Capítulo 20

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Dedicado a: soychoco
¡Gracias por todo, linda!


Todo me da vueltas. Es un mareo constante que se desvanece en segundos, voy y vengo durante varias veces esperando conseguir despertar con claridad.

Mis parpados se abren, veo luces y una sombra borrosa, está cargándome en sus brazos, no hay fuerza en mis extremidades, estoy paralizada totalmente, no puedo estar con los ojos abiertos por más de dos segundos, todo se mueve a mi alrededor, mis ojos se cierran de golpe sin previo aviso, pesados e incapaces de aclarar y definir las imágenes frente a mí.

Abro los ojos de nuevo, las luces pasan rápidamente ante mi vista, no escucho nada, creo que estoy dentro un auto. No soy capaz de pensar con concentración ni inteligencia en estos momentos. Quiero despertar, quiero enfocar la vista y descubrir lo que está pasando, no puedo ver nada, es un sueño abrumador y obligado, no puedo mantenerme constante. La frustración y la desesperación toman lugar en mi sistema pero se desvanecen conmigo al caer rendida a la oscuridad nuevamente.

Empiezo a ser consiente de mí misma y de mi alrededor, una sensación desagradable domina parte de mi nariz y de mi cabeza, mi garganta está seca e irritada y un sabor amargo abunda desde la boca de mi estómago hasta mi lengua. Todo a mi alrededor está ligeramente oscuro, no distingo más allá de sombras engañosas y de mi propio cuerpo, estoy sentada sobre una silla y atada de las muñecas por detrás de la espalda, mis pies y tobillos están libres al igual que mi boca. Trago duro mientras trato de aclarar mi vista, mis oídos empiezan a funcionar con normalidad y poco a poco se definen esos sonidos tan lejanos que ya no son tan lejanos, alguien más está aquí, impaciente, puedo sentir su mirada escrutadora sobre mí, analizando cada movimiento y preparándose para cuando esté alerta de nuevo con totalidad.

Mi vista se arregla por completo y giro la cabeza en círculos mientras me enderezo para aligerar los músculos tensos y agarrotados, me duele un poco el cuello y la espalda, seguramente por la postura en la que estuve durante quién sabe cuánto tiempo. Mi corazón reanuda su marcha y aumenta el ritmo en cuanto trato de rememorizar que es lo que pasa y no encuentro nada cercano antes de estar aquí.

El azote de algo contra una superficie de metal me hace saltar en mi lugar y de repente una luz ilumina la pequeña habitación cegándome, parpadeo varias veces para atenuar y acostumbrarme a la nueva iluminación cuando se escuchan las primeras palabras de una voz que vagamente soy capaz de reconocer.

— ¡Vaya! —suelta una carcajada larga y escandalosa—. ¡En hora buena nos honras con tu presencia!

El almacén, Harry, la llamada, un auto de color oscuro... todo se reacomoda en su lugar con rapidez.

—Esto se pondrá bastante bueno, Heather —aplaude fuerte con las palmas y continúa—. Más vale que te pongas cómoda y enfatices tus sentidos porque será una noche larga —dice en tono divertido, pero ésta vez no me pasa desapercibida la voz que acabo de reconocer y que no puedo creer que esté diciéndome eso. Es Evan, mi compañero de trabajo; el de la fachada de chico malo, que ahora si le creo, y un carisma chispeante y pretencioso.

—Hmmm... —me quejo—. Sé quien eres ¿Por qué no sales ya? —hablo en un susurro bajo y firme.

—Ya recuperaste el habla. ¡Qué alegría! —se burla. Sus pasos resuenan en eco por toda la habitación mientras se acerca a mí, escucho el repiqueteo de sus zapatos acercarse cada vez más, está justo detrás de mi ahora—. No puedo esperar para comenzar, así que comencemos de una jodida vez —posa sus manos en mis hombros y los estruja con tanta fuerza que duele, forcejeo de su agarre hacia delante y él me suelta.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora