Capítulo 23.
LAUREN
Salir de aquel lugar en compañía de Dean fue la mejor decisión que pude haber tomado.
El corazón me late tan fuerte que puedo sentirlo en las orejas. Me siento mareada y la verdad dudo que pueda llegar de pie hacia mi auto —el auto de Gavin, mejor dicho. El que me presentaba cuando él todavía vivía aquí, en Multnomah, pero que cuando se fue se convirtió en mío a expensas de su madre.
Cuando llegamos, rápidamente saco las llaves de mi bolsillo delantero y me introduzco en el automóvil. Pego la frente contra el volante y al mismo tiempo escucho que alguien se sienta a lado de mí, en el asiento del copiloto. Su colonia masculina lo delata, y ahora mismo quisiera no hablar con él.
—Dean, ahora no es un buen momento.
—¿Y cuándo lo será?
—Cuando haya procesado todo esto...
—Nena, sabes que estoy para ti, ¿de acuerdo? —Se inclina para besarme la mejilla y no espera respuesta. Sale del auto con sigilo y emprende camino hacia el lado contrario del laboratorio clínico.
Aparentemente, Florence estaba esperando a que esto pasara, pues está en la puerta de entrada con los brazos cruzados, observándonos con atención.
Le pido con la mirada que venga conmigo. Necesito apoyo, y no el de cualquiera: el suyo. Necesito a mi mejor amiga, así como también necesitaría a mi mejor amigo si no fue la causa de mi desespero.—¿Te encuentras bien? —Pregunta. Sé que conoce mi estado de animo y, ahora mismo, estoy menos que bien.
—Estoy... sorprendida. No creí que Gavin fuera tan estúpido en ese sentido —me río sin una pizca de gracia, pero es un reflejo para no mostrarme demasiado débil ante ella.
—Yo tampoco. Creí que todo era una broma hasta que vi su cara de espanto.
—¿Crees que se haga cargo de él? O ella...
—Supongo que sí. Podrá ser un bastardo irresponsable, pero no lo suficiente como para dejar abandonado a su retoño —me sonríe y su mano directamente viaja a mi espalda para reconfortarme—. Me preocupa Georgene. Quiero decir, no la conozco para nada y si mi atrevimiento fuera mayor diría que es una zorra, pero ha soportado a Gavin. Ojalá no lo deje solo ahora que lo necesita.
—Georgene no haría eso. Gavin encontrará el modo de que ella se quede con él, y aún así criar a su hijo. Dudo mucho que Carla quiera casarse y jugar a la familia feliz.
Por más que quiero pensarlo bien e imaginarme a Gavin con un bebé en brazos, no puedo. Es mucho más de lo que mi mente y cuerpo pueden soportar. Las piernas me flaquean y ni siquiera creo tener fuerzas para poder conducir, pero tengo que hacerlo a como dé lugar. Es algo a lo que tendremos que acostumbrarnos y ya no hay modo de cambiarlo. Gavin escogió esta vida y yo elegí acompañarlo en ella.
—¿Qué te ha dicho Dean?
Le explico todo rápidamente y ella niega de inmediato al oír la versión de McShane.
—Está mintiéndote. Si él no se hubiera metido con Carla, ni siquiera hubiera puesto un pie en el laboratorio, ¿no lo crees? ¿No supones que está jodidendo contigo?
La pura curiosidad me carcome. Nunca dije haberle creído totalmente a Dean, pero sus ojos me demostraban que todo eso era verdad.
Lo que más me duele es que Gavin no me haya dirigido una sola palabra. Simplemente se fue al encuentro de Georgene, y yo lo entiendo. Ahora es su novia, ahora es lo más importante para él. Ahora yo paso al segundo plano como la mejor amiga, aunque supongo que ya no llego ni a eso.
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Outlaw.
General FictionLas vidas de Gavin y Lauren han sido tan tranquilas como las de todo adolescente promedio. O eso es lo que todos piensan, menos ella. Ambos han llevado su amistad a lo largo de varios años, mientras ella mantiene la guardia baja e intenta salvar la...