Capítulo 27.
LAUREN
Son las once de la mañana cuando Halina y yo regresamos al hospital. Gavin se ha quedado aquí por una petición de su padre para que pudieran mantener una conversación y se pusieran al corriente en cuanto a sus vidas.
—Iré por unos bagels para almorzar, ¿quieres uno? —Pregunta Hal una vez que llegamos al piso siete.
—Sí, que sean dos de salmón.
—Ew, igual que mi hermano.
—Así es —sonrío. Me reprende con la mirada, pero termina por aceptar silenciosamente—. ¡Y un jugo verde!
Mientras camina dándome la espalda, hace un gesto con dos dedos, posándolos sobre su frente durante un segundo y luego elevándolos hacia un lado, como un militar. Halina se ve más vivaz desde que su hermano regresó, y eso que sólo han pasado unas horas.
La enfermera principal de Richard me dice que ellos seguramente siguen dormidos, así que puedo adentrarme sin preocupaciones.
Gavin tiene la mitad del cuerpo en el sillón, desde la cadera hasta sus pies, pero el resto está recostado en la camilla, a un lado de su padre. Sus latidos son constantes, pero no tan normales como nos gustaría. Ambos están dormidos.
Me aclaro la garganta y espero a que Gavin se despierte. Así pasa después de hacer ese gesto un poco más fuerte.
—Vaya, hola... Nos quedamos dormidos —medio sonríe y se levanta, dejándome ver algunas marcas de sábanas en su mejilla derecha.
—No importa. ¿Están bien?
—Eso creo... —le echa una mirada de sosiego y suspira—. No sabes cuánto me alegra verte a ti también.
—Ya tendrás tiempo para arreglar el desastre que tienes conmigo. Halina fue por un bagel para ti.
—¿Salmón y jugo verde?
—No puede faltarnos eso.
Gavin camina hacia mí, acercándose peligrosamente a mi cuerpo. Tengo que pegarme a la puerta para evitarlo, pero claro que sucede todo lo contrario.
No me toca, ni siquiera coloca sus brazos a un lado de mi cabeza para interceptarme. Lo único que necesito es su mirada para quedarme justo donde estoy, atónita. Encantada.
—¿Por qué me tienes tanto miedo?
—No te tengo miedo —bufo—. Me pones nerviosa.
—Como siempre. Somos amigos, Lauren, tienes que controlarte.
—No me siento cómoda teniendo esta conversación... Aquí.
—De acuerdo —articula rápidamente. En un fugaz movimiento, toma mi mano y abre la puerta para que salgamos de la habitación juntos.
El pasillo está desierto, así que me quedo con la idea de que las enfermeras están haciendo sus rondas. Ni una sola alma pasa por aquí.
Estamos Gavin y yo, a solamente dos pasos de distancia.
Juro que sus ojos y sus labios me hacen querer perder el control justo aquí, donde no puedo demostrarle nada de lo que quiero.
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Outlaw.
General FictionLas vidas de Gavin y Lauren han sido tan tranquilas como las de todo adolescente promedio. O eso es lo que todos piensan, menos ella. Ambos han llevado su amistad a lo largo de varios años, mientras ella mantiene la guardia baja e intenta salvar la...