Capítulo 37

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Ella está aterrorizada. Está helada. Está perdiendo la cabeza un poco más a cada segundo. Se la pasa tomando calmantes, una y otra vez, de dos pastillas a la vez, trata de controlarse, trata de no temblar tanto y de hablar con coherencia. No puede acercarse sin contener su respiración y rezar en su mente que él no se altere.

¿Qué hiciste contigo, Kristen? ¿Qué pasó contigo, "Aron"?

Es preocupante la manera en la que se ve y se siente, al menos con él, está convirtiéndose en un miedo irracional, ella está en peligro, se altera por cualquier sonido o movimiento cuando él está en su presencia, necesita ayuda pero no sabe gritar, no sabe hacer otra cosa más que tratar de complacerlo para no enfadarlo.

Está hecha bolita con un cobertor encima de su cama, tiene los ojos cerrados pero se mantiene despierta, no puede dormir, tiene miedo de que vuelva a enfadarse con ella, porque siente el lado oscuro de su alma, siente como la acaricia y le dice que es capaz de todo, la amenaza y la consume. Ya no recuerda cómo es que los dos eran antes, todo se convirtió en paranoia y una sensación de aturdimiento, el no necesita ni tocarla para lastimarla, no sé cómo lo hace pero ella tiene moretones aun cuando él ni siquiera la toca.

Se ha convertido en un Monstruo.

Da miedo mirarlo desde este punto, yo no puedo hacer nada, pero él ha clavado su mirada en ella por lo que parece una eternidad, ella está de espaldas a la puerta abierta, tratando de mantenerse quieta y de no hacer ruido al respirar.

Sus fríos ojos grises miran el bulto desde la cocina del fondo, sentado en una silla de madera y recargándose sobre sus codos, aprieta con fuerza una pelota de tenis entre sus manos, y cuando la tetera suena por fin se levanta de su agarrotada postura, prepara lo que parece una taza de té y la pone en una bandeja junto con un plato de sopa que él mismo preparó. Toma la bandeja entre sus manos y camina el línea recta a través de las habitaciones hasta llegar al cuarto donde Kristen se mantiene en cama.

Sus pesados pasos resuenan en la madera de manera escabrosa y amenazante, se escucha como la peor de mis pesadillas, como cuando sientes y sabes que va a atraparte, cuando la desesperación llega a su máximo límite y lo único que puedes hacer es gritar. Pero ella no se mueve, se mantiene tiesa como un cadáver.

—Hice sopa para ti —anuncia con una voz alta y firme. Los ojos de Kristen se abren pero por su mirada, sé que no sabe qué hacer, si levantarse, hablar o quedarse tal y como está. Es como si estuviese viéndome, como si una parte de ella intuyera que alguien está vigilándola además de su acosador.

—Gracias —se gira lentamente sobre el colchón y entonces se atreve a mirarlo a los ojos, su mirada se vuelve confundida cuando percibe algo en los suyos.

—Tienes que mejorarte —pone la bandeja sobre las piernas de Kristen y se sienta en la silla que puso hace un rato frente al espejo.

Ella empieza a comer, se ve un poco aliviada, la sopa está caliente y el té la ayuda a relajarse, sus nervios han estado tan disparados los últimos días que seguramente ya había olvidado la sensación.

—¿Importa mucho? —veo como traga duro y se arrepiente en ese mismo mísero instante. Hasta yo sé que no debió decir eso.

—No seas ridícula, claro que importa y mucho —dice con un ligero tono de molestia, controlado, pero sé que no tardará mucho en perderlo—. Voy a casarme contigo.

—¿Aún quieres hacerlo?... con lo que dijiste la última vez pensé que lo reconsiderarías.

Ella está loca. Sólo está provocándolo, él es muy volátil, lo que debería hacer es estar huyendo en una camioneta muy lejos de aquí. Me desconcierta su falta de decisión.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora