Elizabeth
Me siento un poco débil a decir verdad, mi mente aun sigue consternada por aquel sueño, es como si estuviera destinada a sufrir por mis recuerdos , la habitación del hospital es enorme, al menos para mí lo es.
Quiero levantarme pero me han ordenado que me quede en cama, estoy harta de estar en este hospital, lo que quiero es salir, no quiero seguir encerrada, estoy cansada de esto, solo necesito paz, algo de amor y ya, eso es lo que quiero.
Me toco el vientre, comienzo a tararear una canción de cuna, cierro los ojos y comienzo a arrullarme.
* Dos semanas después*
El tiempo ha pasado y por fin me han dejado salir del hospital, a pesar de poder salir al jardín Dalí no me ha dejado, me ha dicho que es mejor estar en la habitación, comprendo que quiera cuidarme, pero ya no hay peligro como antes, ya es casi un mes de haberme ido de ese lugar y creo que ha sido lo mejor que me ha podido pasar.
Sean se encuentra mejor, al principio me sentía culpable por verlo débil y con pocas energías, pero los dos ya estamos mejor.
- Espero estés lista Elizabeth - dice Dalí
- Claro que sí, he esperado este día desde el momento en el que llegué aquí
Dalí se mira nervioso, no sé a que se deba sin embargo me preocupa.
- ¿ Está todo bien? - pregunto
Dalí me mira y sonríe.
- Claro que lo está, es solo que estoy algo asustado
Siento que hay algo que no me esta diciendo, pero confiaré en su palabra. Él sale de la habitación, comienzo a cambiarme, al terminar me miro en el espejo, me veo menos cansada, en mi mirada ya hay un poco más de color y tranquilidad.
Termino y me somo al pasillo, me quedo helada ante la persona que veo, las piernas comienzan a temblarme, no, no puede ser cierto, no, no puede ser así.
- ¿Qué hace aquí? - digo para mi - ¿Será que sabe en dónde estoy?
Él no ha volteado a mirarme y no esperaré a que lo haga, por fin voy a ser libre, no voy a echarlo a perder, no puedo, cierro la puerta con mucho cuidado de no llamar la atención, camino despacio hasta mi cama y ahí me quedo, no debí asomarme.
No debí hacerlo.
*Tres meses después*
Han pasado tres meses, estoy mejor, tanto física como emocionalmente, parte de ese capítulo doloroso en mi vida ha pasado, Dalí insistió en que debía tomar terapia a decir verdad no he dejado de tener pesadillas, peor cada vez es menos doloroso, he entendido que no fue mi culpa nada de lo que pasó y que debo sanar, se oye sencillo, pero no lo es, cada día es una constante lucha conmigo misma.
El tiempo ha pasado tan pronto que estoy a punto de cumplir 16 años, ha sido un tiempo difícil, el lugar en dónde vivo es amplio, hay ventanales enormes y la luz entra tan bien que me hace sentir en calma, la cuidad es un lugar hermoso, hay algunos edificios, también hay algo de nieve, todo es tan hermoso este lugar.
Por mi embarazo tengo muchos antojos, quisiera decir que estar embarazada es completamente hermoso pero no es así, por las mañanas me levanto con nauseas a veces me duele la cabeza y los pies se me hinchan a parte de que mi ropa ya no me queda, estar embarazada de tres bebés es difícil, mi vientre es enorme, dicen que posiblemente deberán practicarme una cesárea y eso me asusta, pero así es esto.
Por parte de este embarazo tengo muchos antojos, puede ser por eso que he subido de peso, mi hermano me cumple todos mis caprichos.
El día de hoy me apetece una pizza, así que levanto el teléfono y marco el numero de la pizzería.
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La Ultima Virgen
Teen FictionElizabeth es una chica que ha vivido por 15 años dentro de un bosque, su único pasatiempo es leer, su vida es apacible y tranquila, vive con su madre, hasta que una tragedia la lleva a conocer al Rey de su nación, un hombre despiadado y sin sentido...