Capítulo 18

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Por más ademán que haga, no puedo dejar de verlo y sonreír como tonta. Me duele el rostro de tanto sonreír, por primera vez en mi vida.

Mi vista está posada en él desde que nos levantamos del suelo después de besarnos, y es que a pesar de que está completamente ebrio, nunca lo había visto así de torpe y vulnerable al mismo tiempo, es todo eso que no se atreve a ser cuando está consiente, cuando es capaz de procesar y analizar todas sus acciones y todos sus pensamientos. Cuando todo él se vuelve un misterio indescifrable y un testarudo caballero con armadura de acero impenetrable, pero ahora, ahora es un libro abierto, y es muy divertido e interesante, saber y conocer lo que piensa, sin filtro, sin restricciones y ataduras, no otra cosa más que sus sentimientos cómo máscara cubriendo su rostro.

Coloco su brazo por detrás de mi espalda y sirvo de apoyo para llevarlo a su habitación, al principio se rehúsa a que le ayude pero después de mi insistencia se calma y accede.

— ¿A dónde me llevas? —dice en tono dulce—. Tengo que llegar a mi casa, tengo que encontrar a mi chica.

"Su chica" sisea mi cabeza, mis entrañas se retuercen.

— ¿Y por qué viniste aquí entonces? —empiezo a dar unos pasos con él recargado en mi hombro.

—Yo sólo buscaba mi casa, pero me equivoqué y encontré la tuya —arrastra las ultimas palabras con tanta rapidez que tardo unos segundos en procesarlo y entenderlo.

—Harry, ésta es tu casa. Sí llegaste.

— ¿Y qué haces tú aquí en mi casa? —me reprocha—. Eres muy linda, pero si llega Heather se va a enojar conmigo, va a pensar cosas muy malas de mí y no quiero que pase eso —suena preocupado, casi angustiado—. No le vayas a decir que te besé, que nos besamos —coloca su dedo índice sobre sus labios en seña de que calle lo sucedido—, shhhhh...

Es de lo más lindo, dios mío. Exploto de ternura.

— ¿En serio crees que se enoje? —reprimo una risa.

—Oh, por supuesto. Es muy celosa, hasta reventar —afirma asintiendo con la cabeza.

No puede ser, él cree que yo lo celo. "Lo celas, cariño. Aunque no quieras admitirlo."

—Entonces no se lo diré, pero a cambio tendrás que dejarme llevarte a tu habitación y te vas a dormir.

—No quiero dormir, no tengo sueño ahora —dice tratando de engañarme mientras subimos las escaleras con dificultad. Sé que muere de sueño, sus ojos lagrimean y están rojos. Reprime un bostezo y entonces gira para mirarme, ya hemos terminado de subir las escaleras.

— ¿A dónde irás? —seguimos caminando por el pasillo y cuando llegamos a su cuarto, sólo empujo la puerta con mi pie para abrirla, nos introducimos en la habitación oscura y entonces retiro su brazo de mi espalda, él se queda de pie y yo lo muevo en dirección a la cama para después empujarlo con ambas manos—. ¿No volveré a verte?

—Prometo que lo harás —le regalo una sonrisa en la oscuridad. Me acerco a él e intento quitarle las botas negras que trae puestas.

— ¡Hey, hey! ¡no! —se queja—. ¡No me las quites!... una chica arruinó las últimas.

—No puedes dormir con las botas puestas, Harry —le advierto recordando cómo arruinó sus últimas botas.

—Sí, si puedo —lucha conmigo unos instantes, pero es tan torpe ahora que es muy fácil sujetarle las piernas para que no se mueva, al final termina rindiéndose y deja de moverse un poco añadiendo una condición—: Está bien, está bien... pero tendrás que dejarme besarte de nuevo.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora