Capítulo 16 - Vivir

113 12 4
                                    

Vivir


He desperdiciado tanto la vida, que espero y no sea demasiado tarde para empezar a disfrutarla.

Puede sonar raro e incluso un poco fuera de lugar, pero extrañaba tanto caminar nuevamente en la tierra, respirar un poco de tranquilidad y por primera vez poder contemplar el amanecer en este pequeño pero acogedor parquecito.

Nunca en mi vida me había dispuesto a observar detenidamente lo maravilloso que se ve el cielo cuando está a punto de alborear, es una obra de arte fantástica, los colores que refleja el firmamento van desde el naranja, amarillo inclusive un poco rojizo; lo rayos del sol van haciendo su magnífica aparición, acompañados del canto de algunas aves que me hacen compañía en este lugar.

Cualquiera que me vea en estos momentos, creería que soy una persona loca mirando hacia el cielo, hacia la nada. Sin embargo, en mis adentros sé que estoy contemplando algo extraordinario ignorado por muchos, incluso por mí; hasta ahora es que me he dado cuenta que hay cosas que pueden parecer sencillas, pero son admirables y dignas de ser observadas.

Ahora que soy alguien diferente —literalmente— al fin pude comprenderlo. Me dediqué a hacer cosas que creía importantes pero que hoy me doy cuenta que son simples ocupaciones materiales; dejé de realizar y de ver lo que realmente valía la pena, lo que realmente merecía vivir.

Pensé que tenía toda la vida para disfrutarla y hacer lo que se me viniera en mente cuando quisiera, imaginé que podía estar con mis padres siempre, que viviría muchos años junto a Danny, que sería una profesora y me jubilaría cuando tuviera unos sesenta años, creí que vería a mi pequeña crecer hasta convertirme en una tal vez no muy querida suegra.

Tenía programada toda mi vida pero no sabía que la vida tenía una programación diferente. Más corta. Terminó antes de que pudiera empezar a disfrutarla y lo más probable es que nunca iba a comenzar a hacerlo.

No sé si es la edad actual que aparento, mis gafas de señora, mis contadas canas o simplemente mis nuevas experiencias las que me han hecho ver la vida de otra manera. No una en la que creía que todo sería perfecto, sino más bien una vida en la que aunque no todo salga como lo planee, estaré contenta por haberlo intentado.

Viene a mi mente el recuerdo con mi padre, en éste mismo parque, su desmedida paciencia para enseñarme a montar en bicicleta, su apoyo mientras la bici rodaba sus pequeñas llantas, su confianza cuando le comenté que podía yo solita aunque él sabía que no era cierto dejó que lo intentara por mí misma porque confiaba en mí, creía que lo lograría. Estuvo ahí para levantarme y consolarme cuando caí. Se puso de rodillas para estar a mi altura, secó mis lágrimas y dijo algo sobre que estaba tratando de correr cuando apenas empezaba a caminar. En ese momento no lo comprendí bien. Estos eran esos momentos felices que nunca valoré.

He desperdiciado tanto la vida, que espero no sea demasiado tarde para empezar a disfrutarla.

La brisa fresca envuelve mi cuerpo, aunque mi cabello está pequeño se mueve al compás del aire, el día se hace cada vez más claro. Más hermoso.

Pienso en mis objetivos primordiales para estos primeros meses:

1.- Ver a mi familia.

2.- Investigar dónde vive Jessy.

3.- Ver a Jessy.

4.- Preguntar quién es la bruja.

5.- Matar a la bruja. —No ese no, es tentador, pero no.

Una indestructible mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora