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Gabriel. 

- Lo quiero

Esas palabras suenan en mi cabeza todo el tiempo, no, esto no puede estar pasando, lejos del deseo que siento hacia ella para mí no hay más, no puedo amarla, ella no debe amarme. 

Elizabeth.

El viaje a no sé donde está siendo de lo más incomodo, él no me habla o hace algo para que esto sea ameno o tal vez menos tenso, tal vez no debí decirle que lo quería ese fue mi error pero no puedo ocultarlo se ha vuelto mi protector.

 - Elizabeth tienes que comportarte hoy es un día importante para uno de mis muchos negocios

- ¿ Qué es lo que debo hacer? 

- Ser tu Beth no estés nerviosa 

- ¿Qué soy de usted ?

- Eres mi novia Beth eso eres 

- ¿Entonces me quiere?

- A mi manera - dice - yo no veo las cosas como tu las ves ¿ Cuantos años tienes? 

- 36 años 

- No me dirás ¿verdad?

- No 

- ¿Y si pregunta alguien más? 

- Tendré 35 años y ya 

- Elizabeth solo a ti se te ocurre todo esto 

Me quedo en silencio, esto no está bien, no puedo entender todo lo que está pasando, sus acciones son totalmente diferente a sus palabras. 

- No hagas preguntas ¿entendido?


- Está bien - respondo  

Miro a por la ventana es hermoso el lugar cada que avanzamos veo más arboles, me gusta es como los jardines del castillo, minutos más tarde estamos frente a una gran puerta de hierro se abre y nos deja pasar miro a mi alrededor es impresionante hasta que se detiene frente a otra puerta se abre ante nosotros hay una mansión un poco mas pequeña que el castillo pero aun así es grande se baja del auto estoy apunto de salir cuando me abre la puerta del auto me ayuda a bajar. 

- Gracias  Mi Señor 

- Aquí no me llames así al menos no ahora 

- ¿ Cómo debo llamarlo?

- Por mi nombre

- No creo que me sea adecuado Mi Señor 

- Haz lo que te digo y eres mi novia así que vas a estar conmigo todo el tiempo 

- Y si usted se va ¿Con quién estaré?

- Ya veré ahora vámonos 

Me toma de la mano otra vez cierra la puerta del auto, me mira de nuevo con esos ojos cargados de deseo, me suelta de la mano, me pega al auto pone sus manos a los lados de mi cabeza, mi respiración se acelera como siempre pasa cuando esta cerca de mi.

 - Mi Señor ¿Qué sucede?

- Di que eres mía 

- Yo 

- Dilo - ordena 

- Soy suya - estampa sus labios con los míos me besa con tanta posesividad creo que ya me he acostumbrado a sus besos a aguantar la respiración.

- Eres mis Beth

- Sí - respondo 

 Me toma de la mano y me lleva por el césped.

La Ultima VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora