Capítulo 31

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Respira. Inhala, exhala y relájate. Da un poco de escalofríos entrar aquí, una corriente fría me atraviesa los huesos helándome por completo, la energía es diferente, distante y pesada. Mi único alivio es que voy de la mano con Harry, si no fuese por él ya hubiera salido corriendo.

Subimos los escalones de lo que parece la entrada a ultratumba, hay unas luces al final del pasillo que iluminan un elevador rojo, luce terriblemente mal, todo el fondo es negro como el de una película de terror y en lo único en lo que lo puedo canalizar es apretando aún más la mano de Harry, de alguna forma es mantenerme segura de lo que estoy haciendo. Cuando llegamos hasta las puertas del elevador Harry aprieta el botón y las puertas se abren enseguida, entramos y presiona el único botón que tiene, el botón tiene un triángulo negro, no dice un número ni mucho menos alguna palabra, sólo es un triángulo. Empezamos a bajar y empiezan a temblarme las piernas, la temperatura se elevó considerablemente pero aún así siento mi interior flaquear, estoy tan nerviosa, falta poco para que salga corriendo.

Se abren las puertas y salimos, el lugar es bastante acogedor, por lo que parece. El suelo está alfombrado, hay un perchero a un lado del elevador, al fondo hay un candelabro que ilumina todo este lugar y hay tres puertas en diferentes direcciones y locaciones, todas ellas están cerradas; parece, por encima, una recepción de hotel, incluso hay un mostrador de madera a la izquierda sin iluminación y unos contados muebles con cajones de madera y cuadros como decoración, el lugar parece completamente vacío, no hay ruidos, ni siquiera murmullos o música.

—Son ocho diez —anuncia Harry mirando su reloj de la muñeca, luce desconcertado—. Ya deberían de estar aquí, es tarde.

—Tal vez se retrasaron, igual que nosotros —sugiero en una voz muy baja.

—No lo creo, esto es extraño. Iré a ver, espera aquí ¿sí?

—No me dejes sola —lo tomo con fuerza cuando apenas da un paso.

—No tardaré, sólo echaré un vistazo.

—Este lugar no parece muy grande.

—Lo es —dice girándose para verme, me sonríe poco convencido y le da un apretón a mi mano.

Entonces camina hasta el fondo y abre una de las puertas, la de en medio, entra y la deja entre abierta, mientras yo espero aquí. Giro sobre mi lugar para ver aún más mi alrededor, hay varios cuadros en la pared, son de un estilo viejo, elegante pero antiguo. El cuadro frente al mostrador de madera es enorme, por mucho más que los demás, es largo a los lados, casi del tamaño del enorme mostrador. Están pintados del lado izquierdo un ejercito de ángeles, y en el extremo derecho, los demonios. Los ángeles son de diferentes tonalidades, claras y tranquilas, no llevan nada con ellos más que sus alas de plumas. Y los demonios son de tonalidades fuertes y distintas, con sombras oscuras y definidas, van armados con lanzas, tridentes y dagas largas y pronunciadas. Es intimidante, a pesar de que no puedo ver bien definida la pintura, es el principio de un enfrentamiento oscuro.

Quito mis ojos de la pintura y echo un vistazo de nuevo a la puerta, ahora está cerrada. Suspiro fuerte y me quito el abrigo para ponerlo en el perchero, hace bastante calor, después me siento en una silla que está alado de uno de los muebles de madera.

El elevador, que seguía abierto, cierra sus puertas de pronto y empieza a subir, mi pulso se dispara de la adrenalina y me remuevo incómoda en la silla, debe ser alguien importante y Harry no está.

Trato de respirar correctamente y comportarme con firmeza, desvío mi vista del elevador, como quitándole importancia aunque me encuentre nerviosísima. Las puertas se abren con un sonido suave y una alta silueta sale con tranquilidad, lo miro y me trabo incapaz de hacer algo, tiene una máscara, como las que vi en el centro comercial, pero esta sin duda es mucho peor, es verde, marca los huecos de los ojos que no tiene con un color negro vacío y una profundidad oscura y desgarradora, la nariz es grande y pronunciada, la boca tampoco tiene algo que mostrar, es una sonrisa descarada intimidante y sin dientes, profunda y vacía. Los rasgos están tan bien definidos que siento que mi corazón se detuvo, es horrible pero no me hace caso, sigue su camino ignorándome y abre la primera puerta entrando y cerrándola detrás de él.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora