Capítulo 9 - Avanzar

144 13 6
                                    

Avanzar

Había pensado que en algunos momentos la vida era dura, pero era porque no conocía dónde estaría después de ella.


Llega un momento donde nos damos cuenta que la vida es una constante toma de decisiones, buenas o malas todas tienen consecuencia.

Desde las más pequeñas: ¿Qué ropa usaré hoy? ¿Qué voy a comer?

Hasta las más importantes: ¿Qué carrera quiero estudiar? ¿A los cuántos años me casaré? ¿Realmente me quiero casar? ¿Cuántos hijos tendré? Etc...

Y no es que estemos preparados para tomar decisiones, no podemos simplemente recibir un curso de ocho horas llamado «Tomando la decisión correcta» y que después de eso seamos expertos en tomar las mejores decisiones. ¡Ojalá así fuera! ¡Tomaría unos veinte o más si fuera posible!

Desgraciadamente no lo es.

De algún modo tomar una decisión indica un riesgo, el cual debemos estar dispuesto a correr y es que tomar una decisión correcta hoy indica que tomamos muchas incorrectas en el pasado pero que ahora nos sirven de experiencia. No es que siempre tomemos la correcta, a mí se me hace difícil hacerlo pero al menos es una ayuda para tratar de elegir la mejor.

He tomado muchas decisiones en mi vida pero ninguna de ellas tenía tanto peso como la de ahora. Si las consecuencias de la misma solamente me perjudicaran a mí, correría el riesgo sin pensarlo pero involucra a la persona más importante para mí y eso lo torna más difícil. No quiero simplemente arriesgarla y fracasar. ¿Acaso eso ya no es suficiente presión?

Sinceramente espero no equivocarme.

Empiezo a sentir el latido de mi corazón aumentar que hasta pienso que saldrá de mi pecho, una gota sudor comienza deslizarse por mi cara, los nervios están en una encrucijada que no saben qué hacer conmigo. ¡Me van a volver loca! Mis manos tiemblan incluso mis pies no quieren moverse. Y todo esto se debe a un solo suceso:

La puerta se ha abierto. Llegó el momento y tendré que elegir.

Avanzo envuelta un puñado de nervios incontrolables pensando en lo que podría pasar en ese cuarto, en qué tipo de decisión debo tomar, sea cual sea espero hacerlo bien; mis pies pesan como si quisieran evitarme una tortura.

Estoy dejando la habitación en la que he estado durante días y eso causa un extraño temblor en mi cuerpo que continúa negándose a avanzar.

En el momento que decido cruzar la puerta de la habitación escucho un sonido. ¡No otra vez, por favor! —Grito en mi mente— ¡Me estoy cansando de esto! Volteo pero no es Voz de ángel, cualquier otro espíritu, ser, fantasma o lo que quiera que sean; es el espejo que comienza a proyectar la imagen de Jessy acurrucada en una cama, una gran cama y puedo verla abrazando una muñeca mientras llora. No sé la razón por la que llora pero puedo imaginar por culpa de quién lo hace. La bruja.

Ésta es la motivación que necesitaba.

No es verla llorar lo que me motiva, me produce satisfacción que creo tener la oportunidad de hacer algo para estar con ella y alejarla de personas malvadas como Luisa —y quizás Danny— que sólo pretenden causarle daño y sufrimiento.

Tomaré la decisión con el corazón y si en el camino me doy cuenta que no fue la correcta me importará poco porque habré dado todo de mí y eso es lo que vale. Sé que si ella nunca me llega a conocer —ya que no sé qué ocurrirá conmigo— siempre contará con un ángel guardián, siempre contará conmigo. Ella es mi razón de ser, viva o muerta. Siempre será ella.

Salgo por primera vez de la habitación y si el cuarto era algo extraño no sé cómo explicar éste lugar. Es un lugar extremadamente blanco, claro, muy claro, demasiado para mi gusto que tengo que cerrar varias veces mis ojos para adaptarme a esta claridad. Si supiera Voz de ángel lo que pienso por molestarme pediría las sugerencias de cambio. Lo sé.

Continúo observando el lugar y no miro muchas habitaciones como en la que yo estaba, son pocas a decir verdad. Veo un enorme pasillo que va hacia ambas direcciones de donde me encuentro; genial, mi primera decisión. Decido caminar hacia el lado derecho —por favor que no me equivoque, por favor— voy repitiendo esa oración mientras continúo avanzado, nuevas habitaciones aparecen algunas tienen nombre otras no, no me fijé en la mía pero he avanzado tanto que si me regreso perderé más tiempo y eso es lo que menos poseo.

¡Este pasillo parece no tener fin!

Siento que he avanzado años aquí y no veo todavía el final. Empiezan a aparecer habitaciones distintas a las anteriores en éstas las puertas son de color rojo, las anteriores eran en blanco con la diferencia que todas éstas están identificadas. Leo los nombres de los mismos:

Cuarto de llegada.

Cuarto de rehabilitación.

Cuarto de transformación.

Cuarto de pureza.

Cuarto de observación.

Siguen apareciendo más y más cuartos dejo de leer los rótulos mentiría si digo que esos cuartos o mejor dicho esos nombres no causan ningún temor en mí.

Mis pies ya duelen de tanto caminar y entonces me detengo de golpe, siento que he fallado en una decisión tan fácil. ¡Vamos, sólo tenía que escoger un camino y tuve que elegir el equivocado! Quiero golpearme por ser así —me dejo caer al suelo y llevo mis manos a la cabeza—. Sólo habían dos opciones y como siempre elegí la incorrecta.

¿Qué pasará cuando deba elegir por mi futuro y el de Jessy? Merecías una mejor mamá Jessy. Lo siento tanto pequeña soy un desastre de madre.

Si de algo te sirve, estás en la dirección correcta. Continúa avanzando —escucho una voz, pero no es Voz de ángel, es diferente. Es una voz fuerte que causa miedo, no confianza—. Los que te observaron dijeron que eras una mujer fuerte y yo estoy viendo todo lo contrario. Vamos levántate y camina. El hecho que no veas una salida no significa que no la hay o ¿crees que la encontrarás lamentándote en un solo lugar? Déjame decirte que no. Debes avanzar, seguir adelante y luchar por lo que quieres. Esa es una mujer fuerte. Ellos percibieron eso en ti. Ahora demuéstralo.

No sé quién pronunció las palabras pero hacen efecto en mí. Ellos creen mí pero falta lo más importante, que yo crea en mí y es justo lo que comenzaré a hacer: Creer en mí.

Me levanto rápidamente como si nuevas fuerzas me habitaran y es más, no sólo comienzo a caminar estoy casi corriendo buscando el cuarto al que debo llegar.

Avanzo unos minutos más y ahí está, lo encontré, veo claramente en el rótulo:

Lugar de decisión. Bien, aquí vamos.

***

Abro lentamente la puerta y es un cuarto sin ningún tipo de decoración, nada. Éste si es un cajón, no debí quejarme de la habitación anterior pues lo único que hay en éste sitio es un banco al centro del mismo. Nada más. No hay espejos, no hay mesita, no hay absolutamente nada. Y era de imaginar que sería un cuarto muy claro, que me parece que estoy flotando entre las nubes. Todo es indiscutiblemente blanco.

— Toma asiento —escucho la misma Voz del Pasillo y sin dudar rápidamente lo hago—. ¿Sabes por qué estás aquí? —si supiera no le hubiera preguntado muchas veces a Voz de Ángel, considero que eso no sería buena respuesta y me limito a decir:

— No.

— Bien, ahora lo sabrás.



Tomen asiento todoss =)

Una indestructible mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora