Capítulo 16.
GAVIN
—No seas tonto —se ríe Georgene—. Ellas no estaban observándote porque seas guapo..., bueno, sí, tal vez, pero ¡no era por eso!
—¿De qué hablas? —Levanto la barbilla y camino erguido, creyéndome el rey de la calle—. Soy increíblemente atractivo.
—Ellas te vieron en la televisión.
Trago saliva fuertemente. Mi corazón lo siento en la garganta y las manos me sudan de inmediato.
Dejo a un lado mi ego y bajo los hombros, meto mis puños en los bolsillos de mi pantalón y me quedo callado. Mierda, ¿es eso posible? ¿Mis padres están buscándome hasta en la televisión?
—No sé, no entiendo.
—¿Qué no entiendes? Gavin, ¿en qué clase de problemas de mierda estás metido? —Me sorprende el tono de voz que está usando. Uno la ve y no cree que ella hablaría así alguna vez en su vida—. Creo que estoy viéndote doble.
—Le llaman Efecto Bogasch.
—No, en serio —se detiene en seco y me giro para encararla. Está viendo hacia un árbol—. ¡Estás ahí! Oh, por dios—se acerca al árbol y quita el afiche que estaba ahí pegado.
Una foto mía, bastante vieja por cierto, está sonriéndole a todo el mundo. Mi nombre completo, mi edad y mi fecha de desaparición se pueden leer a un lado de mi fotografía. El número telefónico de casa y de mis padres están también ahí para que alguien se comunique si es que soy visto.
—Estás en problemas —dice, aparentemente enfadada. Lo sé, me lo merezco. Creo que soy un experto en meterme en líos con chicas bonitas—. Tienes que darme una explicación sobre esto...
—¿O qué? —Me cruzo de brazos. Sé que puedo manipularla si es que quiero.
—O le diré a mi madre. Me aseguraré que no se entere si tú me dices la verdad, y también dejaré que sigas quedándote en mi casa.
—Bueno, me convenciste —suspiro y me pienso si es buena idea contarle mis secretos. La única que lo sabía en Multnomah era Lauren y la conozco desde hace muchos años. A Georgene apenas la conozco y dudo que me comprenda tan bien como mi mejor amiga. Su recuerdo fugaz pasa por mi mente, haciéndome extrañarla—. Es una historia larga, así que, ¿por qué mejor no te invito un café?
—Sólo promete que será la verdad, Gavin. Mamá y yo confiamos rotundamente en ti y eso que aquí es un lugar peligroso. Puedo ver el bien en tu ser, sé que no eres una mala persona, sólo quiero saber por qué tanto misterio alrededor de ti —sostiene un momento la hoja de papel con mi foto impresa y sonríe un poco—. No puedo negar que eres jodidamente guapo, pero esa misma belleza me aterra. No puedes ser real.
Odio mi atrevimiento, pues en cuanto termino de sonreírle me acerco peligrosamente y termino abrazándola. Ella se tensa en cuanto me siente tan cerca, pero cede después de uno segundos y sus brazos rodean mi torso, haciéndome sentir tranquilo y en completa armonía. Hace mucho tiempo que no me sentía así y ahora no quiero soltarla.
Para guardar este momento en mi memoria, huelo su cabello rojo y el aroma a frutos rojos me arrasa.
La que no parece ser real aquí, es Georgene.
Antes creía que ninguna otra chica podría hacerme retroceder como Lauren. Es la única persona con la que puedo rendirme completamente y contarle absolutamente todo. Pensé que con nadie más lograría abrirme de tal modo, pero creo que ya lo hice. En cuanto acepté el hecho de estar abrazando a ésta pelirroja, supe que la cosa ha cambiado.
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Outlaw.
General FictionLas vidas de Gavin y Lauren han sido tan tranquilas como las de todo adolescente promedio. O eso es lo que todos piensan, menos ella. Ambos han llevado su amistad a lo largo de varios años, mientras ella mantiene la guardia baja e intenta salvar la...