Capítulo 22

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Abro los ojos dentro de la oscura habitación, la luz de la luna ilumina a través de la ventana una pequeña parte de mi cama y del buró alado de ella, el reloj marca las dos con veinticuatro de la madrugada. Hago un inútil intento de girar mi cabeza hacia otro lado en dónde no me pegue la luz, pero no puedo moverme, estoy paralizada en mi lugar; de repente intento decir algo, pero tampoco puedo articular palabra alguna, el ritmo de mi respiración se acelera y lo único que hago ahora es mover los ojos frenéticamente en todas las direcciones.

¡¿Ahora que está pasando?!

Mi corazón se estremece y una extraña sensación fría y desagradable inunda mi cuerpo en pocos segundos, empiezo a angustiarme, alguien está mirándome, alguien está conmigo dentro de la habitación pero no tengo manera de saber quién es, la frustración se dispara en mi sistema, sé que está mirándome fijamente, sé que no es algo bueno.

Maldición, quiero que se termine. ¡¿Qué acaso no pueden dejarme tranquila?!

El chirriante sonido de la madera vieja del suelo crujir inunda la habitación y entonces escucho como sus pasos se acercan a mí, siento que empiezo a temblar involuntariamente aunque no pueda moverme, un nudo se atora en mi garganta y cierro los ojos de golpe con fuerza en cuanto veo la sombra de aquella cosa.

Era una persona, tal vez, no lo sé, era demasiado grande, con alas, negras y de plumas, creo que si era una persona, pero era aterradora, no quiero abrir los ojos, estoy entrando en pánico y no sé que hacer, empiezo a hiperventilar, la sensación horrible de ansiedad empieza a consumirme en el momento en el que siento que ya no puedo más, ya duele mucho.

Abro los parpados para encontrarme con una atmosfera diferente, estoy recostada en el suelo, pero en la misma posición que antes, está increíblemente oscuro, y ésta vez la silueta alta y con alas se encuentra en la esquina del cuarto, está acercándose de nuevo, y no he dejado de dar respiraciones cortas y frenéticas que ya hasta me duele el pecho, es demasiado, no tengo idea de que está pasando, esa cosa está empezando a acercarse a mí una vez más.

Se acerca a un paso dubitativo y lento, pero no sé por qué. Las sombras no me dejan definir su imagen frente a mí, no puedo ver con claridad qué es, trato de enfocar la vista pero ahora se me está haciendo muy pesado, todo está empezando a ser borroso y tengo demasiado sueño, como si no hubiera dormido en mucho tiempo, cierro los ojos con lentitud cuando se arrodilla frente a mí.





[...]







¿Qué se supone que debo hacer ahora? No puedo hacer las cosas que comúnmente hago cuando estoy despierta; como ir a trabajar, comer, hablar con alguien sin que sea irreal o pensar siquiera.

No sé que es lo que viene a continuación, ¿Cuánto tiempo estaré aquí?, ¿Qué pasara conmigo?, y aún más grave, no tengo idea de lo que significa el sueño de ayer, dos veinticuatro, hace mucho que no sufría una pesadilla como esa, se repetían constantemente cuando era pequeña pero desaparecieron cuando empecé a madurar, aunque siempre tuve ese constante miedo de que regresaran algún día, y ese día a llegado, tengo demasiado miedo de ellas, lo que no sé es por qué, siempre he tenido esa pregunta recurrente en mi vida, el por qué de las cosas, creo que es hora de dejar de preguntármelo y aceptar lo que venga y como venga. No puedo evitar tener una curiosidad retorcida hacia eso que significa la pesadilla, pero tengo la sensación ácida de que no me gustará averiguarlo, y que si me presiono a saberlo algo muy malo ocurrirá.

No puedo quedarme cruzada de brazos sin hacer nada, si estoy realmente atrapada aquí me gustaría saber cómo es exactamente este lugar, tengo que explorarlo y ver lo que tenga que ver, tal vez así pueda salir de aquí, tal vez esa sea la clave.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora