Outlaw.

32.

Capítulo 32.

GAVIN

Con el regreso sorpresa de mi madre y la recuperación asombrosa que ha tenido mi padre, la familia tiene ganas de celebrar.

Han organizado un evento de beneficencia para los enfermos de cáncer, por lo que han invitado a toda la comunidad millonaria de Portland y sus colindantes.

Una fiesta fue lo mejor que pudo habérsele ocurrido a mi madre y a Halina, quien no se queda fuera de todo esto. Parece contenta porque todos estamos juntos y reunidos, aunque todavía necesitemos demasiado a Lauren.

Para nosotros no han cambiado las cosas... Bueno, exceptuando que ahora tengo un hijo y una no-novia a la que tengo que invitar para que venga conmigo.

O eso me ha dicho Halina.

—Carla y yo no somos pareja como para presentarla de ese modo a la sociedad.

—¿Desde cuándo te preocupa tanto cómo te ven en sociedad? —Se burla mi hermana menor mientras se prueba encima de la ropa un vestido para la beneficencia—. De todos modos, a nadie le interesas.

—Directo al ego, hermanita.

Ella bufa con diversión y niega con la cabeza, dejando a un lado aquel vestido que solamente le cubre lo necesario. Se lo entrega a la chica que nos está ayudando y le pide que le muestre otro, en otro color.

Es la sexta vez que hace lo mismo.

—Maldita sea, olvidaba qué tan difíciles son las mujeres cuando van de compras.

—Acompañabas muy gustoso a Lauren y jamás te quejaste —me recuerda con una sonrisita—. Soy tu hermana, debes ayudarme con esto.

—A mí no me importa lo que te pongas en este absurdo evento, Halina, siempre y cuando te cubra un poco más allá de donde no te da el sol.

—Me alegra que no hayas tenido una hija, serías un papá insoportablemente controlador.

Reprimo las ganas que tengo de responderle, porque sé que no diré nada bueno y sólo ocasionaré problemas en donde ha habido paz y tranquilidad en los últimos meses.

La esclava de Halina vuelve a nosotros después de unos diez minutos con unos cinco vestidos más, lo que me hace resoplar y echar la cabeza hacia atrás a modo de derrota.

Halina hace su cambio de ropa mientras yo desbloqueo mi teléfono y me dirijo a la libreta de contactos. Lauren está al inicio de la lista, a pesar de que no he hablado con ella desde hace tiempo.

—Haré una llamada. Ojalá ya hayas escogido al menos uno cuando vuelva, ¿sí?

Beso su frente sin esperar respuesta y ella asiente, observándose en el espejo.

Salgo de la tienda y me sorprende un frío abrasador, un clima extraño para estas alturas del año.

Presiono la pantalla con mi pulgar y espero a que me conteste ella... y no James.

—Estaba por llamarte —contesta. Una ráfaga de viento me golpea el rostro para volver a la realidad—. ¿Gavin? Tengo algo que decirte.