva, la ansiedad que recorre mi cuerpo a cada segundo de saber que va a pasar conmigo, la frustración y el coraje con la que ese bastardo me involucro en su mierda, yo no quería asesinarlo, y aunque se lo mereciera no sería yo quien lo hiciera, no querría meterme con él.

De todos modos ¿Qué carajos hacía allí? ¿Cómo es que convenció a mi madre de que fuera sola a rehabilitación después de haber dicho que iría con ella? ¿Cómo es que le veía la cara de idiota tan fácilmente?

Desvío en el camino hacia el bosque hasta llegar a la cabaña de Harry, salgo del auto y subo la mirada al cielo, ruego por que no llueva, es un pésimo momento. Las estrellas se asoman por todo el cielo y no puedo evitar pensar en que es una bella noche en una horrible situación, toco la puerta varias veces incesantemente en la espera de que Harry atienda la puerta.

Tengo que tocar otra vez después de unos minutos y espero de nuevo, cuando ésta se abre me muestra la alta figura de Harry en la penumbra, dentro del interior de la casa no hay ninguna luz encendida lo cual es bastante extraño, su cabello está hecho un moño y lleva puesta una sudadera negra al igual que sus jeans, tiene el ceño fruncido y muerde su labio superior al mismo tiempo.

—¿Por qué tardas tanto en abrir? —sueno histérica.

—¿Hola? —lo empujo con mis manos sobre su pecho y entro sin siquiera preguntarle.

—¿Por qué está obscuro? —cierra la puerta tras de mí y nos quedamos en la obscuridad completa.

—No hay luz. Voy a revisar la electricidad —dice y entonces sale de la casa.

Camino por la estancia tentando con ambas manos para no chocar o caerme, cuando encuentro uno de los sillones me siento en silencio a esperar.

Harry tarda unos cinco minutos en volver, trae consigo una lámpara de mano mientras me llama en voz alta.

—Aquí estoy.

—En la mañana te fuiste muy repentinamente ¿Te pasa algo? —se sienta a mi lado.

—Cuando dijiste que estabas pensando en cómo esconder mi cadáver ¿Era cierto? —pregunto de repente, mi pregunta parece sacarlo de balance pero aún así se las arregla para relajarse.

—No te lo tomes en serio, sólo estaba bromeando, no haría eso —tira de su cabello hacia atrás.

Entonces me levanto y camino con cuidado hasta llegar a la puerta pero la mano de Harry me toma por el brazo con fuerza y da un pequeño tirón haciendo que gire.

—No puedes irte así otra vez —gruñe casi enojado—. ¿Qué carajos está pasando?

Entonces no puedo contenerme y derramo algunas lágrimas, las limpio con el dorso de mi mano.

—Hey, hey... tranquila. Cuéntame que pasó —se acerca y me abraza con delicadeza, pero yo lo empujo con mis antebrazos.

—Maté a un hombre Harry. Asesiné a Ayrton —digo entre sollozos—. Te juro que no quise hacerlo, no fue mi intención, sólo estaba defendiéndome de él...

—Nos encargaremos entonces. Cálmate, no llores por favor, sólo no llores —limpia mis lagrimas con la yema de sus dedos, toma mi barbilla y alza mi mirada para que encuentre la suya, sus ojos se ven tan oscuros, no dejan de observarme ni un segundo—. Todo estará bien, me encargaré, sólo tienes que llevarme, asiento y fijo la mirada en sus ojos, una vez que logro calmarme saco las llaves de mi auto de mi bolsillo y se las doy, él las toma y dirige nuestro camino hasta salir de la cabaña, me subo al asiento copiloto y espero a que Harry lo haga también.