Capítulo 13 - Felicidad y Condiciones

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Felicidad y condiciones no van de la mano


La felicidad no se puede describir.

Intento encontrar las palabras correctas para describir éste preciso momento, pero ni buscando en todo el diccionario completo, ni estudiando todas las palabras más refinadas aceptadas por la RAE pudiera expresar la felicidad que embarga todo mi ser.

Las palpitaciones de mi corazón van más rápidas que un tren en plena mañana, siento la inmensa necesidad de saltar de alegría, mi vida ha dado tantos giros inesperados que jamás pensé que algo bueno vendría después de lo ocurrido.

La felicidad siempre será relativa a nuestros anhelos, no todos buscamos la misma felicidad, ésta siempre dependerá de lo que deseamos alcanzar o lograr. Desde que me enteré que estaba embarazada poder verla fue siempre mi más grande anhelo y ahora, que por fin podré contemplarla, mi felicidad es infinita y lo infinito tampoco se puede describir.

Al despertar en éste sitio no pensé que se haría realidad, pero aquí estoy, siendo testigo de uno de los mejores momentos de mi vida. Una sensación indescifrable embarga hasta lo más profundo de mi alma. Soñé tanto con éste momento y está a pocos instantes de volverse realidad.

Es increíble como de un momento a otro todo puede cambiar.

Hace unos instantes me estaba despidiendo y ahora la esperanza ha vuelto a renacer en mi vida.

Por fin, por primera vez, después de cinco años de haber escuchado su pequeño llanto en aquel hospital, la veré, veré a mi pequeña Jessy, pero lo que más emoción causa en mí, es que lo haré con mis propios ojos.

No la veré a través de una pantalla.

No la veré a través de horripilantes imágenes.

No será por medio de fotografías.

No, nada de eso, podré verla... cara a cara.

¡Qué alegría más grande!

Espero ver también a mis padres y decirles que no se preocupen tanto, que nada de lo que ocurrió fue su culpa, trataré de hacerles entender —pueden llegar a ser tercos si se lo proponen— que fue algo que quizás debía pasar.

También necesito ver a Danny. ¡Rayos, como lo he extrañado! Aunque necesito muchas explicaciones de su parte, espero que se encuentre listo para responder todas las preguntas que tengo preparadas —unas cuantas cachetadas también, las merece— y ansío que tenga una muy buena razón para dejar nuestra niña en manos de ese monstruo, de lo contrario jamás se lo perdonaré.

¡No te salvarás de tu regañada Danny! Pero debo confesar que estoy ansiosa de verte.

¡Como si pudiera escucharme!

— ¿Carolina, estás lista? comenta la Voz del Pasillo, siempre con su voz atemorizante y mandona. Algunas cosas nunca cambian.

— Claro que sí —afirmo con toda la alegría que poseo.

— Debo explicarte lo que ocurrirá ya que no es algo que suceda muy a menudo, son pocos los seres humanos que tienen el privilegio que a ti se te ha concedido ha repetido lo mismo que Voz de Ángel me dijo en algunas ocasiones pero todavía no lo entiendo—. El primer paso que tú misma finalizaste con éxito, hay muchos que también lo lograron y a pesar de todo no se les concedió ésta oportunidad que te hemos ofrecido a ti.

Una indestructible mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora