Capítulo 27

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— ¿Cómo que estás soñando despierta? —pregunta Harry por tercera vez dándome un té de manzanilla que acaba de preparar para mí. No sé como explicárselo, no se como es que vaya a tomarlo porque ni siquiera sé como estoy tomándomelo yo.

—Es demasiado confuso, aún para mí —le doy un sorbo al caliente líquido y saboreo el azúcar en el, lo trago y me tomo un momento para pensar—. Cuando estaba dormida tenía... sueños. Al principio era como: "¡Es demasiado loco, deja de imaginarte cosas!" y poco a poco las cosas fueron tomando un descontrol poco entendible y alucinante. No creo que ninguna de esas cosas tengan algún sentido ni nada, pero me asustan, son retorcidas y dementes. No le veo el caso en tratar de recordarlas, pero me alarma el hecho de que tenga esos sueños aún estando despierta, podría ocurrirme algo.

— ¿Qué clase de cosas soñabas? —se sienta a un lado de mí, demasiado cerca, tan cerca que puedo sentir el calor de sus respiraciones en mi rostro—. Cuando dije que tenía que romper la conexión era justamente por eso, se supone que nosotros como subordinados podemos hacer... ciertas cosas, a algunas no les veo sentido, sólo son como para sacar ventaja de la gente. En este caso el poder dormir a alguien en un tiempo indeterminado o el de poder matar a una persona aunque su nombre no esté en la lista. Cuando hacemos eso, se requiere de un esfuerzo, primeramente para quebrar la voluntad de la persona y poder mantenerla en ese estado, y para ello como dije se requiere energía, una esencia por así decirlo, y tenemos que dejar algo de eso con ellos, y entre más tiempo pase, se fortalece un vínculo que conecta sus mentes, si hay cosas en común o incluso sin ellas podrías saber cosas de su mente.

— ¿Tú lo has hecho?

.

¿Para qué?... no pienso preguntárselo de igual modo.

—Es difícil de decirlo... —digo bajando la mirada pensando en varios de esos detalles.

—Tienes que confiar en mí. Tienes que decírmelo para poder ayudarte —su tono es tranquilizador.

Entonces empiezo a contarle, poco a poco y omitiendo algunos o demasiados detalles que considero inoportunos. Le cuento casi todo a excepción del embarazo. Él enmudece por completo, por un momento parece que se ha puesto más pálido, es como si hubiese visto un fantasma, y uno muy desagradable, también luce enfadado y asustado, no sé como decirlo, ¿impactado?... pero no dice nada, pasa la mano constantemente por su cabello y aprieta la mandíbula con demasiada fuerza, traga como si tuviera rocas en la garganta.

Al principio tenía cara de idiota al escucharme decir tantas barbaridades sobre nosotros dos juntos, las sonrisas se asomaban por las comisuras de sus labios pero las desaparecía antes de que lograra darme cuenta del todo, estaba tan divertido con la situación que hasta pensé que no había nada grave en mis sueños, pero cuando llegué a la parte en la que le decía que el sheriff Loughty era mi padre y que cuando me vi en el espejo no era yo sino una pelirroja exuberante empalideció y su rostro se distorsionó.

—Yo era Kristen en el sueño —digo con algo de sentimiento, porque me duele el hecho de que nunca fui yo realmente—. ¿Hay algo en eso?

Aprieta los dientes y talla su rostro con ambas manos antes de girarse para encararme.

— ¿Kristen? —frunce el ceño y me clava la mirada, su penetrante y furiosa mirada. Oh, no. Él nunca antes me la ha mencionado.

—Así se llamaba ¿No es así? —trago duro para aligerarme el nudo de nervios en mi garganta—, me lo dijo Marcus, un amigo.

—Sí, Kristen —dice y siento la punzada de dolor que lo abandona y de pronto siento que me falta la respiración—. Era hija del Sheriff Loughty, ¿Ahora entiendes por qué él me odia?

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora