Capítulo 42.
GAVIN
—Mételo —bisbiseo en su oído y acaricio su cabello suavemente.
—No puedo —responde con voz temblorosa. Suelto una risa después de escucharla.
—Ya lo has hecho varias veces.
—No bajo tanta presión.
—Mételo, Lauren —vuelvo a reírme y ella agarra fuertemente mi brazo—. Hazlo.
—No saldrá nada bueno de esto.
—No lo sabremos si no lo haces. ¿Quieres que lo meta yo?
—No —carraspea—. Está bien, lo haré.
Lauren hace una maniobra inteligente. Lanza la pequeña pelota directamente a la canasta, logrando los ciento cincuenta puntos que necesitábamos.
—Ah, Lauren, te amo —sonrío de oreja a oreja y me inclino para besarle la frente—. La cámara es nuestra, nena.
—¿Nuestra? ¡Mía! Yo obtuve los puntos ganadores —aplaude sin dejar de reírse. Retira los boletos que han salido de la máquina y corre a la caja, donde reclama su premio.
—Deberíamos ir al casino del hotel —le digo una vez que la alcanzo. La chica de la caja está buscando la cámara que nos ganamos—. Pareces ser un amuleto de la suerte.
Ella empieza a sonrojarse. Nos ceden la cámara y Lauren busca mi mano para entrelazar nuestros dedos. Aunque este gesto me duele, no puedo doblegarme y resistirme a su contacto. Salimos de aquella tienda de juegos de azar con una expresión victoriosa.
Son las seis de la tarde y todo se ve espléndido en Providence. El frío no nos disuade de disfrutar las maravillas de Rhode Island, así que decidimos caminar desde el centro hasta el hotel. El primer día aquí, estando completamente solos, parece ser un total éxito.
—James te llamó hace media hora —le entrego su teléfono y Lauren hace una mueca extraña.
—¿Por qué no me lo dijiste en su momento?
—Estabas muy concentrada.
—Es... está bien —sé que iba a decirme algo más, pero me alegra que no haya echado a perder la atmósfera tan tranquila que hemos creado a nuestro alrededor—. Ah, por cierto, gracias por comprarme esta chaqueta.
—Te queda bien... Y la necesitas.
La abrazo fuertemente por los hombros y seguimos caminando. Puedo jurar que está a punto de nevar, y Lauren y yo no estamos preparados para algo así. El clima en nuestros teléfonos indica que estamos a menos un grado. Ambos estamos acostumbrados a las bajas temperaturas, después de haber vivido la mayor parte de nuestros años en Portland y después el invierno en Nueva York.
Después de unos cinco minutos, llegamos a la entrada de Waterplace Park. Es uno de los lugares más hermosos que he visto por aquí.
Lauren se sienta en una banquita de madera ubicada delante de un restaurante bar. Inspira hondo y deja que el viento la despeine... o algo así, pues no creo que en realidad se haya arreglado el cabello.
—Estoy enamorada de Providence. Podría vivir aquí.
—Decidiste Nueva York —respondo sin antes pensar en que he hablado con dureza. Tal vez hasta fui grosero y apenas me doy cuenta—. Disculpa.
—No, está bien.
—Aquí tienes a la Universidad de Brown.
—Sí, pero Rochester tiene lo que estaba buscando. Además, no es tan cara y exclusiva como Brown. Ni siquiera se me pasó por la cabeza estudiar aquí.
ESTÁS LEYENDO
Outlaw.
General FictionLas vidas de Gavin y Lauren han sido tan tranquilas como las de todo adolescente promedio. O eso es lo que todos piensan, menos ella. Ambos han llevado su amistad a lo largo de varios años, mientras ella mantiene la guardia baja e intenta salvar la...