Capítulo 2 - Objetivo

259 17 2
                                    

Un claro objetivo


Si quiero lograrlo, primero debo estar dispuesta.

Sus palabras siguen haciendo eco en mi cabeza. No quiero voltear, no quiero saber más, no quiero ver quién más está aquí y no puedo describir el escalofrío que recorre por mi cuerpo en este instante, no comprendo cómo es posible que haya alguien más en la habitación si revisé cada detalle de la misma y estoy completamente segura que nada más tenía movimiento además de mí. Nada. Absolutamente nada.

—No puedes, simplemente no saldrás, no te podrás ir —de nuevo escucho la voz pero esta vez un poco más cerca, los nervios me consumen, siento un miedo extraño, tan extraño como el lugar en el que estoy, tan extraño como el silencio que había justo antes de disponerme a salir, tan extraño como que me escucho preguntar con voz temblorosa: ¿Dónde estoy?

Siento inmediatamente una pequeña brisa en mi cuello como si alguien está respirando justo detrás de mí, sin embargo no dice nada como si su deseo es asustarme más, si eso fuera posible.

— ¿Dónde estoy? Quiero salir de aquí, por favor —digo esta vez entre sollozos a quién sea que esté aquí.

Escucho una pequeña risa y de pronto susurra —Averígualo—. La voz me causó gran temor y curiosidad que no dudé en dar la vuelta al instante y ahí estaba de nuevo, la habitación tal y como la había visto hace un rato, no hay rastros de nadie más en este pequeño cuarto. Me encantaría que alguien me explicara qué es esto que acaba de pasar, ¿acaso es un juego? si es así es de muy, muy mal gusto porque sinceramente no entiendo.

No deduzco qué pasa, no sé qué hago aquí, no comprendo cómo llegué a este lugar; el único refugio que encuentro son mis lágrimas, no alcanzo a mantener más la calma y empiezo a llorar y gritar:

¡Quiero salir de aquí! ¡Por favor alguien ayúdeme! ¡Necesito irme!

Tengo que buscar a mi bebé, por favor, por favor. —Suplico más fuerte al recordar el llanto que escuché de mi pequeña. Me derrumbo y caigo al suelo, mi garganta arde pero continúo gritando, llorando, desesperada por largarme de aquí.

***

No estoy segura de cuánto tiempo pasa antes de que me tranquilice, he perdido la noción de las horas desde que me pusieron aquella inyección. Intento incorporarme y casi me vuelvo a caer, estoy débil, creo que no he comido en días o tal vez años, quién sabe. Como puedo logro llegar a la cama, me obligo a calmarme, debo encontrar una manera de irme, tiene que haber alguna; debo hacerlo y si no es por mí, tengo que hacerlo por mi bebé.

Esto es lo que más me destruye, no saber dónde está ella, con quién está, la estarán tratando bien, la estarán alimentando. La preocupación vuelve pero esta vez no le permito que me descontrole.

Tengo un claro objetivo ahora: Encontrar a mi bebé.

Y para lograrlo: Tengo que salir de aquí.

Encontraré una salida. Sé que lo haré. Por ella.

Estoy consciente que si quiero lograrlo primero debo estar dispuesta. Y no hay nada que una madre no esté dispuesta a hacer por ver feliz el ser que ama. Y ella no es feliz ahorita, lo siento en mi pecho. Al parecer ya poseo el instinto de madre. Ella me lo dio y yo daré todo por ella.

Saldré de aquí. Saldré de esta situación. Lo sé.

—Eso crees.


Una indestructible mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora